El año de la cara y la cruz del precio del aceite de oliva
España mira a Italia, que ya ha anunciado que la caída de la producción de aceite de oliva le obligará a importar hasta el 75% del aceite
El sector del aceite de oliva comenzó el año con una tendencia alcista de los precios. El virgen extra se pagaba en enero de 2024 a 9,050 euros; el virgen, a 8,649, y el lampante, a 8,156. Ahora, a las puertas de cerrar el año, las tres categorías se cotizan en origen por debajo de los 4 euros.
¿Por qué? No lo entienden las organizaciones agrarias. No se lo explican. A lo largo de los últimos doce meses, el mercado del aceite de oliva ha estado marcado por las buenas salidas, llegándose a vaciar casi totalmente las bodegas.
“La banalización del aceite con la bajada del precio empobrece al olivarero español y enriquece a la industria exportadora”, asegura el secretario general de COAG Jaén, Juan Luis Ávila. Añade que con la excusa de bajar el precio de un producto que no supone un gran desembolso en el conjunto de las cesta de la compra, 30 euros por familia según los informes, se está empobreciendo a más de 200.000 familias en Andalucía y enriqueciendo a las cuatro familias que se dedican al comercio mundial del aceite.
Esta situación también ha sido alertada por la Cátedra Caja Rural de Comercialización y Cooperativismo Agrícola de la UJA, que ha presentado su Informe Anual de Coyuntura del Sector Oleícola 2024. El catedrático Manuel Parras señala la bajada de los precios en origen es “un problema importante”, lo que no ocurre con los precios en destino “que no están bajando tanto”.
Sobre la demanda, el informe pone sobre la mesa que en el año 2019 se consumían en los hogares 130.000 toneladas de virgen extra, frente a las 35.000 de ahora.
LA COSECHA
En cuanto a la cosecha, tiene kilos pero sin rendimientos, por lo que las previsiones pueden ser bastante cercanas al aforo. GOAG explica que otro dato a tener en cuenta es que la producción más allá de Andalucía, Castilla la Mancha y Extremadura, será muy baja. Las existencias a 31 de noviembre eran en España 50.000 toneladas más bajas que en la misma fecha de 2023. Y el Ministerio en su última reunión estimaba que la producción nacional solo será un 6% superior a la media de los últimos cinco años, y que las existencias serán un 56% menor a esa media.
Lo mismo ocurre a nivel internacional. En Italia, ya ha anunciado que la caída de la producción de aceite de oliva le obligará a importar hasta el 75% del aceite que necesita para abastecer a su mercado. Turquía y Túnez van a incrementar considerablemente su producción, aunque nos preocupa que las cifras que aportan, sobre todo en el caso de Turquía sean especialmente altas, cuando las noticias que nos llegan es que la realidad dicta de ser esa. Con la previsión de cosecha de la Unión Europea cubrimos el mercado.
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