La familia de Khawla: "Ha sido una trampa"
Hakima y Hassan, madre y tío de la menor asesinada, piden justicia y sostienen que no había relación entre la adolescente y el presunto autor confeso de los hechos
Hassan Zeroil abre los ojos a duras penas mientras camina con el móvil pegado a la oreja en la calle Paseo del Coto de Alcalá la Real. Fue despertado a las tres de la madrugada por agentes de los Cuerpos de Seguridad. Le comunicaron la noticia: Khawla Elhaiba Zeroil, su sobrina de 14 años, había sido hallada sin vida en un arrabal junto a La Fortaleza de La Mota.
—Esto ha sido una trampa. Ella no conocía al chico que ha sido detenido —dice el tío, convencido, a este periódico.
La menor vivía con la madre, panadera en Alcalá la Real, en una vivienda de Pasaje del Coto. No para de entrar y salir gente del bloque. Hay familiares de la chica que han venido de Córdoba, como un joven —moreno, alto, el cabello con mechas marrones— al que traducen menores, amigos de Khawla, para que pueda hablar los medios. Hakima, la madre, está rota de dolor, arropada por familiares en el piso donde también vive su hijo Sham, de diez años, hermano de la adolescente fallecida.
Hassan Zeoril insiste: asegura que su sobrina no tenía relación con el presunto autor confeso de los hechos, afincado en Alcalá la Real. Su relato, aún por confirmar por la Guardia Civil y por lo tanto una hipótesis, es que Khawla fue engañada.
—Estaba con un amiga haciendo deberes. La amiga quedó con su novio y éste avisó a un amigo —dice. Éste último, según la versión de Zeoril, es quien acabó con la vida de su sobrina.
En un momento, Khawla se queda sola con el presunto autor del crimen. Llevaba el móvil, pero cuando la llaman está apagado. Familiares y amigos abundan en que nunca habían visto al detenido por la zona ni en compañía de Khawla. Hassan Zeoril vive a pocos metros de donde ocurrió todo. No se lo cree todavía.
De acuerdo con el relato que hoy ha comunicado el Ayuntamiento, la adolescente salió de casa en torno a las ocho de la tarde y la madre la extrañó poco después. La llamada al 112 por parte del supuesto asesino confesando el crimen fue en torno a las 21:30 horas.
La versión que maneja la familia es que la chica murió asfixiada en circunstancias todavía por determinar; aún no han trascendido los resultados de la autopsia.
"DIOS SE LA HA LLEVADO, PERO ASÍ NO PUEDE SER"
La intención de la familia es repatriar el cadáver de la menor a Marruecos, donde vive el padre. Hassan Zeoril dice que el Ayuntamiento de Alcalá la Real ya se ha puesto a disposición de la familia para ayudarla con todo.
Al Pasaje del Coto llegan en torno a las 16:30 horas dos psicólogas del Instituto Andaluz de la Mujer. Van a hacer la intervención con la familia.
—Ahora mismo vamos a reorganizar y tratar de rebajar el duelo —señalan antes de entrar a la casa.
Enfrente de la vivienda hay dos vecinos tomando té. Los vasitos están en una mesa sobre el banco.
—Aquí se sentaba Khawla. Era muy buena chica. Siempre ayudaba a los demás con los deberes. Todo el pueblo llora, sin excepción —dice uno de ellos, el gesto vencido.
Menores de la edad del hermano de la adolescente circulan por la zona. Saben que ha pasado algo terrible aunque se mueven como cualquier día, como si estuviesen jugando.
—Esto es muy duro —lamenta el otro vecino, derrotado en el banco.
Una mujer apoyada con un bastón sale de la vivienda. Hassan Zeroil sólo pide justicia para su sobrina:
—Dios se la tenía que llevar, pero no puede ser así, de esta manera —concluye.
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