Los viernes son de 'rogativas' a El Abuelo en el Camarín

El santuario de Nuestro Padre Jesús acoge cada semana una jornada de oración por el fin de la pandemia ante la venerada imagen, de la mano del capellán del templo

"Día a día, mañana y tarde, según el horario de apertura y cierre del Santuario de Jesús, vemos un continuo peregrinar de fieles, hombres, mujeres, mayores, jóvenes, niños que acompañan o llevan sus padres o abuelos. Se postran ante los pies de la venerada imagen de Jesús Nazareno, Nuestro Padre Jesús, miran su rostro, le contemplan, rezan por un rato más o menos largo según sus quehaceres… echan alguna moneda para la “vela”, veinte céntimos todavía, y salen: a esto le llamo yo 'las rogativas del día a día' porque es el pueblo fiel, en buen número, devotos y amantes del Señor, manifestado en esta bendita imagen de Jesús, los que rezan cada día para pedir el remedio de esta seria epidemia del coronavirus".

Se podría explicar de mil formas, seguramente, pero ninguna tan certera como la que ofrece el capellán del Camarín, el canónigo Antonio Aranda Calvo, testigo cotidiano de la devoción a El Abuelo también en estos tiempos del coronavirus.

No en vano, el sacerdote ha 'puesto en marcha' un sencillo encuentro semanal, los Viernes de Jesús, que amén de otras intenciones, particulares o generales, hacen hincapié en una petición: el fin del Covid-19".

"Media hora antes de la misa, a las seis y media de la tarde, nos reunimos en el Camarín ante la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno todos los viernes, es el día de la Pasión del Señor; tenemos media hora de oración, contemplación del misterio de la cruz, hacemos súplicas, oraciones, cantos y silencios", detalla Aranda, y apostilla:

"Sin salir a la calle, es un verdadero acto de 'rogativa' en favor de las necesidades de los fieles, enfermedades, epidemias, problemas comunitarios y ante situaciones difíciles, como puede ser este coronavirus que nos está atacando tan fuertemente". 

Un rato enriquecedor entre los históricos muros de la vieja iglesia carmelitana, en un ambiente de agradecido recogimiento y en la mejor de las compañías...