Un lunes de feria con sabor a tradición

La última jornada festiva del puente baja el ritmo tras un fin de semana intenso, pero conserva la esencia entre brindis, casetas y recuerdos compartidos
La feria de San Lucas bajó este lunes una marcha. Tras tres días de bullicio, luces y música, el ferial Alfonso Sánchez Herrera se desperezó al sol de octubre con un pulso más tranquilo, como si también necesitara recuperar fuerzas después del intenso fin de semana. Había huecos en las barras, pasillos más despejados y un murmullo suave que contrastaba con el frenesí de los días anteriores.
En medio de esa calma festiva, un rincón no entendió de bajones: la caseta del Rocío. Allí, la Peña Santa Marta volvió a cumplir con una tradición que ya forma parte del alma de la feria. Con cuarenta años de historia y dos décadas sin faltar a su comida de San Lucas, se dieron cita un año más, con sus pañuelos anudados al cuello y las ganas intactas.
Las mujeres, vestidas de flamenca, aportaron el toque de color a un mediodía luminoso. Entre platos de arroz, brindis en vasos de plástico y anécdotas compartidas —como aquella feria pasada por agua o la sevillana bailada con una silla—, la peña volvió a demostrar que la fiesta también se construye en esos pequeños rituales que se repiten año tras año.
Fuera de la caseta, el ambiente fue más relajado. Pasear resultó fácil, sin empujones ni colas. Las familias que se acercaron al ferial disfrutaron de un último respiro festivo antes de regresar a la rutina.
Quienes viven la feria desde dentro también notaron ese descenso. "Esto ha estado más flojito. La gente lo ha dado todo desde el viernes", comentaba un taxista esperando en su coche junto a la entrada. Un trabajador de una caseta de comida asentía mientras servía un plato: "A la caída de la tarde se nota bastante. Pero también se agradece este descanso… que todavía queda otro fin de semana".
Y así, entre el murmullo sereno del lunes, Jaén despidió la primera parte de su feria. Porque aunque el festivo quedó atrás, el espíritu sanluqueño no se apaga: ahora, la ciudad ya mira al sábado 18 de octubre, el Día de San Lucas, la jornada grande, cuando el ferial volverá a llenarse de luces, música y alegría.
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