La covid modifica el calendario de protestas del sector del campo
El sector agrario andaluz aplaza su gran movilización regional por responsabilidad ante la situación actual del Covid pero se harán protestas provinciales
No hay pandemia que pueda con el clamor del campo, que saldrá a la calle tantas veces como haga falta, pero con seguridad. Aunque las movilizaciones nacidas al amparo del 'espíritu de las batallas' en mayo de 2019 tuvieron que paralizarse a principios de 2020 causa de la Covid-19, los tambores de guerra volvieron a sonar en la primavera de 2021. Se han ido a sucediendo a lo largo del año y este 2022 comenzaba con una gran movilización regional que ha tenido que ser aplazada. Estaba prevista para el día 20, en Sevilla.
Esto no quiere decir que se silencien los tambores de guerra, ni mucho menos. Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias han acordado celebrar actos de protesta más reducidos, a nivel provincial. Y lo harán para denunciar la grave crisis de precios, la "insoportable" subida de los costes, la falta de control de las importaciones y el varapalo de la PAC.
Así, en un ejercicio de responsabilidad, posponen la celebración de esta gran protesta del campo y confirman su participación en la que está previsto convocar a nivel nacional en el mes de marzo. Si bien, mantienen abierta la posibilidad de organizar en Andalucía otras protestas de carácter provincial que no conlleven una excesiva concentración de personas.
Los manifestantes exigen que se tengan en cuenta las observaciones al Plan Estratégico de la PAC que, en unidad de acción, ha trasladado todo el sector agrario andaluz al ministro de Agricultura, Luis Planas. Además, instan a todas las administraciones a tomar medidas para paliar la grave crisis que sufre este sector capital para la economía andaluza.
La grave crisis generada por el indiscriminado aumento de los costes de producción está lastrando la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la comunidad autónoma. Los costes de producción se han disparado para los agricultores y ganaderos a niveles nunca vistos. Los piensos para el ganado se han encarecido un 30% en el último año. También son más caras las semillas (+20%); los abonos (+150%); el agua (+33%) o los plásticos que se utilizan en los cultivos de invernadero (+46%). Pero las subidas más espectaculares son las que afectan al gasóleo que usan los tractores (+73%) y a la energía eléctrica (+270%). También, el SMI ha subido un 29,7% en los últimos tres años.
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