Un centenar de menores necesitan un hogar de acogida
Apraf-A, Alcores y Aldaima lanzan la campaña ‘Solo quiero un hogar’ desde la capital jiennense
La campaña 'Solo quiero un hogar' impulsada por las asociaciones Apraf, Alcores y Aldaima fue presentada ayer en el Patronato Municipal de Asuntos Sociales de Jaén capital. El objetivo, conseguir que un centenar de menores tengan un hogar en la provincia.
Ahora hay 50 menores acogidos en familia extensa y 39 familias que realizan este tipo de acogimiento. “Hacen falta muchas más”, señalan desde Apraf. Trece de las familias son permanentes —acogen, cuida y atienden de forma estable a los menores—; 15, de carácter temporal, y 11, de carácter de urgencia. Los interesados tienen más información en el siguiente enlace.
Al acto acudieron Ana Portilla, jefa del servicio de Protección de Menores de Jaén; Elena Araque Pérez, defensora del Jiennense y directora de la Oficina de Inclusión y Accesibilidad; Ángela María Hidalgo; la delegada de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad; Natalia Prieto, coordinadora y trabajadora Social de Apraf-A; y María Ibáñez, divulgadora de acogimiento familiar.
“No hay cosa más bonita que ayudar al que más lo necesita, y si son niños, más todavía”, conviene Hidalgo, quien pide difusión para la campaña.
“Yo no sabía lo que era el acogimiento familiar hasta hace un par de año. Ya sé que es un tema muy sensible y muy necesario”, expone Elena Araque defensora del Jiennense y directora de la Oficina de Inclusión y Accesibilidad.
LA VOZ DE LOS PADRES
“Yo no soy padre biológico, no tenía hijos y no te haces a la idea de lo que te vas a encontrar con un pequeñajo en la casa”, cuenta Antonio, uno de los participantes que compartió su experiencia en el acto. “La motivación entre acogimiento y adopción marca muchísimo, porque nos comportamos como padres, pero tenemos presente que ya han tenido una familia”, razona.
También comentó su caso Pedro, quien acogió a un menor de cuatro años que ahora tiene 16. “Se trata de darle un ambiente que en un centro no lo tiene”, dice un padre que ahora cuenta con la ayuda de Sergio, su pareja, para compartir la experiencia del acogimiento.
Aún más experiencia tienen Francisco de Paula Gutiérrez y Teresa Lechuga Fernández han acogido a ocho menores en la modalidad de temporal. ¿Y qué ocurre cuando acabe el tiempo y se van los acogidos? “Es una sensación agridulce. Triste porque se van, pero alegre porque también están pensando en el siguiente, si será niño o niña”, sentencia.
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