EL CENTRO DE LAS PINTADAS
Los actos vandálicos que se suceden en el centro histórico de Jaén han sumido a los barrios más antiguos y con gran encanto de la ciudad en la dejadez y las manchas en forma de pintadas
Todos los jiennenses ya saben que Noe es una ‘porrera’. Puede que a nadie le importe qué es o deja de ser Noe, pero sus amigos vieron conveniente lanzar un mensaje a Jaén y hacer saber en qué ocupa el tiempo de ocio su querida amiga. No encontraron otra forma mejor de hacerlo que con botes de spray negro. Y como fondo, la piedra añeja de la Catedral de Jaén. La Catedral, la misma que aspiró a ser Patrimonio de la Humanidad; el orgullo de los jiennenses. El culmen del problema de las pintadas.
Usted ya lo sabría, pero conviene recordarlo. Al igual que es bueno saber que si un jiennense o turista que se precie pasea por Jaén puede llevarse como recuerdo los nombres de El Torete, El Chacho, El Laky y El Corneta. Cuatro premios Nobel que dejan su firma estampada a golpe de spray o rotulador en casi cada fachada de calles como Almendros Aguilar, como la calle Colegio o Martínez Molina. Cómo si quien vea esa ‘obra’ tuviese necesidad de recordarlos.
Jaén está pintada, manchada con chorros de spray y tinta de rotulador. A la ciudadanía, como explica Rafael Cárdenas, del barrio de San Juan, “parece que no le importa”. Tampoco existe una denuncia institucional: desde el Gobierno municipal mandaron quitar la pintada en la Catedral una semana después. Sin denuncia por su parte.
Un acto que el PSOE de la capital, junto con asociaciones de conservación del patrimonio, ha puesto en conocimiento de las autoridades con una denuncia. “Se trata de un delito contra el patrimonio y creemos que es nuestra responsabilidad utilizar todos los instrumentos que tenemos a nuestro alcance para que estas cosas no se vuelvan a repetir”, dice la concejal socialista María del Mar Shaw, que ataca la actuación del Ayuntamiento, que no ha dado ni un solo paso para esclarecer o pedir que se investiguen los hechos: “Si quienes tenían que velar por el cuidado de nuestro patrimonio no lo han hecho, nosotros lo vamos a hacer con nuestros medios, porque nos preocupa lo que ha pasado”.
UN PASEO MULTICOLOR
Existen muchos que sí luchan contra la degradación en la que parece haber caído el centro histórico de la capital, con pintadas en la Iglesia de San Bartolomé, en la Plaza de Santiago, en los Baños Árabes y en el Teatro Infanta Leonor. Los que luchan, lo hacen como pueden y como les dejan, protestan y levantan la voz para que su barrio y su ciudad luzcan coquetos y aderezados por paseos de transeúntes y vida en las calles en lugar de por pintadas gamberras y sin sentido. Desde la asociación Círculo Ánimas son conscientes del problema y quieren acabar con él. Al menos lo intentan, porque saben que es una tarea “a muy largo plazo”. Y en ello ponen todo su empeño: hace unos meses publicaron un documental de algo más de 40 minutos que pone el centro histórico de Jaén en su sitio: el abandono.
Francisco Carrillo, presidente del colectivo, y Pachi Montero, vocal de Patrimonio, saben dónde están las pintadas. “Estamos trabajando en recoger todos los puntos conflictivos de pintadas en el casco histórico de la ciudad. Sabemos donde están muchas, pero siempre salen más”, apunta Carrillo mientras acompaña a los reporteros de LaContracrónica por el camino desagradable que se dibuja con la ruta de las pintadas de Jaén.
Carrillo y Montero, que luchan desde hace años por revitalizar esta zona de la ciudad en la que los dos también trabajan, tienen claro cuál es el primer sitio a visitar: La calle Muralla, la que conecta Doctor García Anguita con la Plaza Cervantes. Son 50 o 100 metros de calle y no hay rincón que no esté pintorrejeado. En una de las paredes que acompaña el camino desde la portada de la cárcel antigua se intuye que hace algún tiempo hubo un grafiti bonito, cuidado, con sentido del arte y de la estética. Son dos monos, que tienen a su hermano solo en una esquina de Martínez Molina.
Ahora, los monos y el resto de grafitis están debajo de montones de firmas. Ni los intentos de grafiteros, los vándalos, respetan a los que controlan del tema, a los que les son igual de desagradables las firmas que al resto de jiennenses, a los que luchan por que sus pinturas no se comparen con las que las tapan en la calle Muralla.
