Filomena Garrido, dama de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro
La hermandad leonesa, con casi nueve siglos de antigüedad y fundada en Baeza, cuenta ya con alrededor de una decena de cofrades del municipio jiennense
La baezana Filomena Garrido Curiel es, desde el fin de semana del 18 y 19 de diciembre, ilustre dama de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, de León.
Una hermandad religiosa cuyos orígenes remiten a un hecho prodigioso en plena conquista del sur musulmán y con 847 años de antigüedad que, curiosamente, nació en la mismísima Baeza, como detallan desde el colectivo en su página web:
"Con la ayuda de caballeros cruzados llegados del resto de los reinos y hasta con la colaboración de la armada genovesa, [el rey Alfonso VII] consigue conquistar Almería. Alcanzar, por ejemplo, la Alcazaba de la misma no debió resultar nada fácil, pero lo que hay de cierto es que la ciudad cae en octubre de dicho año [1147]; antes, sin embargo, se ha producido ya la milagrosa toma de Baeza, origen de la Imperial Cofradía y de su Pendón".
Garrido, por su parte, ya investida como cofrade de pleno derecho, manifiesta su satisfacción por pertenecer a una asociación tan ensolerada:
"Yo conocí a la cofradía porque, cuando era adolescente, llegó el pendón isidoriano por vez primera a Baeza; venían los caballeros y las damas con sus hábitos y jamás pensé que yo podría formar parte de ella. Cuando trabajaba ya en el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde Leocadio Marín, se retomó la relación, lo invitaron a la ceremonia de la cabezada, en León, y le devolvieron la visita. Yo organicé todo el protocolo y demás y pude conocerlos mejor".
Los conoció, los trató, sí, pero de ahí a dar el paso y solicitar su admisión... "Me invitaron a ingresar y yo me preguntaba: pero, ¿qué pinto aquí? Y cuando llegó la pandemia y estuvimos confinados, me llamaron por otra cuestión y me volvieron a decir que ingresara. Entonces pensé: 'se trata de mantener viva una tradición que nació en Baeza, así que... ¿por qué no?":
Dicho y hecho. Valoraron sus méritos y, a día de hoy, Garrido Curiel se siente más que orgullosa de pertenecer a una institución que une a sus fines caritativos, religiosos y sociales el hecho de poder presumir de haberse adelantado a su tiempo bastantes siglos, vaya que sí:
"Es curioso, fue la primera cofradía que ya en aquellos tiempos medievales, hacia 1331, aceptó en sus filas a damas cofrades, un hecho insólito para las costumbres de la época", celebra la gestora cultural baezana, que comparte pertenencia a la orden con alrededor de una decena de paisanos.
"Es importante cuidar las cosas que forman parte de nuestra historia. Se trata de mantener viva una tradición que viene de siglos y, de alguna manera, formas parte también de la historia, porque no son tantos los que estan ahí. Tiene tanta solemnidad, los valores de mantener viva la fe, la caridad, defender esa historia...", concluye, satisfecha, la ya ilustre dama.
Únete a nuestro boletín