Broncano en la casa de Pablo Motos

El presentador de La Resistencia se divierte en su visita a uno de los programas de la televisión que más admira, El Hormiguero 

Llegó David Broncano a El Hormiguero con una idea que repitió como un poseso: quería divertirse, pasarlo en grande entre hormigas. Acostumbrado al rol de entrevistador en La Resistencia, a Broncano se le vio muy cómodo con las respuestas, al lado de Pablo Motos, el presentador ligado al entretenimiento, el hombre de la característica barba roja que ha consolidado un formato que en su día incluso tenía algo de contracultural. Hace tiempo que El Hormiguero es indiscutible, y Broncano ya había dicho muchas veces que es uno de los programas que más admira. La visita prometía, porque el de Orcera ya había calentado motores en La Resistencia. En la previa había sustituido a Trancas y Barrancas por dos marionetas de trapo; la diferencia de presupuestos. Motos recibió encantado a quien promocionó días antes como el presentador de moda. Es curioso, pero ha ocurrido: por más que el programa de Broncano tiene una naturaleza underground reconocible hasta en los entrevistados que recibe, La Resistencia se ha convertido en mainstream, arropada por un público fiel tanto en directo como a través del canal de Youtube. Motos y Broncano tienen perfiles diferentes como comunicadores, y sin embargo juntos mezclaban bien y protagonizan un vivo muy fluido; el segundo siempre estaba dispuesto a emprender la vía del humor fuese cual fuese la propuesta de primero. El anfitrión no dudó en preguntarle al de Jaén cuánto dinero tiene, la característica pregunta de La Resistencia. Broncano le puso números aproximados a su prosperidad económica. Le va muy bien pero está aún lejos de los 13 millones de Antonio Resines. El humorista que popularizó Amurjo y la piscina infinita admitió que bebe zumos “muy chungos”, dado que no hay alcohol en su vida. Antes de irse, Motos lo invitó a repetir la escena de la casa de Buster Keaton. Juntos esperaron a que una fachada de madera se viniera abajo, con los huecos pertinentes para que los dos animales televisivos salieran ilesos del experimento —El Hormiguero en estado puro.  —Quiero que vengas a La Resistencia —le dijo el jiennense. Habrá segunda parte. Pablo aparecerá más pronto que tarde en la casa de David.