Esta vía céntrica de la capital, que adentra al paseante en un pequeño laberinto descuidado que lleva al barrio de San Juan, es “sintomático” del estado general en el que se encuentra el casco histórico. ¿Los culpables? (Además de los que hacen las pintadas). Pachi Montero lo tiene claro, son todos los jiennenses que no son capaces de darle el valor que tiene a la ciudad, a su historia: “No somos conscientes del gran patrimonio histórico y cultural que atesora la ciudad y que todo el centro esté lleno de pintadas no deja de ser un síntoma de cómo vemos nuestra propia tierra. Y lo peor, como la vendemos. En general, no importan las pintadas porque no existe una concienciación ciudadana de que esto es un verdadero problema”.
“Y queríamos vender la Catedral como Patrimonio de la Humanidad. Cómo va a ser Patrimonio si sus alrededores están hechos una pena”, añade, irónico, Carrillo.
EL 'WALLAPOP' GIGANTE
Es cierto. Las pintadas no acompañan para que nada del centro sea Patrimonio de la Humanidad. “Hay que cuidar lo que tenemos. Hemos tardado mucho en darle el verdadero valor que tiene a nuestro patrimonio y lo vamos a arruinar en poco tiempo”. Carrillo es claro. Como Pachi: "Aquí va a pasar como en la tele: no sabemos el valor que tiene la ciudad y vendrá alguien, la comprará y la revenderá por mucho más. Estamos convirtiendo a Jaén en un ‘Wallapop’ gigante”. Claro que sí, Pachi.
El recorrido junto con los incansables de Círculo Ánimas continúa por todo el barrio de San Juan. Hay muy pocas fachadas sin pintar. La de un pequeño comercio situado en Martínez Molina tiene dos firmas en azul tan feas como el 'Noe Porrera', pero del garabato no se puede sacar nada en claro.
—Perdone, señora. ¿Los comerciantes os quejáis de las pintadas que os hacen en las fachadas?
—Yo no digo nada. Aquí, ‘contra’ menos hables, mejor.
Silencio. La ciudad enmudece y las pintadas se extienden. Llegan a los baños árabes. Si se mira al monumento de frente, el lateral izquierdo tiene firmas. Si se baja la calle de la Cuna, es fácil ver las pintadas. Si se continúa por el barrio hasta llegar al antiguo Hospital de San Juan de Dios, pintadas. No hay rincón que se libre. “Antes se respetaba la piedra, porque era difícil de pintar, pero ya hemos visto que ni eso. Se pintan palacios pétreos, los Baños Árabes y hasta la propia Catedral”, cuenta Carrillo, apoyado sobre unas piedras de color piedra y spray rosa en la calle Colegio. Shaw pide una acción conjunta, de todos: “Se trata de que establezcamos una hoja de ruta de por dónde queremos comenzar a recuperar nuestro centro histórico, no solo en términos de patrimonio, sino también de estructuración social, cultural y turística de nuestra joya”.
MAPA Y DATOS DE LAS PINTADAS
La ciudad está pasto de una gran proliferación de pintadas. El centro está consumido en ellas. La limpieza de pintadas es una de las tareas principales que tiene encomendadas el servicio de mantenimiento urbano y, de acuerdo con el último informe del Ayuntamiento, correspondiente al año 2015, el gasto en actos vandálicos se cifra en unos 400.000 euros. Una pasta.
La ordenanza vigente de protección de la convivencia ciudadana, además de perseguir el botellón, prohíbe de manera expresa los grafitis, así como cualquier otra pintada, mancha, garabato, escrito o inscripción con cualquier material o bien rayando la superficie en los elementos del espacio público o instalaciones, como pueda ser el transporte público o mobiliario urbano y árboles. Pero hay una excepción, son los murales artísticos que cuenten con la pertinente autorización. De acuerdo con esta normativa, la Policía Local puede intervenir los materiales utilizados y obligar a que el responsable limpie o restaure el objeto, si se puede, sin perjuicio de la sanción correspondiente, o bien podrá hacerlo el Ayuntamiento con cargo luego a la persona responsable. En la calle, un señor mayor dice bien alto en este punto:
—¡Qué les corten las manos!
—Mejor que los eduquen, contesta una señora.
Las pintadas se han convertido en un verdadero problema para los jiennenses y, como Círculo Ánimas, colectivos vecinales, partidos políticos y otras asociaciones de protección del patrimonio han mantenido encuentros para buscar una forma eficaz de trabajar de forma conjunta en la conservación del patrimonio de la ciudad. Así, el PSOE, Iuventa y Patmos han mostrado su preocupación por los últimos hechos que han afectado a lugares históricos de la ciudad, como las pintadas en la Catedral, el botellón en San Ildefonso o el parcheo con alquitrán de las calles adoquinadas anexas a la Plaza de Santa María. Asuntos que dan para un serial.
Y un ultimo detalle: 'De Jaén ni pollas'.
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