La más hermosa desembocadura urbana de Jaén
Calles como Jardín de Villa Rosario o Cuesta del Molinillo permiten asomarse hacia el paisaje sobrecogedor del Zumel bajo y tocar con los ojos el mar de olivos
No toca hoy detenerse en la historia de las calles jiennenses que besan el valle del Reguchillo, ni siquiera escrutar su pasado en busca de curiosidades cuando, sin posibilidad de discusión, lo que se convierte en protagonista de cualquier mirada es ese paisaje sobrecogedor que las recibe.
Déjese llevar el lector hacia los cuestones que, en el barrio de su nombre, compiten con la empinada pendiente de La Alcantarilla pero más allá, en las rebabas del valle del campo, donde la toponimia bautizó de manera insuperable sus alrededores con el sonoro nombre de Valparaíso.
Y es que alcanzar las calles Jardín de Villa Rosario o Cuesta del Molinillo, en el dédalo meridional de la ciudad, es situarse ante un verdadero espectáculo de connivencia entre lo rural y lo urbano, entre la naturaleza (en su más hermosa y jaenera expresión) y la urbe, concebida esta ya en sus afueras entrañables.
Si no fuera porque al final espera (seguro) un sostrazo de los buenos, a ver quién no se dejaría caer, cuestas abajo, en una suerte de salto de esquí camino del bellísimo horizonte del Zumbel bajo, de tan persuasivo como se presenta esa increíble desembocadura en plena capital.
Un patio de luz privilegiado para los vecinos del sur de Jaén y otra de esas maravillosas sorpresas que esta tierra reserva para los ojos ávidos de belleza.
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