Crímenes por la mañana

El carrusel de programas sobre crímenes abarca no sólo a las cadenas generalistas, también se ha hecho un hueco en la parrilla de la TDT

Resueltos o sin resolver, los crímenes retransmitidos en televisión son un clásico. La novedad en los últimos tiempos es el momento del día en el que los programadores apuestan por estos contenidos: en la mañana, cuando el telespectador está con su café y tostada. Crímenes imperfectos, de La Sexta, se emite a la hora del desayuno. El título original es Forensic Files, la serie estadounidense de estilo documental que replica Atresmedia en España.

La narrativa de los capítulos engancha: el montaje mete al telespectador de lleno en la historia del crimen, aún con el molesto cruce de voces del castellano doblado con el inglés original de fondo. La agilidad y rapidez del montaje hace que la serie funcione hasta en la mañana, cuando quien está enfrente de la pantalla aterriza en el día.

Buena parte de los episodios apuntan a la América de extrarradio, conflictos de bandas que hacen aún más real la ficción The Wire; todo lo que uno ve en Crímenes imperfectos ya está contado en la serie del periodista David Simon.

En Divinity encontramos Crímenes pasionales. La idea es muy parecida, sólo que el canal sí le da la franja horaria más coherente o tradicional, la noche e incluso el late night. Crímenes pasionales es notablemente más sensacionalista que los imperfectos: los créditos enormes que titulan los episodios; las recreaciones exageradas con actores que podrían ser tronistas, y el ritmo más lento de la voz en off para contar las infidelidades, el móvil de los crímenes.

La televisión tiene una gran ventaja a la hora de contar estas historias con respecto al resto de medios: la sucesión vertiginosa de imágenes, fotografías, vídeos y testimonios. La velocidad y la fragmentación del relato. Saltar de un lado a otro con la ventaja de que el espectador está acostumbrado a una narrativa común incluso en los telediarios: ahora una noticia del tiempo, luego un suceso, después una curiosidad. Todo muy ágil. Quizá la prensa digital es la única que puede competir en impacto, gracias a las herramientas multimedia, con la tele.

En Jaén no sabemos qué pasa con los crímenes. Y tenemos que contarlo. Nos leemos, pues.