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APUESTAS EN LÍNEA: LA ADICCIÓN ENMASCARADA

APUESTAS EN LÍNEA: LA ADICCIÓN ENMASCARADA

Por Fran Cano - Junio 29, 2024
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Un jiennense que ha perdido 80.000 euros jugando a la ruleta en internet cuenta su caída al infierno y el inicio de la recuperación con Proyecto Hombre

Carlos tiene 39 años, vive en Jaén y lleva ya casi un trimestre recibiendo ayuda de Proyecto Hombre. Tocó fondo hace algo más de un año, cuando perdió 80.000 euros jugando a la ruleta en internet desde su móvil. De ser un autónomo solvente en el ámbito de los electrodomésticos pasó a convertirse en una persona obsesionada con las apuestas en línea. "Estaba solo todo el día, y a veces jugaba hasta cuando mi mujer se quedaba dormida. No hay otra solución que contarlo. Y necesitas apoyo. Sin ayuda no vas a ningún sitio", cuenta por teléfono a este periódico. La adicción al juego vía internet, señalan desde la organización jiennense, es más fácil de ocultar a la familia y a los allegados: Carlos parecía un currante normal, atendiendo en su tienda, hasta que dilapidó cuanto tenía y ahora está en banca rota, endeudado.

El jiennense, cuyo nombre protege por intimidad, tardó un tiempo en contar que estaba fuera de sí. Recuerda que en el mismo día sus dos hermanos le comentaron que habían oído rumores sobre lo que le estaba ocurriendo. "Les dije que era cierto y aquella misma noche pedí ayuda. Lo mío ya era insostenible física y moralmente", recuerda.

Carlos apostaba desde el móvil en casa gracias a una oferta infinita de casinos por internet. Dice que, aun con la interactividad de las pantallas, todo es muy real: el crupier alienta en vivo a los jugadores, hay un chat donde se cruzan frases que simulan relaciones sociales y hasta él se sintio en una suerte de círculo. "Se aprenden rápido tu 'nick' y la gente te pregunta por el chat cómo vas. Y sin darte cuenta ya estás enganchado", relata.

El jiennense conoce el peligro de la cantidad de publicidad de las apuestas y del avasallamiento a través de correos electrónicos. Los problemas con el juego en línea apunta a la población joven, pues afectan al 12% de los que apuestan en la franja de entre los 18 y los 25 años, según el Estudio de prevalencia de juego 2022-2023, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego. "Las apuestas deportivas no eran lo mío, pero ahí hay otro peligro gravísimo, porque ganas muy rápido, siempre a la primera. Lo que llaman la suerte del principiante. Luego toca perder. Y cuando pierdes, la obsesión por remontar te hace perder más", razona.

SIN TELÉFONO NI CUENTAS Y SIEMPRE ACOMPAÑADO

El inicio de la recuperación en Proyecto Hombre implica condicionantes y lo primero es cambiar la conducta. "Nos dicen que estamos inclinados hacia un lado, como un árbol que se está venciendo, y que nos van a llevar hacia el otro. Hay que hacer justo lo contrario a nuestros hábitos", cuenta Carlos. Ya no tiene teléfono móvil —la entrevista con Lacontradejaén se hace a través del padre— ni acceso a las cuentas bancarias, protegidas por la familia. Tampoco puede estar solo; entre semana padres y hermanos velan por él y los fines de semana reside con su pareja.

En el trimestre que lleva con la entidad, en la modalidad de ambulatorio, recibe terapia tres horas los lunes y algo más de una hora los jueves. "Lo primero es comenzar un cambio, parar el consumo al juego desde la abstinencia, mancomunar las cuentas en el banco, poner en marcha un programa de rehabilitación y cortar radicalmente el uso de los dispositivos móviles", explica Cristina Criado, terapeuta responsable de la fase de diagnóstico y de la de motivación.

La profesional cuenta a este medio un caso que le impactó: un joven de un pueblo de Jaén ganó 17.000 euros en su primera apuesta en línea. "Imagine el subidón. Por lo visto, el cobro es instantáneo. Enseguida se compró un coche y vio la posibilidad de seguir ganando", señala. Sobre las apuestas en partidos de fútbol o de cualquier otro deporte, Criado hace una observación: "Parecer un experto enmascara la adicción. Recuerdo también a dos chicos, con un perfil sociocultural medio, que eran muy meticulosos y hacían mucha estadística".

