Las máximas superan los 31 grados y sin perspectivas de lluvia
Los niveles del polen del plátano de sombra está altos, mientras que los de ciprés, ortigas y encina se encuentran en puntos moderados
31,5 grados. Es la temperatura máxima registrada ayer, Domingo de Resurrección, en Andújar. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, fue la tercera más alta del país, solo por detrás de Huelva y Córdoba, donde los termómetros marcaron 32,5 y 31,7, respectivamente.
Son las cifras de un mes de abril que ha entrado pisando fuerte en lo que al calor respecta. Durante prácticamente toda la Semana Santa, las temperaturas máximas han estado por encima de los 26 grados, rozando los 29 en varias ocasiones en puntos como Bailén. Hasta ayer, que se superaron los 31.
Según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología, en el caso de Jaén capital hay que remontarse al 10 de abril de 1922 para encontrar la máxima absoluta. Fue de 34 grados. El 19 de abril de 1985, el mercurio subió hasta los 31,6 grados.
Este calor provoca un incremento de las concentraciones de polen. Según la información facilitada por eltiempo.es, los niveles del polen del plátano de sombra está altos, mientras que los de ciprés, ortigas y encina se encuentran en puntos moderados.
Mientra tanto, no hay previsión de lluvia, de momento, para los próximos siete días. Hoy se esperan temperaturas en ascenso que pueden alcanzar los 32 grados en Andújar y los 31 en Linares.
Las organizaciones ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias piden de forma urgente a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que adelante el riego previsto para el mes de mayo. Y es que el olivar se encuentra en un momento crítico y si no se riega ahora, la cosecha puede ser incluso mucho más baja que la de esta última campaña, que ha sido la peor del siglo XXI.
Todavía queda parte del mes de abril y todo el mes de mayo en el que hay esperanzas de que recoja agua, pero es necesaria una mínima cantidad, para que el olivar pueda enganchar algo de cosecha. Ese desembalse tendría que ser, como muy tarde la semana después de Semana Santa, a ojos del colectivo. No se pide más agua de la establecida por Confederación sino adelantar la que se ha previsto para el mes de mayo.
Hay que tener en cuenta que el olivar tiene dos momentos principalmente críticos, en los que necesita agua para su producción: el de la floración en el mes de abril-mayo y el de maduración en el mes de septiembre.
En estos momentos el estado fenológico de los olivos se ha adelantado dos semanas a lo habitual. Afectados, además por el estrés hídrico de cuatro años de sequía, están empezando a movilizar las yemas para su floración. La falta de agua unida a un verano que se está adelantando puede dar al traste con la cosecha. La flor se quema con altas temperaturas y la única manera de contrarrestar esto es con árboles regados.
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