CALISTENIA POR LA INTEGRACIÓN
Los bolivianos Ariel y Miguel Ángel Conde y el ecuatoriano Russel Delgado han creado el Club Deportivo Wolf Society de calistenia, que aglutina a deportistas extranjeros y de Jaén con doble finalidad: favorecer la integración y representar a la provincia desde la práctica
Llegaron Ariel y Miguel Ángel Conde desde La Paz (Bolivia) a Jaén hace un lustro. Al poco tiempo, los hermanos advirtieron que la nueva casa se les caía encima; querían salir fuera, hacer deporte y formar un círculo de amigos. Pensaron en retar los límites de su cuerpo. Así llegaron a la calistenia, deporte que conduce al desarrollo de la agilidad y fuerza física con el propio peso y la ayuda de barras. Los hermanos pasaron de entrenar en La Salobreja a practicar en lugares abiertos como la Plaza del Obispo García de Castro, junto a La Alameda. Hubo efecto imán: más chicos y chicas se unieron a los entrenamientos al aire libre. Así, y con la ayuda del ecuatoriano Russel Delgado, nació el Club Deportivo Wolf Society, oportunidad para el deporte y, sobre todo, una vía de integración respaldada por 'Torre del Concejo', el colectivo vecinal de San Juan.
"Estamos inscritos como asociación desde hace casi un mes. Somos en torno a 30 miembros", cuenta Ariel Conde, de 25 años, a este periódico. El club ha crecido y ha incorporado a residentes de diferentes naciones: Bolivia, Ecuador, Cuba, Perú, Colombia, Georgia, Venezuela y Marruecos. El proyecto de la asociación deportiva nació el pasado verano y hasta la tramitación legal el colectivo de atletas se ha nutrido gracias a las redes sociales —@wolfsociety en Instagram; Society of Wolfs en Youtube— y al grupo que comparten en WhatsApp.
El arco de edad de los deportistas, cuenta el promotor, oscila entre menores de 11 ó 12 años y adultos de 30. "Es una manera de que la gente que llegue sola a Jaén conozca a gente y haga amistades. A nosotros ya nos pasó: llegas tímido, te agarras a tu zona de confort y no sales", cuenta. La calistenia es justo lo contrario: un reto mayúsculo que se lleva mejor en grupo.
"SOMOS LOS LOBOS, LA MANADA QUE PROTEGE"
Es miércoles 11 de diciembre, y el club de calistenia tiene una cita con su rincón favorito: la Plaza del Obispo García de Castro. El campo de minigolf ha devenido en el lugar de entrenamiento de los 'lobos', como se hacen llamar los atletas.
—Pero nuestra manada es la buena —aclara Russell Delgado, de 23 años, uno de los promotores. No para de sonreír y es uno de los dinamizadores del grupo. Su hermana, Coral Delgado (24), cuenta que Rusell decidió cortarse el pelo por un reto relacionado con calistenia. David Carrillo (18) —cuerpo atlético, rubio al estilo Super Saiyan— es de Torredonjimeno y lleva medio año con 'los lobos'.
—Estaba apuntado en el gimnasio y cada vez hacía más súper dominadas. Probé la calistenia y me acabó gustando más que entrenar en el gimnasio —dice, y apunta a una idea que une a este tipo de atletas: la mayoría sustituye el ejercicio en espacio cerrado por la libertad de la calle, como confirma Rusell Delgado.
Algo así le ocurrió al jiennense José María Campos (16), el benjamín del grupo. Su hermano lo instó a probar con la calistenia, y cuando lo hizo quiso más y más:
—Mola. Haces deporte y te lo pasas bien —admite.
Toni Hidalgo (23) ha vuelto hoy con 'los lobos' después de un tiempo, y el cubano Mario Quiñones (24) ha dejado atrás una lesión de codos que sufrió en su país para ponerse aún más en forma.
—Acá he hecho una familia. Todos somos iguales —valora.
Hoy se dejan grabar y fotografiar por este diario. El proceso de preparación es interesante: cargan hasta con un abultado equipo de música para ponerle ritmo a los ejercicios. Llevan magnesio en polvo como aliado para los agarres.
Reggaeton, rock, rap, electrónica y más géneros, a gusto de los atletas, dan alegría al entreno. Un hombre mayor con auriculares bordea la plaza, impertérrito, y una mujer con el carrito de bebé se queda mirando los ejercicios del colectivo: suspensiones en barra; imitar a la rana —con los manos como único apoyo en el suelo— y cuanto dé la imaginación. La gente ha pasado de mirarlos con extrañeza a hacerlo con admiración.
Hay diferentes niveles de entrenamiento. Los de grado alfa visten de rojo, tienen más experiencia y se encargan de cuidar a los principiantes; los de grado beta son los amarillos, su nivel es intermedio y reciben protección de los más experimentados, y los de grado omega, azules, están en plena iniciación. Les toca dar y pulir cera.
—Un lobo en grupo es más fuerte, porque se apoya en el resto y cuida de los más jóvenes. Vivimos en sociedad y con normas. Nuestros valores son el respeto y el compañerismo —tercia Ariel Condel.
NECESITAN BARRAS EN LA SEDE DE SAN JUAN
El Club Deportivo Wolf Society cuenta con el apoyo de la asociación Torre del Concejo. El presidente del colectivo vecinal, Francisco Jesús Castro, propuso al club entrenar en la sede de San Juan con una condición: los atletas tienen que darse de alta como socios y nutrir el movimiento vecinal. En el ánimo de los deportistas está representar a Jaén desde la calistenia, y el deseo de Castro es que sean al mismo tiempo actores sociales que sumen y que reivindiquen mejoras.
La sede aún no ha podido ser estrenada como escenario de entrenamiento. Faltan barras. Ariel Conde indica que el club necesita al menos una de dominadas para que los atletas se acostumbren a ir a la sede. Están a la espera de que el Ayuntamiento de Jaén acometa las mejoras y acondicione el espacio mínimamente para la práctica. "Ya lo hemos transmitido", comenta Fran Castro, quien alaba el rol social de 'los lobos': "Mientras hay jóvenes que llenan las plazas para beber alcohol, ellos incentivan el deporte y la idea de comunidad", expresa en conversación con este medio.
El grupo ya celebró su primera competición el pasado mes de agosto. Participó medio centenar de atletas. La donación lograda, de 50 euros, fue para el colectivo Huella Jaén. Llegarán más campeonatos y todos mantendrán el cariz benéfico.
En la Plaza del Obispo García de Castro, 'los lobos' echan la tarde atrás con camisetas de tirantes que lucen su logo y nombre en el pecho y leyendas motivadoras a la espalda:
«Nunca te rindas. Las grandes cosas cuestan tiempo».
«Un objetivo sin un plan es sólo un deseo. Mantén tu determinación».
«Si no haces nada, serás siempre igual».
«Los sueños se cumplen con acciones, no con palabras».
—Yo quiero devolver con la calistenia a Jaén y a España la oportunidad que me han brindado —concluye Ariel Conde.
Fotografías y vídeo: Esperanza Calzado.
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