"Casado representa el salto de calidad que necesita el PP"
El Partido Popular vivirá en apenas unas horas un momento histórico, un antes y un después en su dilatada trayectoria política. Por primera vez, elegirá a su próximo presidente a través de unas votaciones y no por mandato directo del predecesor. El alcalde de Jaén, Javier Márquez, siempre ha vivido al margen de las decisiones del partido. No le gusta demasiado interferir en cuestiones que van más allá de sus quehaceres diarios como regidor. Sin embargo, no ha seguido este precepto en el proceso de primarias, en el que ha mostrado, desde el principio, su predilección por un candidato: Pablo Casado.
—¿Cómo vive este momento tan decisivo para el Partido Popular?
—Lo estoy viviendo con mucha ilusión porque es la primera vez que, personalmente, tengo una participación activa en una candidatura. Y, desde el primer momento, aposté por la figura de Pablo Casado porque defiende una serie de valores que el partido estaba perdiendo, después de la moción de censura de Pedro Sánchez. Considero que esta es una oportunidad única para que el PP se rearme y lo haga en valores desde el punto de vista ideológico. Creo que Pablo Casado es la persona perfecta para llevar a cabo esta misión. Es joven, con criterio, con valores y con la energía suficiente para emprender la renovación y la regeneración que el partido necesita. Pablo Casado no es más de lo mismo y, por eso, desde el primer momento, me ilusioné con su candidatura.
—Solo dos alcaldes de capitales andaluzas han apostado públicamente por Pablo Casado, usted y el de Málaga, Francisco de la Torre, todo un veterano en política.
—Me ha hecho especial ilusión porque a Paco lo conozco desde hace tiempo y solo puedo decir que es uno de los mejores que políticos que ha dado Andalucía en las últimas décadas. Basta con ver lo que ha logrado en Málaga. Es un hombre con una mentalidad que nada tiene que ver con su edad. Es tremendamente activo y me agrada mucho que se sume al proyecto de Pablo Casado, a quien veo perfectamente preparado para rearmar el partido a medio y largo plazo, mucho más que la otra candidata.
—Todo esto está muy bien, pero la dirección del PP andaluz va con Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Le ha llamado alguien para decirle que está equivocado?
—Ni me ha llamado nadie ni tengo presión alguna. Solo se puede molestar alguien desde el sectarismo. Aquí todos somos compañeros, con decisión propia y que busca lo mejor para el partido. Y quiero dejar una cosa clara: no voy en contra ni de Soraya ni de María Dolores de Cospedal ni de ningún otro candidato. Voy con Pablo, que es diferente. Incluso, había aspirantes, mucho menos populares que estos tres, que intelectual e ideológicamente están muy armados.
Lo importante es que nos decantemos por un candidato y tengamos las ideas claras de qué queremos del Partido Popular. Qué tipo de partido debemos diseñar con vistas al futuro y a los retos que nos esperan. Una vez tengamos más o menos diseñado esto, deberá comenzar el proceso de unirnos y agruparnos. La unidad deber ser verdadera, porque, de lo contrario, nos encontraremos con facciones. Por eso me ha alegrado que Pablo haya sido capaz de lograr los apoyos de la mayoría de candidatos que se quedaron fuera tras la primera vuelta. Eso dice mucho del talante dialogante de Pablo.
—Cuariosamente en la provincia tan solo usted y el teniente de alcalde de Guarromán, Erik Domínguez, respaldaron de manera pública y notoria la candidatura de Pablo Casado desde el prinicpio. Ahora, otros dirigentes jiennenses se han subido al carro.
—La decisión que tomamos Erik y yo fue cuanto menos atrevida al principio, vistos los postulados de las direcciones autonómica y provincial. Nos salíamos un poco de la norma, pero convencidos de que Pablo Casado era la persona idónea para liderar la renovación y regeneración del Partido Popular de España. Este cambio que han dado algunos compañeros lo veo con simpatía y me agrada, porque este es un proyecto en el que todos cabemos, más allá de que, con anterioridad, apoyaran a María Dolores de Cospedal o a Soraya Sáenz de Santamaría. Sé que los compromisarios, como el resto de militantes de la provincia, lo que quieren es lo mejor para el partido y que haya una unidad real y efectiva para evitar situaciones como las que vivimos aquí, con la fractura del partido en el último congreso. Esta es una de las cosas que más me han dolido y no quiero que se repitan. Por eso, me agrada mucho que muchos compañeros se sumen al proyecto de Pablo Casado para, de este modo, salir reforzados y unidos que, al fin y al cabo, es lo que todos deseamos.
—¿De verdad cree que después del congreso llegará esa unidad por la que tanto apela?
—Estoy seguro de que será así, aunque será de manera escalonada. También es cierto que cuando se vota en una cabina, la gente vota de manera diferente, casi siempre en contra del aparato; lo hemos visto en las primarias de otros partidos. En este sentido, debemos diferenciar bien el cargo público de la tropa, que somos la mayoría y no tenemos cargos de relevancia. Lo que buscamos realmente es la unidad porque nos mueve el partido y no queremos que nadie se quede fuera, sea de una candidatura o de otra. El PP no se puede entender si dejamos a un lado a la gente de Soraya Sáenz de Santamaría. Sería un grave error. Por eso, insisto en que la unidad es impepinable. Pero eso ocurrirá cuando tengamos claro el camino.
Soraya, por ejemplo, ha basado su estrategia en la gestión, pero en el fondo no deja de hablar del pasado. Tengo la impresión de que cuando hablamos de gestión la gente nos ve como un partido refugio, aquel al que acudir cuando las cosas van mal. En cambio, cuando las arreglamos y van bien, el electorado tiende a marcharse a otros partidos. Necesitamos dar un salto de calidad y con Pablo Casado lo podemos conseguir. Con él, alcanzaremos el rearme ideológico al que muchos aspiramos para que seamos referentes de la sociedad en los buenos y en los malos momentos. Además, llegarán caras nuevas, aire fresco que nos permitirá afrontar el futuro a medio y largo plazo con plenas garantías.
La gente no solo necesita pragmatismo, ni estar gobernados por funcionarios. Creo que el partido ha perdido esa línea que diferencia el funcionario del político. Debemos ofrecer otro modelo que cale en la sociedad y confío y deseo que Pablo Casado sea el encargado de llevarnos por esa senda.
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