“Hay alumnos que vienen a clase con ventiladores”

La Ampa del Conservatorio Ramón Garay pide ayuda a Educación para completar el curso sin aire acondicionado en el ‘Muñoz Garnica’

La escena es real: estudiantes del Conservatorio de Música Ramón Garay acuden a a clase con ventiladores El motivo, evidente: en las aulas cedidas por el Colegio Muñoz Garnica no hay aire acondicionado. A la espera de una solución, al alumnado sólo le queda la inventiva para hacer frente a unas temperaturas que rondan los 30 grados con 40 por ciento de humedad. La Ampa pide ayuda a la Delegación de Educación. Las clases concluirán el 30 de junio; quedan más de veinte días de agobio.

Mónica Alcázar, la presidenta de la Ampa, sabía que iba a pasar lo que ocurre desde hace casi un mes, cuando arreció el calor. “Ya advertimos cuando nos cedieron las aulas de que no había aire acondicionado”, cuenta a Lacontradejaén. Los alumnos del conservatorio dan clase desde comienzos de año —cuando abandonaron el centro de la calle Compañía, aún en obras— en la segunda planta y en el sótano del colegio. “Es un sitio estupendo, y estamos más que agradecidos al ‘Muñoz Garnica’. Sólo que este problema lo veíamos venir”, expone.

IMPACTO EN EL ALUMNADO Y EN LOS INSTRUMENTOS

Los ventiladores que ya se han colocado en algunas aulas atemperan las difíciles condiciones para una clase de conservatorio. “Hay que entender que no se trata de leer un texto sentado, sino de hacer esfuerzo físico para tocar”, razona Alcázar, quien también es alumna. La asignatura de banda reúne a casi medio centenar de estudiantes en una clase.

Cuenta que se ha dado algún mareo leve y que hasta un instrumento ha salido mal parado: el aro de la campana de un fagot se ha rajado. La Ampa asegura que el coste del instrumento ronda los 9.000 euros.

Las quejas se han acumulado en el colectivo. Provienen tanto de padres como de alumnos. “Nosotros al colegio no podemos pedirle nada más; ya nos han ayudado muchísimo”, dice. La asociación de padres espera una ayuda de Educación. Cortinas y alguna consola de aire son las alternativas que valora el colectivo para hacer frente a las temperaturas y a la humedad. “Y aún nos quedan los días peores”, concluye.