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Nieves García Jiménez, la 'decana' de todos los cambileños

Por Javier Cano - Junio 15, 2024
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Nieves García Jiménez, la 'decana' de todos los cambileños
Rodeada de su familia, Nieves García celebra su centenario de vida ante una tarta. Foto cedida por José María Guzmán.

Lúcida y en unas condiciones envidiables, la vecina del municipio maginero llega a los cien años de vida con una sensación que no duda en confesar: "Estoy desfasada" 

"Para ella todo mi cariño y que siga cumpliendo, muchos... muchos años más". "Una gran persona y muy afable". "Es una gran alegría que estés entre nosotros, un fuerte abrazo! Cuidate y que Dios te de buena calidad de vida!".

Son solo algunos de los muchísimos mensajes plasmados en las redes sociales para felicitar a Carmen Nieves García Jiménez (en el pueblo todo el mundo la llama Nieves)", aclara su hijo José María. ¡Pues Nieves, faltaría más!

Ante tal derroche de parabienes y felicitaciones, viene que ni pintada aquella letra de los Romeros de la Puebla: "Qué envidia le tengo yo /  a tó el que siega y recoge / la semilla que sembró".

El pueblo es Cambil, y la miríada de palabras bonitas en honor de la cumpleañera van destinadas nada más y nada menos que a la decana de los cambileños, la persona de más edad del precioso municipio maginero, que ha llegado al centenario en unas condiciones óptimas si se tiene en cuenta que nació dos días después de la fundación del Rayo Vallecano y más o menos un mes antes de que el general Miguel Primo de Rivera declarase una amnistía general que dio que hablar tela en su momento.

"Tiene la cabeza perfecta, anda todavía bien, puede bajar escaleras, tiene una chica las veinticuatro horas del día pero ella hace su propia comida", certifica su hijo José María, que además de ser el alcalde de Cambil lleva, en este reportaje, la portavocía de su madre. 
 
Hija de José García Soriano (perito de Minas y agricultor) y de Gloria Jiménez Martos, se casó en 1949 con Juan Guzmán Muñoz, un huelmense secretario judicial "en Ermua, en Castillo de Locubín, en Porcuna...", aclara José María, que junto con su hermano Juan Alfredo conforman el hogar de los Guzmán García.  

Si de ella hablan maravillas los vecinos, no menos sus vástagos: "Como madre ha sido siempre muy cariñosa, muy trabajadora y muy buena; una persona dedicada a su marido y a sus hijos siempre", comenta el alcalde, y apostilla: "Nos ha infundido valores tradicionales; ella es religiosa y valora mucho la honradez, que seamos transparentes y trabajadores". 

¿Cómo llevará eso de que su niño de su alma sea quien sostiene el bastón de mando del pueblo? "Ella no quería ella, y le decía a la gente que no me votara", asegura José María Guzmán García, que antes que cocinero fue fraile, o lo que es lo mismo, secretario municipal (en Torredelcampo, en Lopera, en Los Villares y así hasta diecieisete destinos) antes que regidor.

'Malos ratos' aparte, ahí está Nieves, a sus cien primaveras, ya de vuelta de todo y con esa maravillosa lucidez suya, que le ahorra paños calientes a la hora de analizar su presente: "Estoy desfasada" (dice su hijo que dice su madre ante "tantos cambios de la sociedad"). 

Seguro que ni sus cuatro nietos ni sus dos bisnietos (de los que disfruta "muchísimo", en palabras de José María Guzmán) piensan lo mismo, ellos que pueden presumir del privilegio de mirar directamente unos ojos por los que ha pasado una Guerra Civil, otra Mundial y un montón de cosas buenas. Y las que le queden. 

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