Frailes retoma la vida escolar al ritmo de 'Jerusalema'
El profesorado del colegio Santa Lucía de Frailes recibe al alumnado con un protocolo impecable frente al virus y con la canción de moda
Si volver a empezar ya despierta mariposas en el estómago de alumnado y docentes, el contexto de la pandemia ha imprimido tensión en todos los centros educativos de la provincia. El colegio Santa Lucía de Frailes ha combatido el estrés con un protocolo impecable en los accesos y dentro de las aulas, y con la canción de moda, Jerusalema.
Faltan apenas diez minutos para las doce, hora prevista para la llegada de las clases, y los profesores ya están en el porche del patio para organizar el estreno. Son 16 docentes y 126 alumnos —99 comienzan hoy— los que convivirán con las medidas habilitadas pro la Junta de Andalucía.
—Estamos deseando de empezar —comenta Juan Antonio Milla, director del colegio desde hace cinco años. Cuenta que hay gel y jabón en las aulas; los aseos están precintados; hay ventilación suficiente; papeleras de pedal, y el servicio de limpieza cuenta con una trabajadora, Loli Hinojosa, que, ya con el EPI, apurará cada detalle durante el horario lectivo. Hay dos limpiadoras más en la tarde, y el Ayuntamiento reforzará el servicio si la situación lo exige.
Milla coge el micrófono para dirigirse a los padres y a los estudiantes, que aguardan enfrente del centro, al otro lado de las rejas, todos —todos— con mascarilla.
—Buenos día. Tal y como dijimos ayer, vamos a evitar las aglomeraciones. Los chicos de sexto de Primaria serán los últimos en entrar, y los de primero pueden ponerse, con la debida distancia, más cerca de la entrada —monitoriza Milla.
Las puertas se abren a cinco minutos del mediodía, suena esa canción que nadie sabe lo que dice, pero que es un himno al buen rollo, y el alumnado entra por clases y respetando la distancia de seguridad. Los más pequeños giran a la izquierda para entrar al centro; el resto toma el camino de la derecha, junto al gimnasio, y hacen filas separadas.
Los profesores se afanan en aplicar gel antes de que accedan al edificio, y justo a la entrada está la alfombra, donde cada cual se desinfecta la suela de los zapatos, como será habitual hasta nueva orden. Los termómetros hacen el trabajo previo y hay chicos que llevan el material escolar en cajas. Padres y madres contemplan todo desde fuera y rompen en un aplauso cuando el protocolo culmina con éxito.
Empieza el nuevo curso. Lo hace con máxima seguridad y con las dudas propias de un escenario inédito, pero cada vez más reconocible. El convencimiento de la comunidad educativa en Frailes es que se puede y se debe volver con buena cara y hasta con música para celebrarlo.
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