 La terapeuta Cristina Criado aborda el problema de la promoción de las apuestas. Foto: Fran Cano.
La terapeuta Cristina Criado aborda el problema de la promoción de las apuestas. Foto: Fran Cano.

Pedro Pedrero, director de Proyecto Hombre en Jaén desde el año 1999, apunta en la misma dirección. "Hay una sensación de control, porque sabes de fútbol o de baloncesto. Y al final eso estimula que apuestes. Si ganas, te sientes reforzado. En psicología se llama refuerzo intermitente, que es más difícil de extinguir que el constante", señala.

Cuestionado sobre si la exposición de más partidos en verano, con la Eurocopa en liza, genera más riesgos para los jóvenes e incluso para los menores de edad que encuentran los recovecos para apostar, explica: "No lo tengo estudiado, pero si hay más encuentros, todo hace pensar que es más probable. De todos modos el problema no son los futbolistas ni el torneo, sino la normalización de los comportamientos adictivos. Hemos visto marcas de casas de apuestas estampadas en la camisetas de grandes equipos. ¿Se imagina alguien que la indumentaria de un club incite a beber alcohol o a fumar porros?".

Cuenta Pedrero que hace años las adicciones estaban entre las cinco primeras preocupaciones sociales y que ahora han descendido por debajo de la trigésima posición. "Es increíble, porque el alcohol sigue siendo un gran problema. El cannabis y la cocaína son, en este orden, las sustancias de consumo preponderantes, pero se han normalizado en el ámbito lúdico", lamenta.

Además, recalca que el policonsumo es "habitual", de modo que una persona con problemas con el juego tendrá probablemente una mala relación con el alcohol. Un informe del Observatorio Europeo para las Drogodependencias y las Toxicomanías apunta a fenómeno común: la mayoría de las adicciones no aparecen solas.

"¿JUEGO RESPONSABLE? SON DOS PALABRAS QUE NO PUEDEN IR JUNTAS"

La terapeuta Cristina Criado es muy contundente cuando se le pregunta por el eslogan de algunas casas de apuestas bajo el binomio "juego responsable". "Suena igual que lo de beber y controlar. Son dos palabras que no pueden ir juntas. Yo no digo que destierren nada, pero si no abres la puerta, mejor. En la medida en que un adolescente gane dinero con poco esfuerzo se activa un círculo vicioso", manifiesta.

"Desde luego es mejor no abrirla", coincide Pedrero. "Entiendo lo de juego responsable en casos muy concretos, como ocurre con la Quiniela. Pero ahora todo es muy invasivo y se apuesta cualquier cosa: quién hará la primera falta, quién marcará primero...", resume.

 Pedro Pedrero, director de Proyecto Hombre, analiza el perfil del jugador y la idea de control sobre las apuestas deportivas. Foto: Fran Cano.
Pedro Pedrero, director de Proyecto Hombre, analiza el perfil del jugador y la idea de control sobre las apuestas deportivas. Foto: Fran Cano.

"Cristina es muy correcta y estricta. Estoy contento por la tranquilidad que me transmiten en Proyecto Hombre. Y poco a poco voy cambiando: he ganado cinco kilos, me abro con mi pareja y con mis hermanos gracias a las terapias que hacemos en familia. Antes simplemente iba a lo mío", describe Carlos acerca de un proceso todavía con recorrido.

El acompañamiento es vital y, en caso de que no haya posibilidades, puede propiciar el internamiento. Por Proyecto Hambre pasaron el año pasado 859 personas de la provincia y ahora hay 40 tratadas a diario con el recurso residencial. En lo que respecta al perfil, cerca del 80% de los atendidos son hombres y el 20% restante, mujeres. Las edades de media son de 38,2 años en ellos y 39,7 en ellas. Además, las mujeres acuden más tarde y se ha registrado un incremento de las atendidas.

¿Qué consejo le da alguien que sabe lo que es perderlo todo a otra persona que tienta el camino de la autodestrucción? "En cuanto gastes más de lo que puedas hay que contarlo. No es fácil por la vergüenza que supone, pero hay que hacerlo y después hay que solicitar que te restrinjan la entrada de cualquier casino físico o telemático", expone Carlos.

El jiennese reconoce que la situación que ha vivido el último año le ha marcado "bastante". "Ya no puedo ir solo ni a comprar una barra de pan. Necesitas apoyo, asumir las restricciones y cambiar totalmente de hábitos", asevera. "Dejar de consumir es, quizá lo más fácil, lo más difícil es reconstruir una vida", sentencia Pedrero.

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