El misterioso ‘asesino en serie’ de los gatos del cementerio
Ezequiel Cintas encontró a su minino 'Pikachu' sin vida en el camposanto, donde se contabilizan ya hasta veinte muertes en extrañas circunstancias en menos de dos semanas
La muerte de una veintena de gatos en extrañas circunstancias en menos de dos semanas ha alterado la paz del cementerio de Linares. No se sabe quién es el responsable, pero sí se conoce el estremecedor resultado -por el momento- de esta mano, o manos, siniestra. Las víctimas son tanto gatos callejeros como domesticados. A Ezequiel Cintas, un vecino del municipio, le han matado al suyo, de nombre 'Pikachu', de tan solo diez meses de vida. Lo encontró muerto hace unos días con "claros singnos de haber sido envenenado", afirma. El felino nació y se crió en el camposanto, donde disponía de una caseta, de un comedero y de hasta de una pequeña cama para que descansara. "Era muy querido por los trabajadores e, incluso, de las familias que velaban a sus difuntos o visitaban las instalaciones", remata el joven.
Todos los días Ezequiel se acercaba a llevarle alimento y a jugar un rato con 'Pikachu', un gato atrigado naranja con unos ojos inmensos. Nada más abrir la puerta del cementario el minino corría saludarlo y a frotarse contra sus piernas, como símbolo de aceptación y felicidad. Una amistad que, sin embargo, se vio truncada de manera abrupta por la triste noticia.
La aparición de pienso esparcido por determinadas zonas del cementerio hace suponer que detrás de la muerte de 'Pikachu' y del resto de felinos está la mano del hombre. Para Ezequiel, no hay duda de que han sido envenenados y de que el autor (autores) deben pagar por ello. "La gente se piensa que son gatos vagabundos pero todos están cuidados por los trabajadores de los cementerios", insiste el joven. La perversa historia se repite desde hace dos semanas y temen que aparezcan más gatos muertos, si nadie encuentra a esta especie 'asesino en serie' de animales.
La Policía Local de Linares, de momento, no ha recibido denuncia alguna por lo sucedido. El intendente mayor, Diego Montes, apunta que el Ayuntamiento dispone de una Patrulla Verde especializada en delitos mediombientales y de maltrato animal. "En el mismo instante que nos informan de los hechos, ponemos en marcha un protocolo de actuación y abrimos una investigación que, posteriormente, pasa a la Comisaría de la Policía Nacional", explica. El jefe de la Policía Local de Linares recuerda un caso similar que ocurrió hace un año y medio en la barriada de Santa Ana, donde aparecieron otra veintena de felinos fallecidos como consecuencia de una sustancia tóxica que, según todas las hipótesis, podría tratarse de estricnina. Aquel caso fue denunciado por el Partido Animalista (Pacma) ante las autoridades. Conviene recordar que los envenenamientos "están tipificados como delito por el actual Código Penal, así como el continuo incumplimiento de lo establecido en la Ley 11/2003, de 24 de noviembre, de Protección Animal de Andalucía, que determina que serán los ayuntamientos los responsables de los animales abandonados".
Ni Ezequiel ni los empleados del cementerio tienen una sospecha firme de quiénes podrían ser los responsables de la masacre gatuna. Le faltan pruebas, por lo que piden a todo el que tenga alguna información que la faciliten. Por el momento, el asesino, o asesinos, en serie, sigue suelto. Y los gatos que quedan por el camposanto siguen sin estar seguros.
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