Una madre en busca del hijo que nunca tuvo en sus brazos

Una familia afincada en Jerez pero originaria de Linares emprende una campaña en las redes para localizar a un supuesto bebé robado en la Ciudad de las Minas
No saben su nombre ni el lugar donde vive, ni siquiera tienen la certeza de que realmente exista, pero algo les empuja a pensar que uno de los miembros de la familia fue "robado" al nacer y ahora, casi cincuenta y un años después, están dispuestos a batirse el cobre para descubrir la verdad y satisfacer una duda que les pesa desde hace ya demasiado tiempo.
Según narra a este periódico Mónica Melero, su abuela, linarense de cuna, parió en un mismo día a dos criaturas: una de ellas, un niño llamado Francisco, que actualmente reside en Tenerife y cuyo posible gemelo o mellizo es el protagonista de esta historia. Ahí arranca el enigma.
"Ella nos ha contado siempre que estaba embarazada de dos, que la asistió un médico de apellido Sagra con una de las monjas que estaban entonces en el Hospital de los Marqueses de Linares, que primero tuvo un niño, se lo llevaron y al volver ella a la habitación empezó otra vez con contracciones. La llevaron a paritorio de nuevo y en todo momento no vio a ninguno de los dos niños, le trajeron solo uno".
En palabras de Melero, recogidas del testimonio de la madre de su madre, "el médico le dijo que el segundo estaba muerto, que había nacido fallecido, pero nunca se lo enseñaron".
Hasta ahí, una historia desgraciada que los años se habrían encargado de curar si no fuera por un episodio posterior de lo más inquietante: "Al cabo del tiempo, mi bisabuela estaba en Linares con mi bisabuelo y le dijo a mi abuela que había visto a Francisco con un hombre; mi abuela le dijo que no podía ser, que Francisco había estado con ella todo el día, pero su madre insistía, decía que era igual que él y que iba de la mano del médico Sagra".
Mónica ha tomado las riendas de una búsqueda que no se promete fácil, pero lo tiene claro: "Mi abuela siempre ha preguntado por ese tema, le quedó esa duda de si su hijo seguía vivo o no; vamos mucho a Jaén pero nunca lo habíamos movido hasta ahora, pero es un eslabón que se ha quedado ahí colgando, siempre en el pensamiento", explica. Y apostilla: "La abuela está un poco desesperanzada, pero le gustaría encontrarlo".
Con ese objetivo, Melero ha confeccionado un collage de fotografías que muestran la evolución de su tío Francisco, por si a alguien le resulta familiar su rostro y pudieran llegar a identificarlo como gemelo o mellizo suyo.
Unas fotos que navegan por las redes sociales rumbo a la mirada capaz de dar con ese supuesto "bebé robado" (en palabras de Mónica) que cerraría un inacabable círculo de incertidumbre y para cuya resolución remiten a las propias redes sociales de esta familiar, empeñada en el noble oficio de no dejar ninguna rama suelta en el árbol genealógico de los suyos.
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