Verónica Camacho (y Cía): una referente del belenismo en Mengíbar

Verónica Camacho acumula premios del concurso local gracias a un nacimiento que monta desde que era pequeña y que cada año crece en novedades
En un hermoso poema de navideña hondura, don Miguel de Unamuno pedía: "Agranda la puerta, Padre / porque no puedo pasar; / la hiciste para los niños. / Yo he crecido, a mi pesar. // Si no me agrandas la puerta, / achícame, por piedad, / vuélveme a la edad bendita / en que vivir es soñar".
Y eso es lo que hace, año tras año, Verónica Camacho Herrera (Mengíbar, 1992) junto con su familia: cruzar el umbral que la devuelve a su infancia, esa desde la que empezó a cultivar una entrañable afición que la ha llevado a convertirse, a día de hoy, en todo un referente en el municipio.
"Lo llevo haciendo desde chica, toda la vida; empezó mi padre con cuatro figuras, aunque él, de chico, ya lo tenía, de su abuelo. Lo montábamos en Navidad todos los años, y luego seguí yo", explica a Lacontradejaén esta belenista con tantos premios ya en sus vitrinas que bien podría decorar el cielo de su nacimiento con los diplomas conseguidos: "En 2019 gané el primer premio del concurso de Mengíbar y este año lo he ganado otra vez; el año pasado el segundo y el anterior, un tercero", detalla.
Vamos, que es toda una maestra en eso de nevar harinas y bautizar con ríos naturales las orillas de corcho y de serrín. "Cada año vas comprando piezas, aumentándolo, y lo vas juntando con otros: por ejemplo mi marido tenía un belén, no lo ponía y lo hemos unido", aclara.
Y aunque el nacimiento sigue contando con piezas de la primera época, Navidad tras Navidad crece en tamaño y en novedades: "Este año hemos metido varias casas fabricadas, mi padre ha hecho el templo a mano y hemos incorporado figuras del pueblo, como Santa María Magdalena; la hemos puesto como una estatua en la plaza del pueblo".
¡Hasta de detalles impresionistas puede presumir!: "Este año simulamos la noche y el día con luces led y un temporizador, para el atardecer y el anochecer. Y hay también una luna de fondo, para dar más realismo a la noche", enumera con la misma pasión que el arquitecto describe su proyecto (para ver imágenes y vídeo, pinchar este enlace)
Todos involucrados: su padre, su madre, su hermana,un primo joven que ha heredado su vocación y anda ya montando un belén propio, en Jaén, de esos que quitan el hipo... "Se disfruta, no se hace por obligación sino por gusto, por devoción y porque te entretienes, con toda la familia aportando...", apostilla Verónica. ¡Haciendo Navidad en casa!
Una semana "como mínimo" le cuesta edificar la ciudad donde nació Jesús en el salón de su hogar, una hermosa estancia que, en estas fechas, se queda en la mitad 'por culpa' del belén. Un trajín que en cuanto es advertido por el vecindario, empieza a hacer ruido, a generar runrún.
Y si hay que 'prestar' talento, se presta: "Hace un par de años, el belén del Ayuntamiento (que lo donó una mujer) se montó en palacio y me llamaron para echar una mano". Lo dicho, un referente en lo suyo.
¿Quieren verlo, disfrutarlo? Acérquense a Mengíbar, pregunten por la tienda de alimentación del Pocillo (de la que es propietario el marido de Verónica Camacho) y él, "gustoso", les indicará dónde está ese nacimiento, o hasta los acompañará a la misma puerta de un hogar mengibareño donde la Navidad se siente como en casa.
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