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Seis años de ausencia y Quesada no olvida

Por Esperanza Calzado - Septiembre 06, 2025
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Seis años de ausencia y  Quesada no olvida
María Josefa Padilla lleva un mes desaparecida.

Seis años después de su desaparición, la familia se reunirá el sábado 13 de septiembre en la plazoleta de El Cortijuelo de Quesada para recordarla

En Quesada, cada 3 de septiembre trae consigo un silencio especial, de nostalgia. Se cumplen seis años de la desaparición de María Josefa Padilla, vecina del municipio, y sus familiares, amigos y vecinos han convocado una concentración el 13 de septiembre, en la Plazoleta de Cortijuelo, a las siete de la tarde, para recordarla y mantener viva su memoria.

María Josefa, de 76 años y enferma de alzhéimer, desapareció aquel fatídico 3 de septiembre de 2019 en El Cortijuelo. Vestía un sencillo camisón y unas zapatillas de estar por casa cuando salió de su vivienda. Aquella tarde, la Guardia Civil activó de inmediato la alerta por desaparición tras la denuncia de sus familiares, y con ella comenzó una de las búsquedas más amplias que se recuerdan en la zona.

Durante días, Quesada y los municipios cercanos se volcaron con una implicación ejemplar. Vecinos, voluntarios, ONG y decenas de agentes participaron en un dispositivo que incluyó helicópteros, unidades subacuáticas, perros especializados y hasta la petición del cierre de compuertas del pantano del Negratín para facilitar el rastreo en el cauce del río. Se batieron montes, parcelas, caminos y riberas en un despliegue que llegó a extenderse hasta 38 kilómetros, con la esperanza puesta en cada rincón revisado.

Sin embargo, con el paso de las semanas, los medios se fueron retirando y la búsqueda oficial terminó sin el desenlace que todos anhelaban. Quedó, eso sí, la huella de una comunidad unida, que demostró que María Josefa no era solo una vecina, sino parte de la familia de todo un pueblo.

Este año, de nuevo, la familia ha querido compartir su sentimiento de ausencia. Hablan de seis años que parecen haber pasado rápido pero que, para ellos, han sido 2.190 días desde la última vez que su hijo Jesús pudo darle las buenas noches, 2.190 días sin escuchar su voz, sin su presencia, desde aquella madrugada en la que todo cambió.

Reconocen que no están tristes, sino vacíos, porque la ausencia de María Josefa es una herida que nada puede curar. Por eso han convocado a familiares, vecinos y amigos a reunirse el próximo sábado 13 de septiembre, a las ocho de la tarde, en la plazoleta de El Cortijuelo, con la misma esperanza y el mismo cariño de siempre, dejando claro que no esperan olvidarla y que tampoco nadie debería olvidar que la siguen esperando.

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