La novena de la patrona y la misa de cabildos se salvan
El tradicional novenario, un rosario claustral y la eucaristía votiva del 11 de junio conforman el programa de cultos de la Cofradía de la Virgen de la Capilla este año
"No quiero hacer un gran llamamiento a la gente de Jaén en estas circunstancias, pero quien quiera acudir y ver la carita tan guapa de nuestra Virgen, podrá hacerlo". Así de prudente y deseosa de que la ciudad la disfrute de cerca se pronuncia Úrsula Colmenero, hermana mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla, ante la inquietud de los fieles de la capital tras conocerse que las fiestas de junio de este año no serán ni sombra de lo que tradicionalmente son.
El coronavirus ha podido con el calendario pasionista y las primeras romerías jiennenses, pero el proceso de desescalada permitirá que, al menos, algunas de las citas más ensoleradas en torno a la alcaldesa mayor sí puedan llevarse a cabo. En esta línea, Colmenero aclara que el próximo lunes, 1 de junio, comenzará la solemne novena en honor de la Señora, en su basílica menor, aunque con sustanciosas diferencias respecto a ediciones anteriores:
"El domingo por la noche la bajaremos de su camarín al presbiterio, pero no presidirá el altar mayor como otros años, sino que estará donde normalmente se pone para el besamanto, sobre una mesa, con su peana y con el manto que escojan para la ocasión sus camareras". Célebre por los reconocidos predicadores que han predicado esta celebración, en 2020 será el propio párroco de San Ildefonso y capellán de la hermandad, Pedro Ulloa, el encargado de oficiarla.
"No sabíamos si, al final, se podría celebrar la novena, así que lo comentamos con él y decidimos que fuera el predicador de este año", apostilla Colmenero. Los cultos comenzarán a las ocho de la tarde con el rezo del rosario, al que seguirá el ejercicio propio del novenario, la eucaristía y la exposición del Santísimo, "con todas las medidas de seguridad", sentencia.
El rosario de San Bernabé, propio del 10 de junio, pasa a la historia por culpa de la pandemia, pero la cofradía no dejará esa fecha vacía de contenidos, no. Así, tras la misa de difuntos de las ocho y media de la tarde, a falta de cortejo por los alrededores de la iglesia se celebrará un "rosario claustral" dentro del templo.
El día grande de la patrona de Jaén, el 11 de junio, los jiennenses que quieran venerar a la Virgen de la Capilla podrán hacerlo a partir de las diez de la mañana, cuando se abrirán las puertas que dan a la Plaza de San Ildefonso (dotadas de rampas) para acceder al escenario de la misa de cabildos, otro de los momentos culminantes de la agenda de la hermandad.
"La cofradía pondrá dos vigilantes, uno en esa puerta y otro en la de salida; cuando esté el cupo cubierto no podrá entrar más gente". Sí, Úrsula Colmenero lo tiene claro: ni un riesgo ante el peligro de contagio. Tanto es así que, en sus propias palabras, para la eucaristía se han cursado invitaciones a mínimos, de forma que de cada colectivo cofrade acuda un solo representante, al igual que del resto de instituciones de la ciudad.
El obispo, Amadeo Rodríguez Magro, presidirá la misa, a la que acudirá también, como es costumbre, el alcalde de la capital del Santo Reino, Julio Millán. Para esa jornada, la Señora lucirá un manto distinto al de la novena y no faltará la música, si bien en esta ocasión la presencia de un orfeón se verá reducida en tamaño, que no en calidad, con la ilustración sonora del Dueto Enclave.
Tampoco le faltarán flores a la Madre de Dios en su día grande, y a ello contribuirá el gran ramo que la Agrupación de Cofradías y Hermandades depositará a sus pies, como adelanta el presidente de la entidad, Francisco Latorre: "Vamos a ofrendarle un centro con treinta y una rosas blancas, una por cada cofradía de Pasión y Gloria y una más por la propia Agrupación".
Acorde con el luto oficial que vive el país, desde el primer día de novena hasta el último de los actos programados brillarán por la sobriedad: "Vamos a respetar a las personas que han muerto, ni los hombres van a ir de chaqué ni las mujeres con vestidos de colores", concluye Úrsula Colmenero.
Serán unas fiestas diferentes, sin cacharritos para los peques, sin ambiente de feria en las calles ni procesión magna en el itinerario del Descenso, pero como repite la máxima responsable cofrade de la patrona: "Nadie se quedará sin verla, incluso más cerca que cuando sale a la calle". A Ella, cuyo amparo (como escribió Vicente Montuno para su himno), siempre defendió a esta tierra.
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