CajaSur adelanta el cierre de la oficina

La entidad avisa a los vecinos de que mañana clausurará la sucursal, una semana antes de lo anunciado

Los vecinos de la Estación Linares-Baeza que se acerquen mañana a la única sucursal de la entidad menor local se llevarán una desagradable sorpresa: estará cerrada a cal y canto. La clausura definitiva estaba prevista, incluso, para hoy, una semana antes de lo anunciado. Sin embargo, la dirección ha decidido abrir, a pesar de haber colocado un cartel en la puerta en el que advertía a los clientes de que la oficina no abrirá sus puertas y de que cualquier gestión debería hacerse en la sede de la calle Viriato (en la Plaza de San Francisco). Lo que será una realidad mañana.

La decisión de la entidad bancaria ha sentado como un jarro de agua fría entre los habitantes de la Estación. La alcaldesa, Mariola Aranda, considera que es una represalia por la concentración que protagonizaron los vecinos en protesta de su clausura. "No entiendo que existan otros motivos, cuando nos dijeron que estaría abierta hasta el 17 de febrero", denuncia. Solo funcionará el cajero, lo que, a juicio de la regidora, es una solución insuficiente. "Casi siempre está fuera de servicio y muchas de las personas mayores no saben leer, desgraciadamente”, recuerda, antes de añadir: “No nos parece que estén haciendo las cosas bien porque son los ancianos que no tienen familiares que puedan ir a Linares para hacer sus gestiones los que están pagando esta injusta decisión”, insiste.

El enfado con BBK-CajaSur es monumental en la pedanía, no solo por el hecho de que les obligue a realizar todo el papeleo en la ciudad, sino porque, además, todavía no se han resuelto todos los problemas por el supuesto saqueo de la oficina en 2011, cuando el entonces director fue detenido, acusado de apropiación indebida, falsedad documental y estafa.

La llamada operación 'Arcarius' puso al descubierto una compleja trama de delincuencia económica y financiera a cargo de una organización que tenía una banca paralela con la que blanqueaba dinero y utilizaba los fondos de los clientes estafados para rentabilizar inversiones. Junto con al director de la sucursal, la Policía dutuvo a otras 18 personas, entre ellas directores generales y ejecutivos de grandes empresas nacionales, que se habían aprovechado de los más de seis millones de euros que Manuel L. G habría desviado de los cerca de 300 clientes de la oficina de Linares-Baeza de la que fue director durante diez años.

CajaSur se comprometió a devolver el dinero, pero, según reconocen algunos vecinos, no todo el mundo ha cobrado lo pactado, ya que la causa se dilata en el tiempo. Por eso, el malestar es aún mayor con la entidad financiera a la que han confiado los ahorros de toda una vida y ahora ven cómo, después de tanto sufrir, los dejan abandonados y sin oficina.