Cerca de 500 poemas y un libro deseado

Antonio Bermúdez ultima detalles para publicar su primera obra, Poemas para un tiempo inerte

Es un mecánico diferente. Antonio Bermúdez Varea (Los Noguerones, Alcaudete, 1978) trabaja en una empresa de mantenimiento industrial y él es, desde mediados de la década de los 90, una máquina de hacer poemas. Tanto es así que ha registrado en torno a 500 de autoría propia. Después de tanto escribir y de ser un habitual en encuentros para recitar, su sueño se acerca. Quiere publicar. Que parte de ese medio millar de pase al papel. Poemas para un tiempo inerte. Así se llamará.

La idea del libro le ronda por la cabeza desde hace más o menos un año. Asegura a este medio que no ambiciona dinero; es otra historia la que lo mueve. Está a punto de cerrar un acuerdo con una editorial, y sabe que a partir de ahí nada va a ser lo mismo. Porque al primero libro le seguirá un segundo. “Ya lo tengo listo también”, adelanta. La hoja de ruta es firmar una trilogía, y el segundo volumen se llamará Rosas de alambre de espino. Todo a su tiempo. La trilogía provocará que se den encuentro creaciones más antiguas que poco tienen que ver con la producción de hoy. El creador de ayer con el de ahora.

LA OSCURIDAD

Dice que uno de los temas que aborda en sus escritos es la oscuridad, el lado sin luz de los hombres. “Me gusta esa pelea que todos tenemos con el monstruo que también somos”, señala. El desamor y las derrotas son otros de los motivos literarios de Bermúdez. También le gusta la poesía erótica y la crítica social.

Azufre y orquídeas

Mi reloj de arena agoniza minutos
Bajo la tormenta,
Mis palabras son pompas de jabón
Frágilmente perfectas.

Tu ausencia me droga con bocanadas
De oxígeno mortal
Enrarecido con azufre y orquídeas
Me condenó al error infinito.

Mis caricias son placebo para tu piel
Tu lunática yo estático
Somos universos paralelos que se cruzan
Esquirlas de tiempo que acunan trozos de vida.

Los casi 500 poemas tienen un común denominador: el verso libre. El objetivo de Bermúdez es presentar su primer libro en su pueblo, Jaén y Martos, donde reside desde hace más de una década. Cada vez falta menos para que el poeta viva un momento deseado no por lo material, sino por la materia: sus textos, su arte, rumbo al papel.

Renunciando a las palabras

Arañas la luz del amanecer
Con tus párpados,
Te despojas de un sueño placentero
Para sumergirte en un mar de utopías,
Quimeras que sobrevuelan el pensamiento
Caricias que lamen la piel como puñales,
Tu piel,
Y la mía.
Le devuelves al tiempo
Los minutos robados y los acepta,
Me pides un verso que no duela
Y me desangro palabra a palabra
Gota a gota, lento
Irónico.
Me besas con tus labios de porcelana fina,
¿Como me pides que escriba
Sobre aquello que no conozco?
El no dolor...