
ALCOHOLISMO, LA ENFERMEDAD (IN)VISIBLE
La Asociación de Alcohólicos y Familiares Liberados de Jaén da apoyo a más de 200 personas con adicciones; trabajadores nos cuentan cómo es posible vivir otra vez sin el lastre del consumo
Está en bares y supermercados, en las películas y los libros, disponible para cualquier bolsillo y presente en toda celebración. El alcohol es la droga legal, la de cualquier fiesta y en cualquier esfera, y los datos son concluyentes: más del 30% de las personas tratadas en Proyecto Hombre en Jaén son adictas al alcohol, sustancia sólo superada por la cocaína (51%). La organización indica a este medio que, en la práctica, el consumo de alcohol es incluso predominante, porque suele acompañar a otras sustancias. ¿Cómo combatir las consecuencias del producto rey de las fiestas? La Asociación de Adictos y Familiares Liberados de Jaén (Aljama) lleva cerca de 40 años de lucha y actualmente atiende a unas 220 personas de la provincia, entre adictos y familiares.
“El alcohol es una de las drogas más extendidas: cualquiera puede comprarse una lata de cerveza por 33 céntimos, y es algo que todo el mundo tiene en casa. Está tan normalizado que hasta se mira raro a los abstemios”, expresa en declaraciones a este periódico María Eugenia Cámara, trabajadora social y coordinadora de proyectos de Aljama, cargo que ocupa desde hace tres años.
El equipo de profesionales lo completan Marina Gama, psicóloga clínica; Laura Rodríguez, trabajadora social, y Sergio Ramírez, psicólogo. Cámara y Gama forman el equipo técnico, mientras que Rodríguez y Ramírez se encargan de la prevención. Las terapias de grupo se celebran los martes y los jueves en la sede del colectivo, en la calle Sefarad. Cada semana, los profesionales trabajan con entre 50 y 60 personas, incluidos los familiares. “En las terapias abordamos la deshabituación del consumo para que las personas recuperen su vida; facilitamos herramientas basadas en el modelo conductista, para que identifiquen emociones, adquieran hábitos de vida saludable y logren su propia reconstrucción”, describe Cámara.

La Aljama, declarada de utilidad pública en 1988, nació como una asociación para ayudar a alcohólicos, aunque desde 2023 amplió su ámbito y atiende también a personas adictas a otras sustancias. “Tenemos gente que pide ayuda creyendo que la cocaína es su droga principal, pero luego descubrimos que es el alcohol, que además lleva al consumo de otras sustancias”, apunta. Y añade una realidad sobre los adictos: “Su cerebro está más predispuesto a engancharse a cualquier tipo de estímulo, también a las pantallas, porque generan dependencia de la emoción”.
El perfil medio de las personas atendidas responde a un hombre de unos 45 años, normalmente con una red de apoyo sólida, expresada en la familia y concretada en la figura de la esposa. “Tengo predilección por las mujeres que asumen la situación: son guerreras, valientes y resilientes. Gracias a su ayuda y a nuestro trabajo como profesionales, quienes piden ayuda descubren que ese 'piloto rojo' que hay en los cerebros adictos se regula: ellos aprenden a que esté siempre apagado”, razona la trabajadora social.

DE VIVIR UN INFIERNO A SER UN ÁNGEL DE LA GUARDA
A la sede de la Aljama acuden vecinos de Jaén capital, Fuerte del Rey, Torredelcampo, Torredonjimeno, Jamilena, Martos, Mancha Real, Mengíbar o Huelma. Uno de los rostros más representativos del colectivo es Francisco Sánchez (Torredelcampo, 1970). De llevar su vida al límite por el alcohol ha pasado a convertirse en ángel de la guarda de quienes hoy viven el infierno que tan bien conoció. Vocal de Aljama y exsecretario, lleva quince años en la asociación.
“Mi primera cerveza me la tomé con siete años. A los 18, el alcohol ya se había apoderado de mi vida”, recuerda en conversación con este periódico. Francisco Sánchez acumula 23 años de abstinencia. No necesitó ingreso en una clínica, pero vio peligrar muchas cosas: el trabajo, el matrimonio, el carné de conducir y la economía familiar. Mecánico en una conocida fábrica de cerveza, tuvo que decidirse a afrontar el problema.
“Me salvaron los compañeros que me acogieron en la asociación, personas que hablaban mi idioma y habían llorado lo mismo que yo”, rememora. Sánchez insiste en que el papel de la familia es esencial: “Al final, mi mujer y mis hijos se vieron en una situación que no eligieron”.
¿Y por qué él? ¿Por qué llegó tan lejos? Sin querer exculparse, admite que el condicionamiento social influyó. “En mi época era normal beberse un botellín a la hora de comer. Y todavía hoy no faltan ni cerveza ni licores en las casas. Estamos en España, en Andalucía: somos de celebrar, y la mayoría te dirá que no concibe ir a una fiesta sin beber alcohol”, explica.
Sánchez ha dejado testimonio de su redención en el libro Del infierno al paraíso. La obra, cuyos fondos destinó a la asociación Pídeme la Luna, tuvo protagonismo en el congreso andaluz de alcohólicos rehabilitados celebrado el año pasado.
“El libro empezó como un trabajo psicológico para sacar mis miedos; le di una vuelta y al final quedé contento. Lo más importante es pedir ayuda, porque esto es una enfermedad”, afirma. Francisco y su mujer, María Blanco, no dudan en acudir cuando los llaman en situaciones críticas: "Ella se va a una habitación con los familiares y yo, a otra con el adicto”.

