El regreso a las aulas
Tenemos muy cerca el comienzo de un nuevo curso escolar, allá por el mes de marzo, los centros se cerraron y los niños, maestros, profesores y padres con ayuda de los abuelos, vivimos una nueva realidad, una forma de aprender, de aprovechar el tiempo, hacer los deberes escolares utilizando las redes sociales, en la soledad de nuestra casa, con falta de contacto social, en mayo el Gobierno no tenía otro objetivo que comenzar el nuevo curso con las clases presenciales, pero...
Es el momento de plantearnos y dar algunas respuestas a interrogantes que nos tienen muy preocupados a toda la sociedad.
¿Nos hemos preguntado cómo les fue a los niños, en el periodo de alarma sanitaria? Existen muchas variables que pueden afectar en el rendimiento escolar del alumnado y una de las más importantes es el grado de integración social. Mi experiencia cercana me dice que ha habido de todo. Unos han mejorado sus rendimientos escolares, otros han bajado, pero las notas es lo de menos, diríamos algunos. Otros piensan que lo importante es no dar un curso por perdido, todos hemos aprendido, la utilización de las redes sociales, video conferencia y demás han sido positivas y de lo que no tenemos duda es que todos han echado de menos a los amigos, compañeros, maestros, profesores y ahora desean volver a verlos.
Todos sabemos la necesidad del contacto físico, de tener cerca a los amigos, ¿cómo podemos evitar que esto ocurra? Sí, este es precisamente un aspecto muy importante en la vida de las personas y forma la esencia de la educación, queremos personas sociables, abiertas, criticas, así aseguramos una sociedad mejor.
Volver a la situación de marzo podría ser un tremendo fracaso, pero la realidad es que los centros no disponen de unas infraestructuras para duplicar aulas y espacios que garanticen el distanciamiento social y además tendrían que disponer de espacios específicos, donde aislar a los niños en caso de algún síntoma indicativo del problema.
Si hablamos de la propuesta de grupos burbuja, ¿cómo organizan las familias los días que sus hijos e hijas tengan que trabajar en casa? Para hacer más fácil la educación en casa será necesario mantener para los padres el sistema de teletrabajo,
¿Qué debemos priorizar la educación o la salud? Evidentemente apuesto por salud con educación. ¿Creemos de verdad que el lavado de manos, la distancia social, la mascarilla o el gel, siendo imprescindibles estos elementos, por sí solos, nos dan tranquilidad a la sociedad para tener cierta seguridad de no contagio?
¿Qué papel les damos al personal sanitario en los centros? La respuesta es sencilla, son imprescindibles. Su trabajo, su presencia en los centros, lograría dar cierta tranquilidad, independientemente de educar en el autocuidado, mejorar la formación sanitaria, el control de síntomas y por supuesto la confianza que les daría a los alumnos, profesorado y familias, para realizar la labor conjunta que pretendemos.
Todos conocemos que los profesionales de la educación, no son sanitarios, que están formados y preparados para ayudar en todo, ya lo demuestran en el día a día, pero no les dejemos como responsables últimos de lo que puede ocurrir, su labor educadora queda reducida en estos momentos a la incertidumbre, por ejemplo: ¿cómo organizar la entradas y salidas?, ¿mi aula?, pero lo más importante es que deben pensar en que están con sus alumnos, que son personas que tienen toda la vida por delante, que desean aprender para poder soñar con su propio futuro y a los que un “virus”, les está quitando el derecho a una enseñanza de calidad, que podrían recibir si todos pudiéramos hacer el trabajo, con seguridad.
No estoy de acuerdo en la afirmación de que “vamos a perder una generación por el cierre de los centros”, debemos comenzar el curso con seguridad sanitaria, del resto se encargan los profesionales de la educación consiguiendo que los daños colaterales: sociabilidad, aprendizaje de conocimientos y su aplicación, hagan que los alumnos puedan ir teniendo una correcta trayectoria escolar.
Si se realizan esfuerzos económicos en todos los sectores y servicios. ¿Por qué no en sanidad y educación?, apostemos por el futuro. Es decir, por la salud.
La experiencia del verano nos debe llevar a reflexionar antes de dar pasos en falso. Nuestro enemigo “el virus” no tiene miramientos con la edad, un centro tiene por media a unas 400 personas, cada una de ellas con su núcleo familiar cercano, pensemos en que esa concentración de personas diariamente, en positiva y no políticamente y entonces seguro se tomarán las medidas oportunas.
Por último, amigo lector, debemos tener confianza en que con el trabajo y la responsabilidad de todos superaremos esta situación.
Texto de SECOT Jaén
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