La brillante aventura europea de un joven estudiante iliturgitano

Alejandro Martos, del IES Nuestra Señora de la Cabeza de Andújar, aspira a lo más alto en uno de los programas de becas más importantes de España

"El consejo más importante que puedo dar a los jóvenes es que esencial adaptarse y sentirse cómodo en la incertidumbre; puede que dudes, pero si no ves el camino claro...".

Podría decirlo un catedrático emérito, un psicólogo o un 'coach' especializado en liderazgo, vaya que sí; pero no, esa rotundidad, esa seguridad en su mensaje y en su manera de expresarlo es de alguien de quien se puede decir de todo menos que está de vuelta, en las afueras ya de su existencia, curtido en esa serie de colisiones con el futuro que decía Ortega que es la vida.  

Dieciocho años recién cumplidos tiene el autor de ese consejo inicial, un iliturgitano que responde al nombre de Alejandro Martos Bellidos y cuya brillantez académica, unida a un buen número de aptitudes más, lo han situado a las puertas mismas de culminar una de las convocatorias estudiantiles más importantes de España: las Becas Europa, promovidas por el Banco Santander y la Universidad Francisco de Vitoria.

Novato en esto de la mayoría de edad, sí, pero escucharlo es oír una voz cargada de prudencia y ambición a la par, que desde su aula andujareña de segundo de Bachillerato en el IES Nuestra Señora de la Cabeza aspira a conocer las principales sedes del conocimiento del continente de la mano del esfuerzo: el que ha realizado junto con su selecto grupo de compañeros, tan brillantes como él: 

"Contactamos entre los doscientos seleccionados, para formar grupos por nosotros mismos, a través de las redes, de whatsapp... Fue curioso ese momento de asumir el rol de ser un trabajador más buscando un equipo con el que aliarte para hacer un buen trabajo, fue divertido. He tenido suerte, son un grupo bastante abierto, me sentí cómodo con ellos desde el principio", celebra.

Tras superar las diferentes fases propuestas por la organización, Martos y los suyos (a los que capitanea) se encuentran ahora entre los serios 'favoritos' para llevarse el 'premio':

Un viajazo para los cincuenta mejores alumnos preuniversitarios de España "con el propósito de compartir con ellos la experiencia de un viaje de veinte días, aproximadamente, alrededor de Europa, visitando las principales universidades y participando en un programa de conferencias, encuentros con personalidades de primer nivel del mundo académico, político y cultural y participando en actividades culturales y de ocio", aclaran desde Becas Europa.

UN JOVEN DE SU TIEMPO

Músico (toca el bajo y la guitarra), deportista, aficionado a la fotografía, emprendedor, amigo de sus amigos, familiar... Todo eso lo caracteriza, pero su futuro profesional lo tiene más que definido: 

"Me veo haciendo ingeniería informática, me encanta la ciberseguridad, programar para hacer un sistema que permita a cualquier usuario accedr a una interfaz me parece fascinante", asegura a Lacontradejaén. 

Un gusto que, afirma, le viene de casta: "Realmente, la tecnología me divierte y se me pasan las horas muy rápidas con ello; mi padre es un entusiasta de la informática y la tecnología, creo que en gran parte me viene de él". ¿Se le estará cayendo la baba al progenitor, Rafael Martos, mientras lee esta declaración de su vástago? Más que posiblemente. 

Emociones aparte, lo cierto es que Alejandro Martos Bellido destila precisamente capacidad emocional a través de cada una de sus frases, y hasta de sus silencios. No en vano, los trabajos que lo han conducido al umbral de la Beca Europa tienen mucho que ver con la solidaridad, con la empatía.

'¿QUÉ DICE LA PALMA?'

"La fase individual que tuve que afrontar la enfoqué a partir del tema propuesto por la organización, un tema de  interés público y actualidad, este año la erupción del volcán de La Palma: un tema candente", apostilla.

Se puso manos a la obra, se empapó de información al respecto, llegó a implicarse casi como un palmero más y donde los demás veían solo desgracia, él encontró un hueco para dar rienda suelta a su positividad:

"Había varios campos, el social, el espiritural, el estructural, el académico... Yo tiré por lo medioambiental, basándome en el aprovechamiento de esas cenizas que tanto molestaban a la población".

Una vez traspasada esa etapa, el fruto de la puesta en común de propuestas entre el grupo derivó en una conclusión más realista: ¿Qué dice La Palma?, la iniciativa de ocho participantes de las Becas Europa por y para los palmeros."un proyecto pleno de humanidad que cuenta con testimonios de "los palmeros que no tienen voz":

"La gente ha participado muy activamente, es lo que más nos sorprendió; con mucha ilusión nos contaban sus desgarradores testimonios, pese a estar en esa racha nos dedicaban esos momentos. Éramos incluso un desahogo psicológico, una suerte de terapia para esas personas", manifiesta, seguro de haber salido enriquecido interiormente de esta experiencia: "Hemos sentido una pequeñísima parte del dolor de los palmeros, y eso nos ha hecho mucho más realistas con la situación, más cercanos". 

Ahora toca esperar, que es lo mismo, o casi, que aspirar. Si las buenas vibraciones no fallan, Martos, al frente de su grupo, será el perfecto embajador del alumnado de Andújar en las altas instituciones académicas europeas que visite como reconocimiento a su trabajo, aunque desde el 'Nuestra Señora de la Cabeza' lo tienen meridiamente claro: "En junio se conocerán los afortunados, aunque ya es un triunfo llegar a esta fase".

"Muchos jóvenes (reflexiona el propio becario), muchos alumnos en el sistema actual educativo en España no tienen cien por cien claro su camino, dónde encontrar aquello que buscan, y es muy importante dedicarse a aquello que te guste". La vocación, que es la espina dorsal de la vida. O eso decía Nietzche.