Alberto Sánchez Estrella, una década de ausencia y recuerdo

En 2021 se cumplen 10 años de la muerte y 80 del nacimiento del emblemático hermano mayor de La Borriquilla, fotógrafo, dibujante y entregado cofrade jiennense 

Entre Alberto Sánchez Estrella y el resto de mundo había una frontera levísima: la que imponía esa barba suya de príncipe árabe que quien traspasaba se daba cuenta enseguida que aquella seriedad suya, aquel gesto de rigor constante no era más que eso, un rictus inevitable que escondía solo amabilidad, buen humor, la unión de silencio e inteligencia a la que alude el Libro de los Proverbios.

"Era un hombre bueno, muy correcto, serio, educado, introvertido, más bien reservado, pero luego, cuando llegabas a conocerlo, era muy divertido, nada antipático", evoca su hija Tatiana Sánchez Ballesteros.  

Jiennense de la calle Llana, nacido en 1941, el próximo mes de noviembre cumpliría ochenta años si una muerte prematura, con solo sesenta y nueve y de la mano de un cáncer de colon, no se lo hubiese llevado aquel 5 de marzo de 2011, hace ahora una década, cuando la ciudad olía ya a Pasión desde la Cruz hasta el Bulevar. 

"Un gran enamorado de su ciudad y todo lo relacionado con sus tradiciones y la Semana Santa", con palabras de otro gran ausente de aquí, Manuel López Pérez, un activo cofrade que desde finales de los 60 sumó su destino al de los días grandes de Jaén, esos que tanto amaba.

Primero como promitente y hermano de El Abuelo, después entre "ese grupo de jóvenes ilusionados y soñadores que trabajaron sin tregua ni descanso por animar y revivir  la Agrupación de Cofradías sacándola del letargo", según López Pérez, y luego, ya en los 80, desde la secretaría de La Expiración; o en la hermandad de la patrona, la Virgen de la Capilla, a cuya junta de gobierno también perteneció. 

Pero, sin duda, fue su adscripción a La Borriquilla la que lo convertiría, con el paso del tiempo, en parte consustancial de la hermandad del Domingo de Ramos, en sombra imprescindible del paisaje blanquiazul del barrio de Belén, al que llegó para arrimar el hombro en 1983: 

"Fueron a buscarlo, creo que Luis López Morillas, para ver si podían levantar la cofradía", recuerda su hija. ¡Y vaya si la levantaron! No hay más que dar una vuelta por la historia del entrañable colectivo de San Roque para sacar conclusiones sobre la aportación de Sánchez Estrella, que "a su capacidad de silencio increíble" (celebraba Juan de Mata Carriazo sobre Zabaleta) unía unas sobresalientes capacidades de gestión, sostenidas en su filiación cofrade.

"Supo rodearse de un gran equipo y en poco tiempo consiguió lo que parecía imposible: que la hermandad dejara atrás, muy atrás, su complejo de 'cofradía de niños' y se convirtiera en una cofradía señera con la que abrir muy dignamente la Semana Santa giennense", escribía de él López Pérez. 

Administrativo-contable en su faceta profesional, que terminó en el servicio de publicaciones del Obispado; casado y padre de cuatro hijas, la llegada de la Cuaresma y, sobre todo, las vísperas del Domingo de Ramos conseguían remover su carácter templado, ponían un punto de prisas y nervios en su gesto inalterable:

"Era la cofradía de sus amores, que traspasó a toda la familia", evoca Tatiana Sánchez, y confiesa: "En estas fechas me acuerdo mucho de él; me acuerdo de mi padre todos los días, todos, pero en estas fechas muchísimo, me llamaba para ir a un pregon, a un concierto... me tenía conectada a las cofradías, y como me encantaba este tema estaba todo el día con el para arriba y para abajo, a ver las procesiones, a tomar fotos. Me acuerdo mucho de todo eso, incluso a veces pienso: '¡Voy a llamar a mi padre a ver esto dónde es, o a qué hora... y luego pienso, ¡a quién voy a llamar yo!".

Gran dibujante y diseñador, a su talento se deben innumerables maquetaciones de libros y boletines, diseños de 'merchandising' cofrade... y fotografías de varias décadas de Semana Santa en Jaén que conforman un rico legado audiovisual en cuya preservación se afana la familia a día de hoy: "Estamos digitalizando todo el material que dejó en su estudio", confirma Tatiana Sánchez Ballesteros. 

"Diseñó una Guía audiovisual de la Semana Santa de Jaén que llevó a infinidad de hermandades, asociaciones y colegios, contribuyendo a despertar el interés de la juventud por las iniciativas cofrades. Fotografías suyas sirvieron para los carteles de la Semana Santa de 1977, 1980, 1982 y 1986 así como para las distintas hermandades de la ciudad de Jaén. Colaboró asiduamente en boletines y revistas cofrades y fue habitual su anual colaboración en la revista Alto Guadalquivir. Sus fotografías se expusieron en incontables ocasiones y obtuvieron justos galardones. Sus grandes dotes para el dibujo y el diseño quedan reflejados en innumerables trabajos realizados a diferentes cofradías para las que hizo diplomas, maquetó trabajos, diseñó enseres, dibujó orlas y escudos, entre los que se encuentra el actual escudo de la agrupación de cofradías', según López Pérez.

En plena Semana Santa de la pandemia y a diez años de su partida, que afrontó vestido de nazareno y calzado con aquellos característicos zapatos de hebilla plateada que lo hacían inconfundible por más caperuz que lo cubriese tantos y tantos Domingos de Ramos, la ausencia de Alberto Sánchez Estrella recorre en añorada procesión la memoria de los cofrades jiennenses.