'Sexting' y ciberacoso en la Universidad de Jaén
Un 66% de los estudiantes ha sufrido cibervictimización alguna vez en el último año, mientras que el 36% ha realizado sexting y un 2,5 % reconoce haber sido forzado o coaccionado para llevarlo a cabo
Sexting: dícese del envío de mensajes sexuales, eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles. Tres de cada diez estudiantes de la Universidad de Jaén reconocen haberlo hecho alguna vez durante el último curso. Además, un 66% de los alumnos ha sufrido cibervictimización alguna vez en el último año y un 2,5% reconoce haber sido forzado o coaccionado a llevar a cabo sexting en esa misma franja de tiempo.
Son algunas de las conclusiones del estudio que ha llevado a cabo la Universidad a cargo de investigadores del grupo ‘Evaluación e Intervención Psicológica’. La muestra del estudio está compuesta por casi 1.000 estudiantes de edades comprendidas entre 18 y 25 años, representativos del alumnado de la Universidad de Jaén en esa franja de edad. Las encuestas se realizaron a lo largo del curso 2017/18. El Vicerrectorado de Estudiantes ya ha registrado denuncias de alumnos que se sienten acosados en los grupos de whatsapp que se forman dentro de las aulas.
El estudio está liderado por José Antonio Muela y miembros de la Red para la PROmoción de la salud mental y el bienestar EMocional en los jóvenes (Red PROEM), cuyo responsable es Luis Joaquín García. Indican que dos de cada tres universitarios encuestados, un 66%, han sido víctimas de ciberacoso al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. “Teniendo en cuenta el número total de estudiantes en ese periodo de edad, ello apunta a que 7.631 estudiantes pueden haber sido cibervictimizados al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. De dichos datos se puede extrapolar que 1.641, uno de cada siete estudiantes, lo padecen de manera frecuente”, explica Luis Joaquín García.
DIFERENTES CASOS
En cuanto al sexting, un 36% de los universitarios encuestados lo ha realizado de manera consentida al menos alguna vez. Un 2,5 % reconocen haber sido forzados a hacerlo. “Según esos números, se puede extrapolar que unos 4.168 estudiantes realizan sexting consentido y casi 300 estudiantes están siendo forzados a enviar fotos, videos o mensajes con contenido sexual sobre ellos alguna vez en el último año, lo que significa que esta conducta está presente en la comunidad universitaria. De ellos, más de 50 estudiantes, únicamente mujeres, pueden estar siendo coaccionadas bastantes veces o siempre a realizar sexting”, manifiesta Luis Joaquín García. Además, “el sexting forzado está relacionado con cibervictimización y acoso online dentro de la pareja”, añade José Antonio Muela.
En relación a la ciberagresión, un tercio de los universitarios encuestados (33,7%) reconoce que ha realizado ciberbullying al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. Esa cifra proyecta que casi 4.000 estudiantes han ejercido ciberagresión al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. De ellos, 365 estudiantes pueden haberlo hecho más de 5 veces en el último año.
Por lo que respecta al ciberbullying en la pareja, los datos del informe ponen de manifiesto que el 36,3 % de los encuestados que tenían pareja han sufrido alguna vez una conducta relacionada con la cibervictimización en el ámbito de la pareja a lo largo del último año. “Este hecho apunta a que 4.200 estudiantes pueden haber sufrido ciberacoso al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. De ellos, los datos extrapolados sugieren que 1.276 estudiantes pueden estar padeciéndolo bastantes veces o siempre”, desarrolla Lourdes Espinosa. En esa misma línea, el 27,6% de los universitarios indican haber perpetrado acoso online a su pareja al menos alguna vez durante el último año. “Un dato que esboza que 3.200 estudiantes pueden haber ejercido ciberacoso en la pareja al menos en alguna ocasión a lo largo del último año. De ellos, cerca de 500 estudiantes pueden estar perpetrándolo bastantes veces o siempre”, añade la investigadora.
Como futuras líneas de actuación, Lourdes Espinosa resalta la importancia de la formación y la prevención sobre el buen uso de las tecnologías de la información, facilitando a las jóvenes herramientas que les ayuden a hacer un uso responsable de las redes sociales, así como la necesidad de desarrollar e implementar protocolos de detección temprana e intervenciones psicoterapéuticas basadas en la evidencia para estas problemáticas aplicadas por profesionales sanitarios especialistas en salud mental.
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