Hoya del Salobral: el aura de Custodio antes de la romería
Hoya del Salobral, aldea de Noalejo, se prepara para recibir el domingo que viene a ocho hermandades que tomarán parte, junto con la matriz de Hoya del Salobral, de la romería en honor de la Virgen de la Cabeza
El cielo se abre. La lluvia se echa a un lado. Y la carretera que conecta Frailes con Hoya del Salobral (Noalejo) invita a una sucesión de paisajes naturales. Es sábado 19 de abril, aún no son las 18:00 horas, y al cruzar el arco que hay a la entrada de la aldea la escena apela al movimiento: un buen puñado de coches está alrededor de la iglesia; grupos de personas entran y salen del único bar, justo enfrente de la parroquia. El restaurante se llama La Morenita. Falta poco más de una semana para que se celebre la romería en honor de la Virgen de la Cabeza. La réplica en miniatura de la fiesta en Andújar. Y hay gente que hoy, como cada fin de semana, se cita con la espiritualidad del lugar.
Dos amigos que llevan casi un año sin verse visitan Hoya del Salobral. Los dos se llaman Antonio; uno es García, de Getafe (Madrid), y el otro Anguita, de Frailes. El paisaje les resulta conocido. Se cruzan con gente, dejan atrás la parroquia y suben unos peldaños de piedra rumbo a la cueva del santo Ángel Custodio, el sanador que falleció hace más de medio siglo. Coinciden en que el contexto es genuino. Que aparte de esplendor bucólico hay algo más. Una carga de significado.
—Yo creo en una fe diferente a lo que percibo aquí —dice Anguita.
—A mí me sugiere armonía y misterio.
Pasan por la cueva de Custodio, la figura espiritual que todavía convoca a creyentes de la Sierra Sur y de pueblos cercanos de otras provincias. En la cueva hay un grupo de personas, y uno de los de mayor edad recuerda que ese refugio de Ángel Custodio data, según dice, del año 1964.
—Recuerdo cuando pasaban las bestias por aquí —apunta.
A la cueva entra una mujer, vecina de Frailes. 'Entrar' es meterse dentro y hacia abajo con cuidado, como si bajara una escalera. El espacio es muy reducido. Dentro hay motivos de cómo la gente entiende la fe, desde fotografías y mechones de cabello hasta matrículas de conductores noveles.
MÁS DE 200 HERMANOS
La romería elevará el domingo que viene el censo de Hoya del Salobral, con cerca de 200 vecinos. Llegarán nueve hermandades procedentes de Frailes, Castillo, Valdepeñas, Montillana y Colomera (Granada), y Alcalá, Santa Ana y Mures (Alcalá). Seis pueblos, tres aldeas —incluyendo la de Noalejo— y dos provincias.
Juan Francisco Moya, secretario de la hermandad, y Salvador Peláez, presidente, atienden a este periódico en una habitación que es un despacho muy próximo al bar y a la parroquia. No es buena idea que más de seis o siete personas cohabiten el espacio.
—Somos algo más de 200 hermanos. Hay muchos mayores que pagan la cuota, aunque no se dejen ver tanto en la fiesta —explica el presidente de la cofradía matriz.
Moya se encarga de que todo esté en orden. Hoy es buen día para afinar los últimos detalles de las cuotas. Su hijo mayor está presente para ayudarle.
Los dos amigos que se han encontrado tras casi un año siguen a vueltas con el aislamiento, con la magia que propone el enclave. El cielo ya se cierra y amaga una lluvia que más tarde será muy fina.
—¿Tú vivirías ahí? —le pregunta el de Madrid al jiennense, y señala un diseminado de casas rodeadas de naturaleza.
—No. Mejor aquí —contesta.
Ha apuntado a una casa aun más asilada, a un refugio que está en la parte más alta.
Son las 19:15 horas. Acaban de sonar las campanas.
Únete a nuestro boletín