'CAMPEONES' DE LA INTEGRACIÓN
La película de Javier Fesser tiene un reflejo en la vida real en el Club Ali UP de Bailén, campeón de España de baloncesto, que busca la inclusión de personas con discapacidad a través del deporte
'Campeones' cuenta nuestra historia". Fue lo que espetó uno de los componentes del club de baloncesto Ali Up nada más salir del cine. Durante los 124 minutos de metraje, no quitaba sus ojos de la pantalla. En cada secuencia, en cada escena de la película de Javier Fesser se veía reflejado. El largometraje que representará a España en los Oscar y que ha batido todos los registros en taquilla bien podía haberse rodado en Bailén, con Antonio, José, Loli, Marta o Juan Antonio como protagonistas, personajes auténticos que deslumbran por su capacidad de superación. Ellos forman parte del equipo que se acaba de proclamar campeón de España de baloncesto adaptado. "La película cuenta la vida misma del deporte adaptado y nos llena de orgullo poder vernos representados en ella", reconoce Juan Carlos Pinalla, presidente y alma máter de un club que más allá de los éxitos deportivos representa un ejemplo de integración.
El Ali Up es una clara demostración del poder de unión del deporte, de su fuerza para romper barreras y superar cualquier obstáculo. La idea de este equipo surgió en 2010 para ofrecer un espacio a personas con necesidades educativas especiales. Desde entonces su historia no deja indiferente a nadie. La vitrinas del club están a rebosar de trofeos. Cuando Juan Carlos Pinalla los mira, se emociona. Recuerda todo el trabajo que hay detrás y, sobre todo, los comienzos. "A nuestros hijos no se les llegaba a incluir con los demás en la práctica del baloncesto, por lo que decidimos formarles un club . Al principio eran solo 6 jugadores y nadie daba un duro por ellos, pero un jugador del Bailén -el único que se presentó- accedió a enseñarles y empezamos a funcionar", rememora el responsable.
Ese técnico, que de otro modo, pero parecido, encarna en la ficción Javier Gutiérrez, es José Tomás Sánchez. Él ha sabido como nadie sacar lo mejor de cada uno de ellos. Un día dio un paso al frente para hacerse cargo de un grupo de chavales que lo único que querían era divertirse como el resto. José Tomás Sánchez los ha hecho más autosuficientes y ha potenciado su psicomotricidad. Pero sobre todo, los cambios han sido emocionales. Debido a su condición, la mayoría se han visto muy asilados durante su infancia o juventud y, gracias al baloncesto y al trabajo del entrenador, se sienten personas de primera.
Al proyecto se han ido sumando más formadores, como Juanma Anula, entrenador del equipo de fútbol y con dos hermanos en el club; Tomás Granero, que los prepara físicamente y combina el balompié con el atletismo; Gema Villarejo, entrenadora del equipo femenino, y, desde hace un par de meses, Pablo García de La Llave, un chaval de solo 17 años, que a su regreso del Campus de Pau Gasol, decidió enrolarse en el proyecto del Ali Up. Cierra el círculo María Rosa González, que hace funciones de cuidadora para aquellos que necesitan medicación o apoyo en diferentes materias. A sus órdenes está un grupo de gente maravillosa.
Antonio y Loli Anula tienen 22 y 25 años. La frase favorita de ambos es simple: "Vamos a intentarlo". Y un día decidieron lanzar unos tiros a canasta. La cosa fue bien. Fallaron algunos, pero metieron más. Y con el tiempo, aprendieron a controlar la pelota y a hacer "trucos" que le había enseñado su entrenador. Encontraron en una pista la posibilidad de experimentar nuevas sensaciones, de sentirse parte de un colectivo. Loli es, además de una gran defensora, una triplista de categoría. "Las enchufa todas", dice Pinalla. Su progresión ha sido espectacular en estos tres últimos años, en los que ha sido seleccionada para el combinado autonómico. A su hermano Antonio no solo se le da bien el baloncesto, también destaca en atletismo y natación, donde se desvuelve como un pez en el agua. Él empezó con solo 17 años y ahora no entiende su vida sin el deporte.
Juan Antonio Peral es un atleta medalla de oro. "El deportista por excelencia", resume el presidente. A sus 25 años, lo ha ganado prácticamente todo. Ha sido cinco años consecutivos campeón de Andalucía con el Ali Up y tres de España. Su capacidad atlética explica que sepa jugar igual de bien al baloncesto que al fútbol o al fútbol sala, pero si por algo destaca Juan Antonio es por su compañerismo. "Es muy generoso. Es un hombre de equipo", remata Juan Carlos Pinalla. El deporte ha transformado su vida. Su discapacidad nunca le ha impedido luchar para mejorar cada día su rendimiento. Ha logrado vencer al destino.
Marta Rubio es una de las benjaminas del equipo. Con solo 19 años, se ha integrado en el grupo sin apenas esfuerzo. Combina el baloncesto con el atletismo, en el que también se cuelga metales. Su sonrisa tiene cautivados al entrenador, a los monitores, a los padres y, por supuesto, al presidente. "Nos tiene ganados con su humor y ganas de competir", asegura. Marta irrumpió en el vestuario cual tromba de primavera y es el alma del colectivo.
Ellos forman parte de la familia del Ali Up, en la que los padres juegan un papel relevante. "Sin su apoyo y colaboración sería imposible realizar este proyecto", señala el presidente. No le falta razón. Hablamos de un club humilde, sin apenas ayudas institucionales y que tiene que tirar de ingenio y de la autogestión para sacar adelante todo lo que se propone. Lo hacen con la mayor ilusión y conscientes de que gracias a su esfuerzo sus hijos son otros.
Oficialmente, el club se constituyó en 2013. "Al principio nos invitaban a torneos amistosos, y viendo que era un equipo con posibilidades, un club amigo de Granada, el Sierra Nevada Natura Ability, nos recomendó que nos federásemos para poder competir a nivel nacional y autonómico", apunta el presidente. Un año más tarde, la Federación Andaluza de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Fanddi) tramitó las licencias y los trofeos comenzaron a caer uno detrás del otro. Y los reconocimientos de otras asociaciones para las que Ali Up es todo un ejemplo de integración. "Estas personas son auténticas. Te ayudan a crecer y a relativizar", remarca Juan Carlos Pinalla.
El Ali Up cuenta, en la actualidad, con 32 deportistas, de los que seis son mujeres. Practican baloncesto, natación, fútbol, fútbol sala y atletismo, aunque serían capaces de realizar a cualquier disciplina. Ahí está el equipo de habilidades deportivas, que lo forman José Ángel Merino, Julio Álvarez, Jesús Robles, Antonio Morillo, Pedro Liébana, Ángel Romero, José Porcel y el hijo del presidente que también se llama Juan Carlos, todos con "un espíritu deportivo envidiable". "Hay que tener en cuenta que a estas personas les cuesta más hacer deporte y aprenderlo por su discapacidad, pero aún así, todos los días nos sorprenden con algún detalle o destello de genialidad, con algo que aprenden nuevo. La idea es trabajar mucho esta categoría base para que en un futuro puedan jugar en categorías superiores", asegura el dirigente.
Bailén es el punto de partida de una entidad que ha hecho del deporte adaptado una bandera. Un proyecto que persigue la integración y la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad. Por eso, los campeonatos se convierten en una auténtica fiesta en la que se interrelacionan con otros deportistas del Estado. Son ellos mismos, personas de carne y hueso con un corazón de oro.
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