CANDELA, LUZ EN LA PROSTITUCIÓN
Sin juicios morales, sin paternalismo. La ayuda que proviene desde Candela, un programa de Cáritas Diocesana que asiste a mujeres que ejercen la prostitución en Jaén, proporciona todo tipo de cobertura a ellas, las estigmatizadas en un negocio al que llegan por diferentes circunstancias. Desde hace poco más de un año, Candela ha logrado contactar con mujeres visitando los clubes o los pisos donde se buscan la vida. Si alguna de ellas quiere salir del negocio, las trabajadoras se vuelcan para lograr esa segunda oportunidad. No es teoría. Ya ha ocurrido. El proyecto es uno de los cuatro que integran el Programa Mujer de Cáritas, tal y como explica a este diario Anabel Molina, la coordinadora. Además de Candela están otros tres proyectos: la casa de acogida para madres jóvenes y mujeres en riesgo de exclusión social, la plataforma que arropa a mujeres embarazadas y la ayuda externa a quienes precisan acompañamiento o asesoramiento para formación y empleo. El frío es una constante hoy, lunes 4 de diciembre.
En Jáen es difícil combatir las temperaturas esta mañana, por más que el climatizador esté encendido. En la sede están Molina, Esther García, técnica de Cáritas; Asunción Solis, trabajadora del Programa Mujer, y Naima Ajaaouani, empleada de prácticas en Candela. Son doce las personas que trabajan en un proyecto que era una ambición de María Luisa Rodríguez, una compañera de Cáritas. Después de años de gestación, arrancó en septiembre de 2016. Asistir a mujeres prostituidas es tan complicado que los datos que maneja Cáritas en Jaén son volátiles, porque ellas, las atendidas, suelen cambiar de ciudad incluso varias veces a lo largo del año. Y si no cambian de ciudad, igual lo hacen de apartamento. La Plataforma de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres afirma que hay más de 12 prostíbulos entre Jaén y Córdoba. La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta confirma que ha atendido a 5.700 mujeres víctimas de prostitución y trata en los dos últimos años en territorio andaluz.
LAS VISITAS A CLUBES: LA DIFICULTAD DEL COMIENZO
Arrancar es lo más complicado. Conseguir la confianza de personas que pueden ser ayudadas y tienen —aunque lo ignoren— acceso a servicios que les corresponden. Ese es el primero reto del equipo multidisciplinar que cubre diferentes ámbitos con la ayuda de profesionales.
—Estamos en todas las áreas que son pertinentes: desde orientación familiar hasta asesoramiento sanitario, legal y de formación y empleo —precisa Anabel Molina.
El contacto se inicia a veces por teléfono. Es así cuando una mujer que ha sido ayudada facilita el contacto a otra compañera que quiere saber qué es Candela. Hay un equipo destinado para las visitas a clubes. Lo común es que estas expediciones estén planificadas. Suelen ser por la tarde y cuentan con el consentimiento de los dueños de los clubes. ¿Cómo conseguirlo?
—Nos hemos encontrado de todo; hasta nos hemos quedado en la puerta alguna vez. Es complicado. Hay que insistir —señala Esther García. La llave para acceder, la que mejor funciona, es informar a los propietarios que el contacto con las mujeres ahonda en la educación para la salud. Los asistentes de Candela han comprobado una realidad inquietante acerca de las mujeres prostituidas: algunas desconocen que tienen derecho al servicio de salud público.
—Al principio no nos dejaban entrar —dice Asuncion Solis acerca de cómo es la relación con este tipo de establecimientos— . Nos hicimos pesadas y cuando entramos, comenzamos una relación de amistad. Con el tiempo, cuando ellas nos ven se ponen contentas. No estamos ahí para juzgar nada. Hablamos, les damos bolsas con preservativos y si necesitan algo, como una cita para una revisión del médico, las ayudamos.
Candela es confidencialidad. De ahí parte todo. Cultivarla en los pisos también entraña dificultad. Si un día aparece un rostro nuevo, aunque forme parte del equipo, puede inquietar. Desconfían tanto como lo harían de un reportero que quiere acudir a las expediciones a los clubes o que solo quiere hablar por teléfono con una mujer auxiliada asegurándole el anonimato. De momento, no puede ser.
PERFILES Y UBICACIÓN EN LA PROVINCIA
La mayoría de las féminas que atiende Candela son extranjeras. Hay tres localizaciones más frecuentes: Rumanía, Latinoamérica y África subsahariana. También hay españolas, pero son las menos, según apunta García. Aparte de la cuestión sanitaria, ¿qué otras consultas tienen las mujeres que trabajan en contextos de prostitución?
—Algunas están en situación irregular y quieren saber qué pasos seguir para normalizar su condición como ciudadanas. Quieren legalidad para acceder a los servicios sanitarios —remarca Naima Ajaaouani. Jaén capital, Bailén, Mengíbar, Andújar, Linares y Alcalá son ciudades de la provincia que han sido visitadas por el equipo para asesorar a mujeres prostituidas.
—Pensaba que en la provincia los casos de trata serían más episódicos, menos frecuentes. Pero sí que se que da. Es una realidad más cercana de lo que pensamos. Pero está invisibilizada —lamenta García.
TRATA Y PROSTITUCIÓN
Anabel Molina explica qué diferencia fundamental existe entre la prostitución y la trata: —La trata de seres humanos con fines de explotación sexual es un delito en el que se vulneran todos los derechos fundamentales. Es decir, cada paso del proceso de la trata es un delito. Desde la captación hasta el transporte —que puedes ser en el ámbito del mismo país—, la recepción y la prostitución. El dato de ámbito nacional más reciente impacta: unas 45.000 mujeres y niñas son víctimas de trata en España. El negocio mueve cinco millones de euros cada día. Y cada año la trata trae unas 40.000 personas a territorio español, según los registros de organizaciones católicas de todo el mundo integradas en Coatnet —Christian Organizations Against Trafficking in Human Beings, en español Red de Organizaciones Cristianas contra el Tráfico de Seres Humanos. Candela actúa en contextos de prostitución. Es un campo más delicado donde caben debates morales que crean divisiones filosóficas incluso en el feminismo.
—¿Cuánta voluntariedad hay en una situación de vulnerabilidad? La historia de Pretty Woman es un 2 por ciento de la realidad —cuestiona Esther García. Las trabajadoras de Candela que atienden a este diario ponen el acento en la “hipocresía social” que liga la prostitución al ocio: desde las despedidas de soltero hasta los descuentos en copas. El estigma recae en las mujeres, y ahí está quizá el núcleo del problema que explica la indefensión. Las cuatro trabajadores coinciden: toca sensibilizar sobre la corresponsabilidad social del mantenimiento del estigma. Hasta tres mujeres en Jaén han querido salir de la prostitución a través de Candela.
—Las vamos a ayudar. Son lo primero para nosotros. Le daremos herramientas. La búsqueda de empleo es vital —concluye la coordinadora del Programa Mujer.
Vídeo: Esperanza Calzado
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