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"El Aula de Debate de Jaén está entre las diez mejores de España"

Por Esperanza Calzado - Noviembre 07, 2021
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Tomamos un café en el Polígono El Valle. Apenas veinte minutos de entrevista con un interlocutor con las ideas claras y organizadas dan mucho de sí. Tanto como los vecinos que se acercan a saludarle. "Es lo que tiene ser el hijo de la kiosquera". José Miguel Cueto Cano (Jaén, 2001) es estudiante de Derecho y director del Aula de Debate de la Universidad de Jaén. Para él es sólo un título porque lo importante es lo que hay detrás de esos encuentros que llevan a cabo cada martes y cada jueves, de esos viajes, competiciones y horas y horas de estudio. ¿Quién dijo que los jóvenes solo quieren salir de marcha? Jóvenes como él quieren romper con ese tipo de estereotipos y esta semana han llegado a las semifinales en Málaga. Además, nuestro protagonista ha ganado el Premio al Mejor Refutador.

— ¿Por qué Derecho? ¿Viene de familia?

—Primero estuve dos años estudiando Administración y Dirección de Empresas pero me pasé a Derecho porque me di cuenta que las matemáticas no son lo mío y me gustan más las leyes. Lo cierto es que no me viene de familia. Soy el que más estudios tengo porque soy el que más facilidades he tenido. Mis padres siempre han tenido que trabajar y no pudieron ir a la universidad, igual que mis primos.

—¿Siempre tuvo claro que quería cursar sus estudios en la Universidad de Jaén?

—Quería hacer Ciencias Políticas y Derecho en Granada, pero la situación económica de mi hogar por entonces no era la más idónea para costear la estancia allí. La Universidad de Jaén, pese a ser joven, es muy buena en términos educativos y decidí quedarme unos años más con mi familia y amigos porque sé que mi futuro no está en Jaén. Espero equivocarme.

—¿Es de esos tantos jóvenes que sabe que se tendrá que marchar para trabajar?

—Por desgracia sí, y no es algo que me guste. Jaén tiene suficiente potencial para hacer que los jóvenes nos quedemos aquí. Sin embargo, hace falta apoyo tanto de las instituciones públicas como que las empresas privadas nos respalden. Lo vemos, por ejemplo, en el Aula de Debate. Aunque tenemos la ayuda de la Universidad de Jaén, a veces es insuficiente. Cuantas más empresas se metan en la cabeza que respaldar a los jóvenes es una necesidad avanzaremos más y nos quedaremos aquí.

—¿Cómo fue a parar al Aula de Debate de la Universidad de Jaén?

—La idea nació en una clase de Contabilidad. Fue entonces cuando a mi amiga Inés y a mi nos llegó un correo. Nos apuntamos y fuimos. El primer día me gustó, pero no tanto como para volver a la semana siguiente. A la tercera sí regresé y en ese momento fue cuando descubrí que me gustaba. El formador que estaba en aquel momento, Rafa Raya, me dijo que había un torneo en Córdoba en dos semanas y que iba a ir. Iba a acudir como introducción pero resultó que una compañera no pudo acudir y me tocó ser el "refutador uno" que es el que argumenta todo. Recuerdo que iba muy nervioso e, incluso, me temblaba la mano. A partir de ahí me gustó tanto que ya no he parado. He estado en Alicante, Salamanca, Málaga... Y todos gracias a Rafa Raya, que fue mi formador el primer año, y a Joserra Muñoz y Álex Molina.  

—¿Qué se requiere? ¿Entiendo que mucha agilidad mental, entre otros muchos aspectos?

—Sí, mucha. Pero ya no sólo agilidad mental sino ganas de estudiar y de ser agudos. No sólo vale con saber hablar bien sino que hay que saber escuchar. Cuanto más escuches y más sepas sobre un tema, mejor. El debate que nosotros practicamos normalmente es el modelo académico. Siempre hay una pregunta que es el tema del que se va a hablar.

—¿Os lo comunican previamente?

—Sí, un mes antes para poder preparar el argumento. El último ha sido en Málaga, esta misma semana, y versaba sobre si el sistema de acceso a la función pública es adecuado. Son preguntas que requieren preparación porque hay que refutar los argumentos con evidencias. He ganado el premio al Mejor Refutador y hemos entrado en semifinales.

 Fuente: Mavi Escribano (LEDU 2021).
Fuente: Mavi Escribano (LEDU 2021).

—¿Cuándo le planean el asunto a debatir, le dicen la postura que debe adoptar?

—No, te toca por sorteo. Debemos preparar argumentos tanto a favor como en contra porque no sabes cuál te va a tocar.

—Llegados a este punto de la entrevista seguro que más de un lector pensará lo mismo que yo, ¿qué pasa si hay que defender un tema con el que no se está de acuerdo? Me estoy refiriendo a ámbitos más delicados como puede ser la teología, aborto, etcétera. ¿Puede suponer un problema personal?