Ayudan también los testimonios de personajes públicos que han sufrido la enfermedad. Recientemente, el rapero sevillano Shotta ha compartido su historia con el alcoholismo en el podcast El Hombre Descalzo. "Bebía hasta desmayarme, era mi 'modus operandis'. He estado llorando delante de una cerveza, antes de ingresarme, diciéndome: 'Por favor, Nacho, no te la tomes'. No tiene sentido. Estaba enfermo", ha reconocido el autor del exitoso tema Felicidad, quien ahora se siente más feliz que nunca. "Idealizamos a los famosos y no dejan de ser personas que cometen errores como cualquiera. Si vienen a sumar, estas historias en público son positivas", concede María Eugenia Cámara.
ACTOS POR EL DÍA MUNDIAL SIN ALCOHOL
La Aljama celebró el pasado martes la actividad 'Tu testimonio nos motiva' y el jueves la cuarta edición de las jornadas de puertas abiertas 'Entendiendo los efectos de la adicción en la salud integral'. Hoy, con motivo del Día Mundial sin Alcohol, el colectivo entrega tres reconocimientos, en forma de pin, a tres hombres que llevan más de un año de abstinencia.
También ha celebrado una jornada de puertas abiertas en la capital la Asociación Jiennense de Alcohólicos Rehabilitados, con la presencia de las concejalas de Servicios Sociales y Atención y Participación Ciudadana, Ángeles Díaz de la Torre y María del Carmen Angulo.
De la Torre felicitado a la asociación por su trabajo acompañando a los afectados en procesos vinculados al consumo y sosteniendo vidas "a través de la presencia, escucha, constancia y vínculo". Además, la edil de Servicios Sociales informa que este año se ha vuelto a recuperar la Mesa Local de Coordinación de Adicciones. "Y le devolvemos su función original: ser el espacio donde se decide cómo se interviene, cómo se prioriza y cómo se acompaña”.
La mesa incluye la perspectiva de género en materia de drogodependencias, la intervención en centro educativos, el acompañamiento a familias en los cinco centros sociales municipales y la intervención con juventud. El Ayuntamiento da este año "un paso estructural" en barrios y establece como zonas prioritarias La Magdalena, Peñamefécit, El Valle, Las Fuentezuelas y El Bulevar.

LA PREVENCIÓN COMO HERRAMIENTA
"La droga principal en las mujeres que atendemos es el alcohol", expresa a este medio Pedro Pedrero, director de Proyecto Hombre. El perfil de mujer es de casi 42 años, demandante por consumo principal de alcohol (40%), seguido de cocaína (33%). En el hombre, el alcohol como sustancia principal está en el 30% de los casos.
Proyecto Hombre atendió en 2024 a 903 personas en tratamiento y a 769 en prevención, con una cobertura geográfica que abarcó el área metropolitana de Jaén (30%), La Loma (11%), La Campiña (8%), Sierra Morena (7%) y otras zonas de la provincia (34%). "La batalla principal contra el consumo de alcohol está en la prevención", sostiene Pedrero, quien esta semana ha dado una charla en Mengíbar sobre claves para intervenir en adicciones. La prevención también está en la línea de actividad de la Aljama, que llega a centros educativos de la provincia.
Los últimos datos del Informe Estudes 2025 revelan una realidad preocupante: casi un 30% de los adolescentes españoles de entre 14 y 18 años practica el 'binge drinking' o consumo en atracón, una conducta que pone en riesgo su salud física, emocional y neurológica.
Tan importante es pedir ayuda en una situación así como que funcionen los recursos organizados. "No tenemos una varita debajo del brazo para sanar, pero sí que es bonito ver cuando funciona la ayuda: da satisfacción ver a gente empoderarse y vivir otra vez queriendo a sus hijos y a su pareja", concluye María Eugenia Cámara.

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