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El mito del perro piloto se hace realidad en las calles de Úbeda

Por Javier Cano - Diciembre 07, 2024
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El mito del perro piloto se hace realidad en las calles de Úbeda
Chispa, al volante de su coche por las calles de Úbeda. Foto: Javier Cano.

Chispa causa sensación en la ciudad patrimonial al volante de su Mercedes blanco y perfectamente ataviada para su diario paseo en coche

Ni locura ni alboroto, que es lo que proclamaban a los cuatro vientos los tomboleros de feria mientras daban esperanzas al personal de llevarse a casa un perrito piloto: no, en absoluto, todo lo contrario.  

Chispa pasea por su ciudad, Úbeda, pausadamente, sin estruendo, y eso que lo hace al volante de un vehículo de gran cilindrada, alta gama y descapotable, características tradicionalmente unidas a los amantes del rugido del motor, a los más vaciletas. 

Tiene nueve años y según su dueño, Cristóbal Gámez (Úbeda, 1965), su perrita "ha mamado" el mundo del automóvil: "A mí me gustan mucho las motos antiguas, sobre todo; tengo muchas y las restauro yo mismo, en casa hay ruedas por todas partes, para todo el mundo, y para ella también".

Se le nota, pues aunque en realidad es el propio Gámez quien dirige el carraco a través de un mando, Chispa se pone en situación y parece controlar marchas, dirección y velocidad con sus peludos metacarpos: "Le dices '¡vámonos!' con el coche y empieza a mover el rabo", apostilla el 'preparador' de esta Nerea Martí del mundo animal que no deja indiferente a nadie.

UNA EXPERTA CONDUCTORA

No ha pisado autoescuela alguna, pero calada con su gorra y exhibiendo camiseta cualquiera diría que desciende de Roscoe, la mascota de Lewis Hamilton (clavaditos si no fuera porque son de distinta raza, peso, apariencia, pelo, color...): "Tiene varios cascos, con pantalla y sin ella, y otro con visera", aclara el propietario de este singularísimo ejemplar.

Muy seria mientras conduce (se lo toma no a pecho ,sino lo siguiente), cuatro años hace que pisó el acelerador o cambió de marcha a bordo de su moto: ¡moto, sí!, que también domina las dos ruedas, la verdadera pasión de Cristóbal Gámez. 

"Sale cada vez que yo puedo sacarla, no solo por Navidad; y siempre por calles peatonales. De hecho he tenido que cambiarle el coche por otro que tiene más fuerza, para subir cuestas y poder meterse por los recovecos", explica Cristóbal en tanto destaca la disciplina de su mascota a la hora de detener el motor y estacionar hasta otro día: "Cuando aparcamos el coche, ella se baja sola". 

Viaja en una suerte de pieza de acople que el propio ubetense se ha cuajado, perfectamente sentada, atenta al tráfico para no atropellar a nadie. Y claro, verla circular por Obispo Cobos es todo un espectáculo: "La gente se ríe, la mira, y a mí me encanta".

Hasta ahora no tiene ni una sola multa, no ha perdido puntos de su carné canino, jamás ha parado en doble fila ni ladra a quien se le cuela en una rotonda: así es Chispa, 'la pilota', como la llamaría un italiano que se hubiera perdido ( sin percatarse del cambio) en la sobrecogedora belleza de Úbeda, la Florencia de Andalucía.  

 Al lado de Cristóbal, su dueño, durante un paseo por la ciudad.. Foto: Javier Cano.
Al lado de Cristóbal, su dueño, durante un paseo por la ciudad.. Foto: Javier Cano.

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