—Es cierto que hay muchos temas que presentan este dilema. El año pasado en la Universidad de Jaén hicimos un debate interno sobre feminismo. Por suerte, era el director del torneo y no debatía pero noté que a algunos les costó. Pero lo importante es que expongamos argumentos que se entiendan y a la misma vez no hieran la sensibilidad del que tenemos delante. Es una ponderación que debemos realizar.

—De una primera sesión que no le convenció del todo ha pasado a ser el director del Aula de Debate.

—Sí. Llevo tres años en el Aula de Debate y este curso está siendo muy bueno. El año pasado fui vicedirector con Belén que era directora. Este año como no había nadie más con tanta experiencia pues he asumido yo el cargo. Sin embargo, es sólo un título porque los puestos no son tan importantes si el grupo funciona bien, cohesionado y unido. Eso se ha producido en nuestro grupo en estos dos últimos años y conseguir los resultados que hemos tenido.

—¿Somos buenos en Jaén debatiendo?

—Sí. Estamos dentro de las diez mejores Aulas de Debate de todo el país. Pero no hay que confiarse para no bajar el nivel. Mi propósito de este año es que la gente aprenda pero, a la vez, que sea un poco competitiva. No quiero quedarme en cuartos, sino que mejor llegar a la final y si la ganamos, mejor que mejor. Lo que pasa es que a la hora de evaluar a veces se utilizan criterios subjetivos y se nota como determinadas áreas geográficas como Madrid tienen mayor peso y juegan con ventaja. No partimos de igualdad de condiciones y hay percepciones subjetivas. Pero yo quiero romper con ese estereotipo. De todas formas, en los cinco años que llevamos estamos consiguiendo premios importantes tanto a nivel individual como grupal.

—¿Cuántas personas componen el equipo?

—Este año hemos tenido récord de inscripciones, con casi 60. La media de otros años ha sido siempre entre 15 y 20. Ya el año pasado se apuntaron unos 30.

—¿A qué cree usted que es debido este aumento?

—Hay mucha gente que dice que hubo una serie de 'adolescentes élite' que sacaron el tema del debate y de ahí viene. Pero yo creo que no. Creo que es debido a la necesidad que tiene la gente de perder el miedo a hablar en público, a aprender a hacer exposiciones, presentar trabajos, etcétera. Además el boca a boca ha hecho mucho. 

—¿Todos los desplazamientos son financiados por la Universidad?

—Casi todos. Lo bueno es que tenemos una universidad que se ha volcado mucho con nosotros al ver que hemos obtenido tan buenos resultados. Quizás esto sin la UJA no hubiera sido posible. 

—¿Cómo se compagina estudiar para el Grado y para preparar el debate?

—Es mucho lío, la verdad. En mi caso, tengo mucha capacidad de estudio y lo que hago es dedicar la tarde a Derecho y las noches al debate. No hay remedio que hacerlo así para ser más competitivo, saber más y poder estudiar. Hay que prepararse mucho y sacrificar tiempo de dormir o de estar con tus amigos de fiesta, por ejemplo. Hay ocasiones en las que no veo a mis amigos durante un mes. 

—¿Sus padres qué dicen? ¿Les debate mucho?

—(Ríe) No porque la figura de la autoridad siempre prevalece. Están muy orgullosos de mí. No sólo mi familia sino también de mis amigos. Tengo el apoyo de todos y entienden lo importante que es para mí. Ellos lo único que me dicen es que no deje de lado mi carrera, que no sacrifique mis estudios. De momento, puedo con todo pero cuando tenga que parar lo haré.

 Fuente: Fundación Española de Debate Jurídico
Fuente: Fundación Española de Debate Jurídico

—¿De todas las metas alcanzadas hasta ahora, de cuál se siente más orgulloso?

—Uf. El primer debate tras la pandemia fue en Madrid y jurídico sobre si las plataformas como Google o Amazon vulneran la libre competencia. A ese torneo fuimos a pasarlo bien y cuando vi que el premio al mejor jurista revelación se lo llevó mi compañera Lucía me llenó de orgullo. Me emocioné mucho y supe que ese era el motivo por el que sigo en el Aula de Debate, para aprender y para formar. Para ver cómo puedo ayudar a otras personas. Es lo que más enriquece. Otro premio del que me siento orgulloso es el de mi compañera Inés que obtuvo el premio al mejor refutador. Ella entró conmigo y es un premio compartido porque nos hemos formado juntos, codo con codo. Pero en el fondo el motivo esencial es formar a compañeros y verlos triunfar, eso es muy enriquecedor.

—¿Cómo han sido los debates en pandemia?

—Ha sido complicado. Lo hicimos en un campo, montando toda la escenografía para que se nos escuchara y se nos viera, pero no es lo mismo. En los debates es la parte presencial lo que engancha, ese cara a cara y contacto visual. La puesta en escena gusta mucho.

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