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LA BERREA O LA BELLEZA DEL ESPECTÁCULO NATURAL

Por Fran Cano - Octubre 17, 2020
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LA BERREA O LA BELLEZA DEL ESPECTÁCULO NATURAL
Fotografía: Juan Vicente Córcoles.

Jiennenses describen el encanto de la berrea desde Cazorla, Villanueva de la Reina, la Sierra de Andújar y la Sierra Sur. ¿Puede ser aún más rentable el bramido del ciervo en Jaén?

Silvia Calasanz, vecina de la Sierra Sur, ha escuchado por primera vez la berrea a los 58 años de edad. Lo hizo hace una semana junto con su esposo en Valdepeñas, en una explanada cerca de la carretera. Pasaban las 20:30 horas y todo estaba oscuro. El matrimonio se bajó del coche y apagó las luces. Al principio sólo escuchaban a los grillos. Hasta que irrumpió un bramido. "El primer ciervo que escuchamos sonó muy fuerte. Se nos fue un sobresalto. Parecería que estaba muy cerca", relata Calasanz. Después escucharon cómo llegaban lo que parecían respuestas desde la otra parte del monte. ¿Cómo suenan los machos en celo? "No sabría describirlo, pero es profundo. Impone el poderío de la naturaleza. No sabía que tenía un espectáculo así tan cerca", dice.

La berrea expira, porque el periodo comprende entre mediados de septiembre y la mitad de octubre, justo cuando se abre la veda de la caza mayor. En Jaén hay aficionados que saben cuáles son los lugares predilectos para disfrutar del espectáculo, desde la Sierra Sur hasta el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas pasando por la Sierra de Andújar. ¿Puede ser aún más rentable desde el punto de vista turístico el bramido del ciervo? "Ya es un producto turístico por sí sólo. A veces nos empeñamos en crear productos y meterlos en el mercado encorsetados, y acaban por no tener éxito", asegura en declaraciones a este medio José Ayala, presidente de la Asociación de Empresas de Alojamientos de la provincia.

El Gobierno andaluz proyecta la berrea como "un valor verde" avalado por la sostenibilidad para impulsar a los municipios de la sierra. "Pasear y descansar, respirar aire puro y escuchar la naturaleza en una época donde los sonidos cobran más protagonismo que nunca", señalan desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible acerca de la propuesta de la Red de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Andalucía en Jaén.

La brama está incluida dentro del Plan de Dinamización del Centro de Visitantes Llano de las Américas, en el Parque Natural de Despeñaperros. "Los planes de dinamización de los parques naturales de la provincia son clave para hacer posible un desarrollo sostenible, aprovechando sus activos paisajísticos, las singularidades en flora y fauna, para atraer cada vez más visitantes a nuestra provincia", señala en un comunicado Soledad Aranda, delegada del ramo. Es decir, hay una apuesta por el empleo verde y también hay un interés por seducir a los ecoturistas.

"EL CIERVO ES SINÓNIMO DE MAJESTUOSIDAD"

Miguel Ángel García es gerente de Turisnat y presidente de la Asociación Comarcal de Empresarios de Cazorla. Lleva trabajando en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas desde mediados de la década de los años 80. Cuenta a este periódico que ya entonces había excursiones en Land Rover para descubrir en vivo a los ciervos marcando territorio. "Para eso 'sirve' la berrea, para seleccionar a los machos. Algunos incluso se quedan más delgados de tanto bregar", indica García.

El empresario señala que el interés por las visitas continúa y que basta con cuatro o cinco personas para cerrar un itinerario. Los grupos muy numerosos no interesan, porque espantan a los ciervos. El tipo de cliente interesado en la berrea, subraya Miguel Ángel García, busca algo más; también le interesa descubrir zonas de bosque y espacios a los que no se puede acceder en coche.

Recuerda García que la Diputación de Jaén impulsó la ruta inspirada en las investigaciones de Félix Rodríguez de la Fuente. Hubo una ruta desde Las Navas hasta el pantano del Tranco que incluía disfrutar de la barrea. Había miradores y paneles. "Es cierto que la berrea es un producto que llama la atención de la gente y el interés continúa", asegura. Contribuye el hecho de que los aficionados transmiten algunas de las claves del fenómeno. Por ejemplo, si el año es lluvioso resulta más fácil contemplar el espectáculo. La berrea abarca parte de septiembre, que siempre es un mes óptimo para el turismo. "Vienen visitantes de la costa que se quedan prendados: no han visto nunca nada igual", revela.

La pregunta es recurrente. ¿Qué tiene el ciervo para ser un reclamo tan atractivo? "Es de los animales más majestuosos ya no sólo de Jaén y de Andalucía, sino de toda la península ibérica, con permiso del oso", describe Miguel Ángel García. "Siempre lleva la cabeza erguida y se mueve como de puntillas", añade. El otro factor diferencial está en el volumen y la intensidad del bramido. "Es audible a más de 500 metros. El sonido retumba. No se puede comparar con la ronca del gamo, que recuerda más al croar de la rana", ejemplifica.

"ME QUEDO CON EL BRAMIDO EN LA ZONAS MÁS SALVAJES"

José Luis Moya, agricultor de Frailes, es un apasionado de la berrea. Visita Coto Ríos (Santiago-Pantones) desde hace un lustro para asistir al momento. Le gusta reservar al menos un fin de semana al año. También lo ha contemplado en Cazorla —donde dice que siempre hay más afluencia y en especial en este año marcado por la pandemia— y en la Sierra de Andújar. En ésta última advirtió que proliferan las fincas privadas para la caza mayor.

Si tiene que elegir un sitio para vivir la berrea, se queda 'en casa', en el paraje de La Martina. Donde lo descubrió por primera vez. "Impacta más en la Sierra Sur, porque me parece más salvaje. Se me ponen los pelos de punta", reconoce en conversación con este periódico. Moya recalca que el apareamiento no se da exactamente en la berrea, sino después, entre octubre y noviembre. Destaca de los ciervos esa suerte de altanería y la curiosidad que transmiten.

Antonio Berlanga, vecino de Alcalá la Real, acostumbra a visitar el paraje de El Gorgogil, en Villanueva de la Reina. Ha disfrutado de la berrea tanto en la madrugada como al anochecer. Una vez atravesó el camino que conecta Baños de la Encina con el Santuario de Andújar y quedó prendado con la imagen a lo lejos de los ciervos y de los gamos. "Es un espectáculo ver cómo se enfrentan los machos y luego salen para buscar a las hembras", reconoce.

Berlanga, aficionado a los viajes en bicicleta, también ha contemplado la berrea en el parque de Despeñaperros. Todos los consultados por este diario coinciden en una apreciación: la pandemia ha provocado que más personas se interesen en experiencias que no conocían y que no precisan si quiera salir de Jaén. "Lo que uno percibe en un parque natural te deja un buen rollo para todo un mes", apunta Antonio Berlanga. "Ahora se nota más la afluencia de la gente en los parques por el miedo al virus", indica José Luis Moya. "La gente que vive en Andújar o en Cazorla, en plena civilización, tiene un espectáculo salvaje a media hora de trayecto en coche", remarca Miguel Ángel García.

Hay una magia particular en salir al campo en la noche y dejar atrás parte del mundo. La berrea invita a la evasión con una experiencia muy diferente a la de aficiones convencionales como la literatura, el cine o el deporte. Todavía hay gente que descubre el bramido del ciervo a oscuras. A la espera de que la industria sea más rentable, nadie niega el impacto de un fenómeno que lleva ocurriendo toda la vida y que entre septiembre y octubre siempre regresa como algo poderoso y nuevo.

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