En busca de 'techo' para los gatitos de Villanueva de la Reina
La asociación Proav pide casitas de perro usadas o de juguete para que los felinos sin hogar pasen el invierno lo más protegidos posible
Dejó dicho Leonardo da Vinci que el más pequeño gato es una obra maestra, por más que a muchos de ellos se les niegue no ya el techo de un museo, sino la más elemental cobertura que los proteja de calores, fríos, escarchas y lluvias.
Lo saben bien en Proav, la asociación que trabaja en Villanueva de la Reina por el bien de los felinos sin hogar del municipio.
Un colectivo nacido en 2022 "de una manera bastante urgente", como explica su secretaria, Rosa María Lorente López, a este periódico: "Empezaron a desaparecer esos gastos hasta que me di cuenta de que los estaban capturando y, supuestamente, esterilizándolos para soltarlos por otras zonas del pueblo".
Agrupados bajo la pasarela de hierro villanovera o en el "refugio" que esta asociación se cuajó "en un terreno del Ayuntamiento, donde pusieron una valla", los rigores del verano (que ya tocan a su fin) o los del invierno (que amenazan con llegar más pronto que tarde) han movido a la exigua nómina de asociados (la propia Lorente y la presidenta del grupo) a clamar ayuda:
"Pedimos colaboración para encontrar alguna casita de perro que no uséis o alguna casa de juguete de vuestros hijos que tampoco utilicéis, para proteger a varios gatitos, principalmente los más pequeños. Si se os ocurre otra cosa que pudierais donar con el mismo fin, también se agradece", expresan en el llamamiento que realizan a través de sus redes sociales.
Les valen mientras no calen, o sea, en tanto sirvan para su fin principal: "Si hay que arreglarlas, las arreglamos", apostilla Rosa, que descorazona hasta al más desalmado cuando describe el 'mobiliario' actual del refugio: "Allí tenemos estructuras de palés, pero es insuficiente".
Con estos mimbres, apelan a la conciencia de la gente, primero, para ofrecerles ese techito que para los animales será un verdadero paraíso y, además, con la intención de que las buenas almas salgan a flote y no se las vean y se las deseen para cumplir con su solidaria causa:
"No tenemos medios ni recursos, tampoco muchas personas que nos echen una mano a limpiar o a alimentar a los gatos si nosotras tenemos que faltar unos días; no tenemos subvenciones, hemos probado a pedirles pero como somos un grupo tan pequeño y con poca actividad en las redes, no nos dan puntos y nos las deniegan".
Agradecidas a los pocos benefactores que de vez en cuando les echan un cable llevándoles "un saco de pienso", suplican: "Nos pesa mucho la comida, esto se está poniendo insostenible, y también los gastos veterinarios". Y puestas a pedir, concluyen:
"Que castren a sus gatos y gatas, que no abandones a los gatitos, que hablen primero con nosotras". No parece mucho, y para ellas sería un mundo.
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