El vuelo más libre del cernícalo que cayó en el Castillo de Lopera
Pedro Ruiz, guarda rural de Lopera, salva dos crías de cernícalo muy débiles tras un programa de aprendizaje previo a la suelta
Se llaman Zipi y Zape y si hoy están libres y vivos es gracias al trabajo de Pedro Ruiz, su 'papá' humano de 31 años. El guardia rural de Lopera ha sanado y puesto en libertad a dos crías de cernícalo vulgar que estaban moribundas, cada cual con un aterrizaje peor en el municipio.
El macho, Zipi, se cayó en la Torre del Balcón del Castillo de Lopera, y acabó en la explanada con las dos patas rotas. La hembra estaba muy aturdida tras chocar con un vehículo junto a la antigua fábrica de harina, a la salida del pueblo. "Me dieron el aviso y recogí a las dos crías", explica a este medio Pedro Ruiz, quien trabaja como guardia rural, acreditado por el Ministerio del Interior, en Lopera desde el 31 de octubre de 2020.
Recuperadas las crías, Ruiz vendó las patas del macho y lo alimentó con una pajita. A partir de ahí ideó un programa de recuperación con codornices para ambas aves, con la idea de que recuperasen el instinto de supervivencia y ser autónomas. "Antes de soltarlos necesitaban para que aprendiesen a capturar codornices, lagartijas y demás presas", apunta.
En pocos días, los cernícalos recuperaron el vuelo y la puesta en libertad se hizo el pasado miércoles en el paraje de La Zúa, un espacio natural con vegetación y abundante en agua. Como se aprecia en el vídeo que acompaña la información, Pedro Ruiz repasa la historia de las aves en el umbral de que sean liberadas por miembros del equipo de Gobierno.
Enamorado de los animales, el guardia está acostumbrado a recoger gatos y perros, además de prestar ayuda a la población con asuntos como los herbicidas. "Me gusta mucho lo que hago", asegura. Bien que lo agradecen Zipi y Zape, sanados y preparados para la vida en libertad.
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