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Una jubilación ganada a pulso pero que podría esperar

Por Javier Cano - Marzo 23, 2024
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Una jubilación ganada a pulso pero que podría esperar
Rodeado de compañeras de trabajo, en un momento de la fiesta por su jubilación. Foto cedida por Antonio Echevarría.

Villariego de alma, Antonio Echevarría acepta a regañadientes su nuevo estado tras una vida volcado en su trabajo y "muchos retos" que desearía asumir

Afirma Montaigne en sus Ensayos completos que la inclinación más contraria al retiro es la ambición. Un afán que en el caso del jiennense de cuna pero villariego de vocación Antonio Echevarría Hidalgo (1958) se cumple a pie juntillas, de tantas ganas como le han quedado de seguir en el tajo recién estrenada su jubilación: "Ahí vamos, adaptándonos después de muchos años. La verdad es que cuesta un poco", asegura a este periódico. 

Y es que este hijo de hijos de Los Villares casado con una hija del municipio del mimbre lo tiene más que claro: 
"Mi intención era continuar al menos un año o dos más, porque según la normativa podía ser, pero nosotros no somos funcionarios, sino personal estatutario, y nuestro estatuto marco lo impide; solo les está permitido a los facultativos. De hecho solicité seguir, pero no ha podido ser", aclara.

Dieciocho años tenía cuando aprobó las oposiciones al por entonces Instituto Nacional de Previsión (actual Servicio Andaluz de Salud), la 'empresa' en la que se forjó no solo un destino profesional en tareas administrativas sino también otra familia: la de los compañeros: 

"Desde 1992 he ocupado un cargo intermedio por el que han pasado muchos gerentes, y siempre he tenido el beneplácito y la cionfianza de todas las gerencias; de hecho gerencias, incluso gerentes y directores médicos de anteriores épocas me acompañaron en mi fiesta de jubilación", comenta, satisfecho. ¿No reza un refrán que algo tendrá el agua cuando la bendicen...?

La cuestión es que todo pasa y todo queda, con palabras de Machado, y a Antonio Echevarría se le ha pasado en un pispás el tiempo de acudir diariamente a su puesto (jefe de sección administrativa desde 2017) y lo que le queda ahora es precisamente eso: tiempo que ocupar: 

"Te quedas con ganas de seguir, porque siempre hay retos, y más en mi sección, la de lista de espera quirúrgica; la pandemia ha dejado a mucha gente que no se operó en su día", lamenta en un arranque de responsabilidad que, sin embargo, ya no tiene remedio. 

Toca seguir caminando (es un gran amante de los paseos rápidos), dedicarle todo el tiempo del mundo a su esposa e hijos (chico y chica) y, claro, a lo contrario de la obligación: es decir, a la devoción: "Llevo en la Cofradía de San José desde que vine de la mili, cuando mi abuelo falleció, que era el que llevaba las cuentas, el secretario". Seguro que, de aquí en adelante, la vida cofrade le da tarea para que no se aburra. 

 Un gran número de amigos, compañeros y familiares arropó al protagonista. Foto cedida por Antonio Echevarría.
Un gran número de amigos, compañeros y familiares arropó al protagonista. Foto cedida por Antonio Echevarría.

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