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Belén y San Roque, setenta años de historia

Por Javier Cano - Septiembre 07, 2025
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Belén y San Roque, setenta años de historia
La Borriquilla ante la fachada y la torre de San Roque. Foto: Ayuntamiento de Jaén.

La primera piedra del templo jiennense, proyectado por el arquitecto municipal Antonio María Sánchez, se colocó en octubre de 1955

Cuatro kilos de entonces, que ahora serían 24.040,48 euros, costó levantar la parroquia de Nuestra Señora de Belén y San Roque, cuya primera piedra se colocó y bendijo el nuncio apostólico monseñor Antoniutti a finales de octubre de 1955, o lo que es lo mismo, hace siete décadas de nada. 

Una nueva iglesia que se sumaba al repertorio sacro de la capital jiennense en aquel antiguo ejido de ermitas desde el que, más o menos hasta esa época, era posible divisar (de abajo a arriba) prácticamente la ciudad entera, algo impensable a estas alturas de la película. 

Proyectada por el arquitecto madrileño de cuna y jaenero de adopción Antonio María Sánchez (1896-1972), tertuliano del Portalillo y gran aficionado a la fotografía (de su cámara salieron algunas de las pocas instantáneas que se conservan de la legendaria tertulia), la nueva parroquia ocupó un solar de casi mil cuatrocientos metros cuadrados cedido por el Ayuntamiento (presidido a la sazón por Alfonso Montiel Villar). 

¿Su primer párroco? Francisco, uno de los recordados gemelos Álamo Berzosa, con calle dedicada en la capital, que hasta 1962 (siete años después de la primera piedra) no vio terminado el flamante templo, de cuya construcción fue responsable la empresa de los Siles.

A los orígenes santistebeños del canónigo Álamo se debe, precisamente, la profusión de imágenes de Jacinto Higueras Cátedra (1914-2009) que constelan el recinto sagrado: entre ellos los titulares, Nuestra Señora de Belén (donada por el Colegio Oficial de Arquitectos) y el mismísimo San Roque, salidos de la gubia del gran artista y que ocuparon plaza en el inmueble que antecedió a la iglesia, ubicado en la calle Guadalquivir. La imagen de la Mulica, también de Higueras, fue desterrada al convento de las dominicas a comienzos del XXI.

Característica igualmente del edificio es la vidriera que en forma de cruz preside el testero, pieza firmada por otro grande de aquí, Pablo Martín del Castillo (1889-1963), figura esencial en la formación de un buen número de artistas del XX en la provincia.

Ya en el exterior cabe destacar la fachada, simplísima, y la enhiesta torre, icónico perfil del Jaén moderno a cuya sombra nace, cada Domingo de Ramos, la primera procesión de la Semana Santa local (también acogió a Los Estudiantes durante más de un lustro) y cuyas campanas doblaron, un 6 de mayo de 1967, por el mito deportivo que fue Ángel María Arregui, muerto un día antes en accidente de tráfico y vecino del barrio. 

Remozada en su interior hace apenas unas semanas, setenta años de historia acumula entre sus muros.

 La parroquia de San Roque, en construcción. Foto: Archivo de Javier Cano.
La parroquia de San Roque, en construcción. Foto: Archivo de Javier Cano.

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