Cambil se viste de fe y de fiesta en torno al Señor del Mármol

Las celebraciones patronales comenzaron ayer con el triduo y la realización de un árbol de ofrendas de los niños del pueblo. El fin de semana, el programa festivo culmina con la esperada procesión y el tradicional encuentro entre el Crucificado y la Dolorosa 

Un triduo y la leyenda del Cristo del Mármol teatralizada son las primeras citas de las fiestas del patrón de Cambil este año. Devoción y cultura unidas en torno a una sagrada pintura que desde el siglo XVII (asegura la tradición) es la debilidad de los vecinos del municipio, de los que permanecen a la sombra del castillo de Alhabar y de los que tuvieron que dejar su patria chica en busca de prosperidad. 

El triduo comenzó ayer en la iglesia parroquial de la Encarnación, epicentro festivo-religioso junto con la ermita. Allí, durante tres días, el Crucificado recibe la veneración de los suyos. En la primera jornada, el sacerdote Antonio Garrido de la Torre presidió la ceremonia, dedicada a los difuntos de la cofradía. Hoy jueves, el presbítero Carlos Moreno Galiano es el oficiante de una solemnidad que pide por las vocaciones al sacerdocio. La última celebración tridual llegará mañana viernes de la mano de Juan Jiménez Lomas, con las familias como intención.

Durante las celebraciones, el "árbol de peticiones" realizado por los peques de la guardería ocupa un lugar de honor en el templo: "Lo hemos preparado para que, poco a poco, todos los niños de Cambil le hagan una ofrenda a nuestro Señor del Mármol", expresa José Navarrete, activo párroco de Cambil y Arbuniel y capellán de la cofradía.

Precisamente mañana las actividades en torno al patrón tienen otra de sus citas más esperadas, toda una novedad para esta edición. En este caso, a partir de las cinco y media de la tarde, el edificio del Mirador se convierte en escenario para la adaptación infantil de la Leyenda del Señor del Mármol, a cargo de intérpretes del propio municipio. Una forma de acercar a la infancia cambileña la historia y la tradición de su principal devoción. La iniciativa está promovida por la administración local en colaboración con la hermandad: "La Iglesia y el Ayuntamiento tienen que ir de la mano", aclara Nacho López, concejal de Festejos.

Por si la propuesta no resultara atractiva por sí misma, suma un trasfondo solidario; de ahí que el acceso a la escenificación cuente con el precio simbólico de un euro. Lo obtenido irá a parar a las arcas de la asociación jiennense ALES de padres de niños con cáncer. Doble razón para no perdérsela.

Encauzado ya el programa de fiestas, las convocatorias de mayor peso se concentran entre el sábado y el domingo próximos, como relata Isabel García Castillo, presidenta de la cofradía patronal, que afronta "con nervios" su primera celebración con el cetro en sus manos: "El sábado empezamos sobre las cinco de la tarde, recogemos a la banda de música en la plaza y vamos en busca del alcalde y del hermano mayor de fiestas correspondiente a este año [Pedro Miguel Oya Chica]; lo recogemos, y con la bandera del Señor del Mármol, que tiene en su casa, nos vamos a la iglesia".

La eucaristía presidida por el párroco reúne en el templo cambileño a los devotos y cofrades del patrón, muchos de ellos llegados desde sus destinos en diferentes lugares de España, que aprovechan este fin de semana para reencontrarse con sus familias y amigos y, cómo no, con el Cristo del Mármol, referencia constante que hace llevadera sus nostalgias.

A continuación, María Dolores Oya Chica es, en 2020, la encargada de pronunciar la oración preparatoria, una suerte de pregón (aclara la presidenta de la hermandad). En esta edición, el celebrado Dueto Enclave ilustrará musicalmente uno de los momentos más especiales del programa. 

Con el ánimo en la mejor disposición, vecinos y emigrantes asistirán a la anhelada procesión del Crucificado hasta la ermita: la plaza y las calles Carmen y Real conforman el sencillo itinerario que conducirá al patrón hasta el recinto donde la noche se le rinde, sí. Es el instante de velarlo, y pese al frío y el peso de las horas, no hay momento para la soledad alrededor del sagrado lienzo. 

Amanece el domingo, y las fiestas inician su última jornada con gozo, con ganas de que el día dure mucho más de lo que dura. "Se recoge a la banda de música y al hermano mayor y vamos a por la Virgen de los Dolores a la iglesia", continúa Isabel García. Una vez incorporada al cortejo la Señora, la comitiva se dirige hacia la ermita en procesión, en busca del Hijo. Emoción, aplausos, lágrimas a raudales son el paisaje que enmarca minutos inolvidables, en los que si el silencio hablase gritaría '¡Viva el Cristo del Mármol, viva la Virgen de los Dolores!'. Cuántas peticiones y cuánta acción de gracias capitaliza el encuentro.

Con el Señor y su Madre, todo el pueblo y quienes se acercan a sus calles para disfrutar de un día único regresan a la parroquia, donde tiene lugar la fiesta principal, a eso de las doce y media del mediodía. Finalizada la misa, el alcalde, Camilo Torres, protagoniza el ofertorio de Cambil a su protector y, de esta forma, renueva el voto de fidelidad y devoción perpetua de los cambileños. La entrega de la bandera a la hermana mayor entrante, Amalia Muñoz Ruiz, pondrá el broche de oro a las fiestas de 2020.

Una cita festiva en la que, en palabras del edil Nacho López, "se respira fe y festejos por los cuatro costados, convivencia, reencuentros...". Para no perdérsela.