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La huella solidaria de unos caminantes de Beas de Segura

Por Javier Cano - Marzo 10, 2024
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La huella solidaria de unos caminantes de Beas de Segura
Senderistas de la asociación, en una de sus espectaculares rutas. Foto: Club de Senderismo El Camino.

El Club Senderista El Camino del municipio teresiano disfruta de unos itinerarios increíbles mientras aporta su grano de arena a diferentes causas benéficas

Que un club de senderismo adopte por nombre El Camino, a nadie sorprende. Pero nada más lejos de una perogrullada, porque si se llaman así es porque decidieron rendir homenaje continuo al camino de los caminos, a la ruta de las rutas: "Hicimos el Camino de Santiago y a raíz de eso, nos juntamos como grupo y nos pusimos ese nombre".

Quien lo explica es Tomás Cuadros, presidente de una entidad que desde el año 2010 agrupa a alrededor de setenta enamorados de la naturaleza en cuya agenda siempre hay una página reservada, semanalmente, para hacer lo que más les gusta. 

"Somos bastantes de Beas, pero también tenemos gente de Úbeda, Linares, La Puerta de Segura, Villanueva, Castellar, Santisteban del Puerto... Hasta de Villarreal, en Castellón", enumera el máximo responsable del club. 

Pero, ¿qué les mueve a dejar la comodidad de los sillones y embarcarse en la aventura de andurrear? La afición, por supuesto, pero hay más, mucho más: "Ayudamos a asociaciones como ALES, de cáncer, de Alzhéimer... Lo que recaudamos en cada ruta, se lo entregamos a ellas". O sea, que lo que escribió Machado les cae que ni hecho a medida: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar".

Anda que te anda para arrimar el hombro a las causas donde más se necesita, lo mismo se les ve por la ruta de las casetas forestales que se les encuentra en Grazalema (sí, en tierras gaditanas) dando pasos y disfrutando doblemente, por su afición y por su vocación filantrópica. 

Dice Tomás Cuadros que quienes se apuntan a esto de gastar suela por el campo (o por el agua, que en verano les priva mojarse) implica no solo cumplir el objetivo que mueve a su club, sino también el enriquecimiento personal que supone convivir a cielo abierto, en parajes idílicos (unas veces) o agrestes (otras), dando rienda suelta a la conversación: "Se rompe el núcleo cerrado de los amigos, se abre el abanico", asegura. 

Y tienen los brazos abiertos para quienes deseen sumarse a sus filas. Vamos, que la solidaridad les coge de camino. 

 Algunos de los socios del club, en otra de sus salidas. Foto: Club de Senderismo El Camino.
Algunos de los socios del club, en otra de sus salidas. Foto: Club de Senderismo El Camino.

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