La "marginación selectiva" de los caseteros
El colectivo denuncia la "discriminación" que sufre en relación con la feria de día del centro y no descarta hacer público su malestar durante la celebración de San Lucas
La Feria de San Lucas llega caliente, y no por las altas temperaturas del veranillo de San Miguel, sino por el enfado que tiene el colectivo de caseteros. Cada año, el número de hosteleros originarios de la ciudad se reduce. No les resulta atractivo y mucho menos rentable bajar al recinto ferial. Prefieren quedarse en el centro y aprovechar la actividad de la feria de día que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en el punto neurálgico de la fiesta hasta bien entrada la tarde.
Y es que montar una caseta en la Feria de San Lucas sale por un pico. El módulo más económico, que no supera los 150 metros cuadrados, cuesta 3.444 euros, después de pagar la tasa municipal. A ello hay que sumar el alta de luz, entre 200 y 300 euros, más el agua que ronda los 180 euros. Todo ello sin olvidar el seguro, otros 140 euros, aparte de los gastos propios de la decoración y la contratación de personal. Es decir, que contar con una pequeña caseta en La Vestida puede suponer una inversión cercana a los 6.000 mil euros, el 76% más caro que en 2015, cuando el Ayuntamiento decidió modificar la ordenanza y subir los precios. Así, hace poco más de tres años la tasa de montaje no llegaba a los 2.000 euros, en concreto 1.949. Este "impresionante" aumento conlleva, según el colectivo, una menor ocupación hasta tal punto de que, una edición más, habrá espacios vacíos por falta de demanda.
Los caseteros se reunirán el domingo para analizar la situación y proponer medidas de protesta ante lo que consideran en román paladino un "sablazo" por parte del Ayuntamiento, cuando, además, tiene que competir con sus compañeros de San Ildefonso y el casco antiguo, a los que San Lucas, salvo sorpresa, deja unos buenos dividendos.
Para el presidente del colectivo, Alberto Palomo, es lógico que el porcentaje de empresarios jiennenses que arriesgan su dinero en el recinto ferial no pase del 35%. "Es imposible poder hacer frente a un gasto tan elevado. Pagamos más que en otras capitales de nuestro entorno como Córdoba. Así es imposible", lamenta el representante de los caseteros, quien pide a la Administración municipal que "defina" que modelo de feria quiere, ya que, a este paso, San Lucas, a su jucio, perderá la esencia jiennense para convertirse en una celebración más.
La asociación de caseteros trasladó a la Concejalía de Cultura y Festejos sus quejas a través de un escrito registrado el pasado 25 de septiembre. En el documento dejan bien claro su posicionamiento y critican la poca sensibilidad municipal hacia ellos, a pesar de sus esfuerzos para que San Lucas sea una fiesta a la altura de la ciudad. No solo se sienten "discriminados" y "marginados", sino que, además, tienen que soportar cómo se conceden licencias fuera del plazo. Es una de las muchas gotas que han colmado la paciencia del gremio, al que le resulta una costosa odisea hacer que brille la feria de su propioa ciudad. "En el ferial se come bien, cada vez se apuesta por una gastronomía de calidad y se ofrece un ambiente especial, lo que quieren los jienenses, pero el Ayuntamiento no lo promociona y nos margina", insiste Alberto Palomo.
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