Sin procesión por las calles pero con la misma fe de siempre
Arbuniel venera a Jesús Nazareno a las puertas de la parroquia durante el fin de semana de unas fiestas atípicas en las que los toscareños se han volcado por las redes
"La gente del pueblo se ha volcado en las fiestas, ha habido gente que ha decorado sus balcones con farolillos y algunos vecinos han actuado a través de las redes". Así define Fátima Espinosa, alcaldesa pedánea de Arbuniel, las vivencias atípicas que el coronavirus ha procurado a los toscareños este año inédito, con el programa festivo desbaratado a causa de la pandemia y una procesión imposible de Jesús Nazareno, con toda la carga de melancolía que supone no poder emocionarse con él por las calles de la pedanía.
Desde el jueves hasta el domingo Arbuniel tenía previsto rendirle honores a su patrón con cultos religiosos y actos pensados para hacer felices a sus habitantes; no ha podido ser, pero la imaginación ha brillado y a ver quién puede decir que este fin de semana el pueblo no ha estado de fiesta. Vaya que sí.
Cierto que la actuación del monologuista David Navarro, las orquestas previstas, los Dj locales y hasta "la actuación estrella" de Sergio Contreras se han quedado en el cajón de los deseos, pero de ahí a que los días dedicados al Señor de Arbuniel hayan pasado en blanco va un trecho muy largo.
"La gente lo tenía asimilado, lo primero es la salud, que el año que viene estemos todos y podamos celebrarlo", aclara Espinosa, y con esa intención convirtieron las jornadas deshechas por la emergencia sanitaria en un escenario para la esperanza. Con el alivio de la desescalada, incluso fue posible celebrar la eucaristía el domingo a mediodía ante la imagen del patrón, eso sí, con la presencia a mínimos pero sin que faltara ni uno de los representantes que, tradicionalmente, acuden a la misa mayera: el alcalde de Cambil, Camilo Torres; el párroco, José Navarrete; Raquel Iglesias, reina de las fiestas del año pasado (en 2020 no ha habido nombramiento) y la propia alcaldesa pedánea.
Una celebración eucarística que la parroquia emitió vía Facebook, de forma que los vecinos pudieran participar en ella desde sus casas, y que prologó una tarde plena de emociones a las puertas de la iglesia. Sí, el Covid-19 ha desbaratado este año los momentos irrepetibles que Jesús Nazareno genera nada más tocar las calles toscareñas, pero no había quien se resignara a no mostrarle su amor y hasta las puertas de la parroquia que lo sacaron, hermoso, rodeado de flores, con un gesto de tristeza en su rostro por no poder abrazar a los suyos pero igual de grande, de prodigioso, escoltado por los miembros de su agrupación musical: "La gente pudo verlo al menos", dice Espinosa. Verlo, y llorar a mares delante de su mirada.
El otro 'escenario' de las fiestas estuvo en las redes sociales, que los arbunielenses aprovecharon para convertir estos días en horas de evasión gracias a los muchos talentos que abundan en la aldea. Ahí está Ariel, que se marcó una imitación de Michael Jackson digna de Got Talent; o esa vecina que, en un patio envidiable, pone a bailar hasta a las macetas a ritmo de swing.
"El coro de Arbuniel nos pasó actuaciones suyas en vídeo y hemos puesto actuaciones de otros años en Facebook"; lo que fuera para que el personal se sintiera en fiestas. Toca esperar a agosto, a los días de la Semana Cultural, para desquitarse la frustración y echar el resto en pleno verano, a ver si para entonces el coronavirus es historia.
Únete a nuestro boletín