A vueltas con un tranvía llamado 'deseo'
La Junta descarta la puesta en marcha del sistema tranviario en 2023 y el Ayuntamiento de Jaén pide que "de una vez por todas" se cumplan los compromisos
A quien suscribe esta noticia ya le da hasta vergüenza volver a escribir del tranvía para comunicar más dilataciones en el tiempo. Ayer, la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, anunciaba que su puesta en marcha no será en 2023, algo que no es nuevo a tenor del deseo pronunciado por el delegado del Gobierno en Jaén, Jesús Estrella, en la reciente entrevista a este medio. "Lo he dicho públicamente y espero que sea una realidad en este mandato", aseveró; y el mandato no se acaba hasta 2026.
Todo lo que rodea al ya no tan flamante medio de transporte empieza a no tener nombre, más allá de los trámites burocráticos insalvables para que empiece a funcionar. En 2019, el por entonces viceconsejero de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Jaime Raynaud, pronosticó que los vagones circularían en 2020. Falló.
En enero de 2021, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, realizó una de sus múltiples visitas a la capital y dijo: "Estoy convencido que este año vamos a ver el tranvía circulando". Falló. Meses después, en junio, la consejera y el alcalde, Julio Millán, firmaron el acuerdo que establecía una aportación del 75% de coste de explotación por parte de la Junta de Andalucía y el 25% por la del Ayuntamiento. Por parte del Consistorio se asumía un coste estimado en 9 millones de euros de los que unos seis corresponden a la asunción del pago de los vagones, que ya estaba establecido con anterioridad y más de tres para la puesta a punto de la infraestructura (vías, catenarias, sistemas de paradas, trenes…).
La Consejería de Fomento se encargaba de acometer la licitación de este contrato cuyo coste sufraga el Ayuntamiento en su totalidad en un periodo acordado entre administraciones de 10 años con dos de carencia, que permite al Consistorio la devolución del importe en un periodo más largo y ventajoso de tiempo. De esta forma, la Agencia de Obra Pública de la Junta (Aopja) iba a licitar a lo largo del mes de julio del año pasado contrato para la puesta a punto de los trenes, imprescindible para la fase de preexplotación y posterior puesta en servicio, habida cuenta de los diez años transcurridos desde la paralización de este servicio. Por entonces, Carazo ya no daba fechas.
Llegó la guerra de Ucrania y cambió el panorama. Los costes se dispararon, los procesos públicos se quedaron desiertos porque las empresas no cubrían costes y el tranvía volvió a cocheras. El último capítulo viene a cuenta de la iguauración del Trambahía que, tras dieciséis años de espera, mejorará la movilidad sostenible en el área metropolitana de la Bahía de Cádiz. En una entrevista a Canal Sur, Marifrán Carazo afirmó que su entrada en servicio "no será en 2023". Y es que este año se tienen que licitar y adjudicar contratos necesarios para ello, incluida la revisión de la propia infraestructura.
La respuesta del alcalde no se ha hecho esperar. "Lo que pido es que, de una vez por todas, se cumplan los compromisos porque no podemos seguir lanzando mensajes fallidos a los ciudadanos, en los que se va diciendo que será una realidad en 2020, 2021, en 2022 y ahora que no será ni siquiera una realidad en 2023". Y así es como el tranvía, como la película, se pasa a llamar deseo.
Conviene recordar que las obras comenzaron en abril de 2009 y concluyeron justo dos años después con un importe facturado de 117 millones de euros. Cuatro años después, en octubre de 2015, la adjudicataria interpuso un recurso contencioso-administrativo por el que reclamaba varios pagos por intereses de demora por un montante global de 5,28 millones de euros.
Consta de un trazado de 4,7 kilómetros de longitud y 10 paradas, y una población servida, es decir, habitantes en un radio de 500 metros de una parada, de 45.000 personas. La estimación de demanda de viajeros anual se sitúa en alrededor de un millón de usuarios al año. Sin embargo, estas cifras quedan en papel mojado si el medio de transporte, en cocheras desde 2011, no empieza a andar.
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