Cerrar Buscador

“Hemos ayudado a más de 300 familias sin importar su origen”

Por Fran Cano - Septiembre 03, 2017
Compartir en X @FranCharro

Jessica Macías Loor (Ecuador, 1970) no imaginó que un golpe de Estado la sacaría de su país. Reside en Jaén desde 2003 y es la presidenta de la Asociación Entorno Mujer. El colectivo apoya a mujeres inmigrantes desamparadas, víctimas de malos tratos y sin recursos. La crisis ha provocado que la asociación también dé cobertura a mujeres jiennenses indefensas. Macías dice han ayudado a más de 300 familias sin importar su procedencia. Han conseguido hacerlo sin una sede fija —operan en la de ‘GEA’—, el reto que aún se le resiste a la ecuatoriana enamorada de Jaén. La entrevista es en la estación de tren, mientras llueve.

—¿Por qué se animó usted a presidir un colectivo que ayuda a las mujeres inmigrantes en Jaén?

—Justo por el hecho de que estamos lejos de nuestra tierra. Queríamos hacer un punto de encuentro para defender nuestros derechos. Y la idea es ayudarnos entre todas, para que estemos en una situación legal las mujeres que residimos en Jaén.

—¿Cuáles son las principales peticiones de las mujeres auxiliadas?

—El empleo y la vivienda son lo más importante.

—‘Entorno Mujer’ sigue sin sede. ¿Se han rendido ya?

—No, no, no tiramos la toalla todavía. Aún seguimos en la lucha: preguntamos, vamos a todos los sitios y le pedimos cita a todas las concejalías y al propio alcalde de Jaén. La edil Reyes Chamorro nos atendió muy bien, y nos asesoró sobre lo que necesitamos. Le he dicho que somos la primera asociación de mujeres inmigrantes en Jaén. Las pioneras en nuestro ámbito.

 Macías espera que su colectivo tenga sede propia. Vídeo y fotos: Esperanza Calzado.
Macías espera que su colectivo tenga sede propia. Vídeo y fotos: Esperanza Calzado.

—Aparte de la sede, ¿qué otras necesidades tiene el colectivo?

—Tenemos muchas, porque queremos hacer muchos proyectos. El hecho de no tener un sitio nos condiciona a la hora de promover tareas. Apostamos por actividades que ayuden a conseguir empleo. No sólo atendemos a los socios, sino a cualquier persona que acuda a nosotras por cualquier necesidad. Le orientamos, le asesoramos y lo acompañamos. No tenemos más recursos que los nuestros y algunas donaciones, pero muy poco.

—¿Han conseguido que alguien encuentre trabajo?

—Sí, el boca a boca permitió que una socia trabaje como asistenta del hogar. Se busca a menudo el perfil de mujer interna. Y cuando me llaman a mí, tenemos un grupo de WhatsApp para ver quién es la persona más necesitada. Sí que hemos ayudado.

JAÉN Y LOS EXTRANJEROS

—¿Esta ciudad tiene una relación positiva con los extranjeros?

—Sí, sí. Nosotros nos sentimos integrados y acogidos aquí, en Jaén. Es más, yo no me quiero ir de Jaén, porque mi hijo ya no vive aquí. Se ha marchado a Málaga para terminar sus estudios porque aquí no hay trabajo. No me quiero despegar de Jaén. Todas mis vivencias, mis emociones buenas y malas, las he vivido aquí. Parece como si hubiese nacido aquí porque no me acuerdo mucho de mi vida en Ecuador.

—¿Hay restos de xenofobia?

—Sí, un poco de discriminación en los trabajos. Hablo por experiencia propia. Sí sufrí por culpa de compañeros de trabajo. Hay gente que quizá por ignorancia habla sólo porque tiene boca.

—¿La juventud es más abierta o más reaccionaria?

—Es más abierta, sí.

 La entrevista se da en la terraza del bar de la estación de tren.
La entrevista se da en la terraza del bar de la estación de tren.

—Quizá los latinoamericanos, por el idioma, son el colectivo extranjero que más fácil se integra en España. ¿Cierto?

—Sí, por el idioma sí, pero es cierto que aún está ese mensaje de “primero la gente de aquí, después el resto”. He estado en reuniones de inmigrantes en las que se habla de que ahora la gente de fuera hace los trabajos que no quieren los de aquí, como la recolecta de la aceituna o el empleo en el hogar. Aunque nos duele, lo tratamos pasar por alto. De lo contrario es un sufrimiento y un sinvivir. Es mejor apaciguar.

NOSTALGIA DE ECUADOR

—¿A qué se dedicaba en su país?

—Trabajé de secretaria ejecutiva en el Ministerio de Agricultura. Era fija, como se dice en España. Empezó una crisis, igual que aquí, hubo un golpe de Estado y tuvimos que salir. Me dijeron que o renunciaba o me iba sin dinero, de manera que renuncié, claro. Yo estaba bien allá, y no tenía pensado salir. Tenía buenas condiciones económicas. Pero así nos toca a veces.

—Se vio obligada, según dice.

—Sí. Me fui con mi hijo que tenía cuatro años. Fue un caos.

—¿Qué es lo que más echa de menos? Lo que se traería aquí si pudiera.

—Mi familia, porque están todos allá. Sólo tengo a mi hijo en España. Extraño la comida y el calor de nuestra gente.

Su exilio fue obligado. Dejó a su familia y un buen trabajo.

—¿Hay más hambre de cultura en Latinoamérica que aquí?

—Allá hay mucho enriquecimiento de cultura. Aquí también, a su medida. Lo que pasa es que está como confundida la forma en que los españoles perciben la cultura de nuestros países. Pero ya le digo, hay mucho enriquecimiento. Parece que a ojos de algunos españoles somos incultos o analfabetos. Nada de eso; todo lo contrario.

—¿Ha conocido gente aquí que se haya planteado iniciar nueva vida en América Latina?

—Claro que sí. Y se han ido. En mi país hay muchos españoles trabajando.

—Hay muchísimos jóvenes jiennenses desempleados que ven en Perú o Chile, por ejemplo, más oportunidades de trabajo. ¿Qué les recomienda a quienes cruzan el charco?

—Seguro que se adaptarán muy bien, porque allá es otra cultura: al extranjero lo acogemos con el mayor agrado. Es alguien bienvenido al que le mostramos lo mejor que tenemos. Somos muy hospitalarios para que quien venga se sienta cómodo.

—Puede acabar esta entrevista con el mensaje que quiera.

—Nosotros vamos a seguir en la lucha. Mi propósito es conseguir el local. Así estará afianzada ‘Entorno Mujer’. Hay gente que aún no nos conoce, aunque somos como un icono para las instituciones. Nos falta el sitio, y cuando lo tengamos nos daremos más a conocer. La razón social de la asociación es el desarrollo de la mujer inmigrante. Y debido a la crisis también atendemos a las españolas. Trabajamos la igualdad entre hombres y mujeres. De hecho, tenemos socios. Lo importante es integrarnos y convencernos de que sí se puede. Lo más bonito es vivir en hermandad.

 Macías quiere seguir al frente de su colectivo.
Macías quiere seguir al frente de su colectivo.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK