Crónica de la subasta histórica para Porcuna
José Antonio Pérez Burgos, de 72 años, narra cómo consiguió el documento de Los Mazuelos en la subasta Sotheby's de Londres
Esta es la historia de cómo una estancia vacacional se convierte en una aventura emocionante, ya parte de la historia de Porcuna y de Jaén. José Antonio Pérez Burgos tiene 72 años, nació en Porcuna y es vecino de Londres desde octubre de 1980. El pasado fin de semana disfrutaba de la vida en Benalmádena (Málaga) junto con su mujer y su hija. El domingo, a las diez de la mañana, recibió una llamada de Antonio Recuerda, cronista de Porcuna y primo de Pérez Burgos.
—¿Estás en Londres?
Pérez le dijo que no, que descansaba en la costa malagueña. Enseguida Recuerda lo puso al corriente: el documento sobre Los Mazuelos, la familia de Porcuna que a comienzos del siglo XVI logró quedar libre de impuestos, va a ser subastado en Londres. Es el manuscrito más antiguo del pueblo natal de Pérez, y hay opciones de que sea expuesto en el Museo de Obulco.
"Lo primero que pensé fue en enviar a la subasta a alguien de mi confianza", señala Pérez a este diario. Pero la idea cambió después de hablar con su esposa. Esta le convenció de que la persona más indicada para la misión era José Antonio Pérez Burgos-Pepe. Él mismo. Así, con el guión y con el coloquial Pepe, se autodenomina para diferenciarse de otros parientes con los que comparte nombre y apellidos.
VUELO EXPRÉS HASTA LONDRES: PÉREZ ES EL ELEGIDO
Lunes 2 de julio de 2018. La hija de Pérez ya le ha comprado el vuelo desde Málaga con destino Londres. La maleta, hecha. El vuelo estaba previsto a las 21:45, pero salió dos horas después. Aterrizó en Gatwich veinte minutos antes de las tres de la madrugada. Era tan tarde que todos los pasajeros tuvieron que coger un bus para llegar a Londres. A las cinco menos diez, Pérez tomó un taxi y llegó por fin a su casa veinte minutos después. Durmió apenas dos horas.
En la cabeza de José Antonio Pérez Burgos estaban las directrices de Miguel Moreno, alcalde de Porcuna. El límite que tenía para pujar era de 7.000 euros.
EL DÍA DE LA SUBASTA
A la mañana siguiente, Pérez Burgos se dirige a las calle New Bond Street. Allí está la casa de subastas Sotheby's, popular en Londres. "Cuando llegué, un cuarto de hora antes de las nueve de la mañana, apenas había siete u ocho personas en la sala", recuerda.
Lo primero que hizo fue registrarse en la subasta. Después pidió información sobre el manuscrito. Lo atendió una señora que era la encargada. Pérez recibió una tabla con el número 103. Con esos dígitos pujaría más tarde. El documento de Los Mazuelos iba asignado a la subasta número 70 de la sala.
La empleada de la subasta le enseñó el documento después de una breve demora de cinco minutos. Ahí lo tenía delante de sus ojos el bueno de Pérez Burgos. ¿Lo conseguiría o iría a parar a una biblioteca o a manos de desconocidos que pujan por teléfono? "Me emocioné bastante al verlo", reconoce. El de Porcuna le hizo una fotografía para enviarla enseguida a Miguel Moreno y a Antonio Recuerda. Le verificaron que ese era el documento. Un papel tamaño A4 con letras que apenas podía descifrar. Él los tranquilizó: presentaba un estado cromático óptimo.
Antes de las diez y media, Pérez Burgos tomó un capuchino mientras advertía que había tres subastas más simultáneas: una sobre antigüedades, otra de pintura clásica y otra sobre cultura rusa.
EL MOMENTO DE PUJAR
Cinco minutos antes de la hora prevista, el de Porcuna tomó asiento en un silla vacía en medio de una sala llena. Ya no había siete u ocho personas. Cientos de asistentes aprovechaban también para ver una galería de arte.
La subasta comenzó con pergaminos antiguos de diferentes temas. Hasta que llegó el turno 70, y los nervios afloraron en José Pérez Burgos. Él empezó la puja: propuso 1.800 libras después de que el subastador dijese los comentarios preliminares. Segundos después de que Pérez tomase la iniciativa, alguien levantó la mano y elevó la puja a 2.000 libras. "Miré hacia atrás y al mismo tiempo levanté mi tablilla para subir la cuantía a 2.200", precisa.
Se hizo un silencio. El silencio más impresionante que recuerda. El subastador esbozó una sonrisa mientras repetía la pregunta tan cinematográfica: "¿Alguien da más?".
No. Ya lo había dado todo el hombre que había conseguido para su pueblo el documento más antiguo, de 1518. "Me emocioné y contuve un nudo en la garganta", celebra.
A LA ESPERA DE UNA LICENCIA DE EXPORTACIÓN
Conseguido el manuscrito, a Pérez le preguntaron si se lo iba a quedar en Inglaterra o si la previsión era que volase hacia España. Él les explicó sus intenciones, y entonces le informaron del protocolo: la licencia de exportación tardaría entre siete y diez días. Solo entonces podrá viajar con el escrito a Porcuna previo pago de 50 libras.
Un hombre uniformado extendió las manos, los guantes blancos, para recibir el número 103. Minutos después, regresó con el manuscrito. José Pérez volvió a ojearlo antes de que lo envolvieran en papel de seda y en papel de burbujas. "Cogí un taxi, llamé a mi primo y al alcalde, y me hice una fotografía con el manuscrito", resume.
El documento de Los Mazuelos está muy cerca de volver a Porcuna gracias a la acción de un vecino que dejó el pueblo hace casi cuarenta años. "Es una de las historias más entrañables que me han pasado en tanto tiempo", reconoce. "Si otra persona hubiese adquirido el escrito, este se habría perdido para el resto de la eternidad". Palabra de José Antonio Pérez Burgos-Pepe.
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COMENTARIOS
José Pérez Gallego Julio 05, 2018
Ha sido un trabajo magnífico para el pueblo de Porcuna. Gracias primo!! Como familiar y natural de mi pueblo no puedo estar mas orgulloso
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