Veinticinco años honrando a un grande de la historia de Jaén

El monumento en honor de Rafael Ortega Sagrista cumple su primer cuarto de siglo en el parque de la variante Sur, junto a la calle a la que da nombre

Veinticinco años honrando a un grande de la historia de Jaén: don Rafael Ortega Sagrista. En 2023, el monumento erigido en su honor en el parque de la variante Sur situado junto a la calle a la que da nombre el ilustre investigador y escritor costumbrista cumple su primer cuarto de siglo.

Se trata de una sencilla composición conmemorativa de dos piezas: de un lado, un monolito vertical realizado por trabajadores de la Escuela Taller en 1998, diez años después de la muerte del cronista, que incluye una placa en la que puede leerse: "A D. Rafael Ortega Sagrista 1918-1988. El pueblo de Jaén, agradecido".

Completa el monumento una recia piedra de molino de aceite, que evoca la vinculación de Ortega Sagrista con el universo olivarero, tan presente en sus escritos como en su propia vida a través de la histórica casería de San Rafael, de la que fue propietario. 

Cabe destacar que la instalación de dicho monolito en el parque que marca la frontera entre la 'carretera del colesterol' y el barrio de la Alcantarilla partió de la Cofradía del Cristo de la Expiración, a la que tan unido estuvo el protagonista de este reportaje durante toda su existencia. 

Fue precisamente dentro del marco de los actos de homenaje que la hermandad de San Bartolomé dedicó a don Rafael, justo una década después de su fallecimiento, cuando se convirtió en realidad el proyecto de honrarlo en el mapa urbano jiennense con esta evocadora composición en su homenaje, que ha resistido remodelaciones del parque y obras varias sin desaparecer. 

"Desde que te fuiste, todos los que llevamos a Jaén en el hondón del alma nos hemos quedado un tanto huérfanos", escribió de su maestro el otro gran cronista de aquí, Manuel López Pérez, fallecido en 2016.

En ese parque, más de una mirada pequeña lee el nombre de don Rafael y, sin la más mínima idea de quién fue aquel jaenero merecedor de una calle y un monumento, se lo lleva en la memoria de los ojos.