María Águeda Moreno: a más adversidad, más solidaridad
Ni su parálisis cerebral ni el cáncer de mama que ha tenido que superar han podido con el espíritu de ayuda a los demás de la baezana
María Águeda Moreno Cruz derrocha optimismo, vitalidad, alegría incluso en cuanto le dice adiós al silencio y, con su acento cien por cien Baeza, dialoga con Lacontradejaén.com
Y eso que, al principio, la extrañeza por el interés de este periódico en su persona y su querencia innata a permanecer en segundo plano casi dejan este reportaje en agua de borrajas. Cosas de la humildad, que si para Joyce era la más hermosa de las virtudes que el ser humano puede desarrollar, cuando se coloca entre un redactor y la potencial protagonista de su trabajo se convierte en toda una faena.
Pero decir María Águeda Moreno es decir ayuda, espíritu de servicio y, con estos mimbres y por más poco que le guste capitalizar la atención, esa actitud suya alcanza también a quienes se interesan por su historia personal, que es la de una mujer nacida en 1978, curtida en la adversidad pero cuya respuesta ha sido siempre, es y (asegura) será la de ponerle al mal tiempo buena cara: "Tengo parálisis cerebral infantil, que me limita los miembros inferiores y me obliga a caminar con muletas", aclara.
Limitada, sí, pero nada puede con su afán de superación, que la animó a estudiar (es grado superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas), a desarrollar su trabajo como formadora ocupacional para el empleo (aunque ahora mismo esté en paro, abierta a nuevas ofertas), a dar rienda suelta a su filantropía, a pisar fuerte sobre los escenarios donde pone en práctica su afición teatral y, si todo este fuese poco, hasta a sudar de lo lindo "dos veces por semana" de la mano de sus deportes predilectos: la natación, el pilates, el 'spinning' y las caminatas.
Todo menos centrarse en contemplar su ombligo: "Para mí, mis circunstancias no son un problema, si no las tuviera a lo mejor no hubiera sido quien soy, no sé dónde estaría; estoy muy orgullosa de todo lo que he conseguido, estoy feliz", sentencia.
Pero, ¿de dónde le vienen esos valores, que lo mismo no son adquiridos sino congénitos? Ella misma lo deja meridianamente claro: "Siempre he necesitado ayuda de los demás para conseguir las cosas, así que eso lo llevo dentro de mí. La gente me ha ayudado y yo procuro ayudar".
Y lo dice alguien que no solo ha tenido que sobreponerse a sus problemas de movilidad desde que era una cría, sino también a los que esa enfermedad que muchos prefieren ni nombrar le puso en su camino: "He tenido que superar también un cáncer de mama", que la vida 'le regaló' el día de su cumpleaños de 2015.
"ME TOMÉ EL CÁNCER COMO UNA OBRA DE TEATRO"
Otra dificultad, "la más dura", que la inquietó en los primeros momentos por su agresividad pero que se tomó como otra batalla que ganar, no tanto por ella misma como por sus seres queridos, sus cómplices de cada día:
"No pensé en mí, sino en mi familia: ¡tanto como hemos luchado para que yo esté en las mejores condiciones posibles y no me puedo ir tan pronto!".
Y eso que no fue precisamente un camino de rosas, que tuvo que pasar por un proceso de todo menos agradable. Una etapa que se llevó a su terreno y convirtió en un itinerario de esperanza: "Me tomé el proceso como una obra de teatro, se me cayó el pelo, tuve todos los cambios que se sufren, y un día era la calva de la lotería, otro día la princesa hindú... Me lo pasé genial. Siempre he querido tener el pelo rizado, que lo tengo lacio, y cuando me volvió a salir me dije: ¡Anda, gratis!".
No en vano, la farándula es otra de sus pasiones y no hay personaje que se le resista, a las órdenes de la reconocida Nati Villar, en la Escuela Municipal de Teatro 'Ricardo Iniesta' de Úbeda:
"Águeda Moreno es una persona con una fuerza increíble, y en la Escuela ha demostrado hasta dónde llega su capacidad de superación. Mostró su gran compromiso con el teatro cuando tuvo el bache de su enfermedad y es un ejemplo de esfuerzo y de trabajo, ojalá hubiera muchas personas como ella, aparantemente tan débiles y sin embargo con una fortaleza enorme, con muchas ganas de hacer cosas diferentes y, sobre todo, de ayudar a los demás", en palabras de Villar.
María Águeda recuerda, precisamente, un episodio relacionado con la galardonada directora teatral que no quiere pasar por alto: "Cuando estaba con la quimio iba a mi teatro, lo mismo que a mi voluntariado, no lo dejé mientras mi cuerpo me lo permitió; dio la casualidad de que yo era la protagonista de una obra y tuve que dejar de ir a los ensayos cuando me operaron, pero Nati no estrenó la obra hasta que yo pude volver, ese detalle no lo voy a olvidar nunca", cuenta, agradecida.
UNA VIDA DEDICADA A LOS DEMÁS
Empezó en esto de echar un cable a la gente "cuando era niña" y ahí sigue, donde hay que arrimar el hombro está María Águeda. Unos valores de los que (afirma) tiene mucha 'culpa' lo que ha visto en su casa:
"Yo soy lo que soy gracias a los padres que he tenido, a mi familia; independientemente de la discapacidad o no de las personas, las limitaciones las veo como retos, como barreras que hay que saltar. Cuando un niño nace, hasta que tiene uso de razón necesita buenos guías, y yo en ese aspecto he tenido el apoyo de mi familia desde que nací", expresa. Y apostilla:
"Mi madre (María del Carmen Cruz Cobo) ha sido primordial en ese sentido y me ha visto siempre como una persona normal, igual que a mis hermanos (José Antonio y Juana María), manifiesta a la par que agradece también el papel jugado por su padre, Bartolomé Moreno Cánovas".
Con esos referentes, con ese bagaje, la baezana llegó a Cruz Roja en 2012: "Me llamaba la atención ayudar, vi la posibilidad de entrar y ahí me quedé, llevo ya diez años y, actualmente, soy referente de captación de fondos de la asamblea comarcal Loma Occidental", comenta, satisfecha. Vamos, que está al frente de un equipo dedicado en cuerpo y alma a dotar de recursos a la organización, hablando en plata.
Y hay más: lo mismo se involucra en las filas de la Ajicam (Asociación Jiennense del Cáncer de Mama, a la que agradece toda la ayuda prestada y la "labor primordial que hace") que con 'El mundo de Namu', colectivo contra el cáncer infantil.
Es una grande, como sus propios hermanos le hacen saber: "Me dicen que soy un ejemplo para ellos, que no serían como son si no fuera gracias a las vivencias que tienen conmigo". Qué hermoso.
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