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Cuando un pueblo se queda sin colegio

Por Fran Cano - Abril 10, 2018
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Cuando un pueblo se queda sin colegio
Javier Ruiz y sus estudiantes de Trujillo (Montillana, Granada), en una imagen de 2017.

El colegio de Trujillos dejará de formar parte del 'Sierra Sur' el curso que viene debido a la falta de alumnos matriculados

El colegio Rural Sierra Sur perderá el vínculo que ha tenido con Granada desde el curso 2005/2006. La sede de Trujillos (Montillana) estará cerrada el curso que viene debido a la baja matriculación de estudiantes. Con solo dos o tres estudiantes previstos, la Junta ha decidido en sintonía con los familiares cerrar la sede, de manera que los tres alumnos que aún reciben clase en Trujillos se integrarán a partir del año que viene en centros de Alcalá.

La delegada de Educación, Yolanda Caballero, confirma a este periódico que la decisión se ha tomado siguiendo el protocolo habitual en estos casos: "Siempre nos ponemos en contacto con los padres. Y en este caso ellos preferían que sus hijos estuviesen en un centro con más estudiantes por cuestiones pedagógicas y de socialización", explica.

EL CASO DE TRUJILLOS, UN CENTRO GRANADINO EN JAÉN

Isabel Marañón, directora del Colegio Rural Sierra Sur, admite que la noticia entristece al equipo educativo, si bien todos entienden que la situación de pocas matrículas ha propiciado la desaparición de Trujillos del mapa educativo del centro. El 'Sierra Sur' tiene todavía la particularidad de que opera en pedanías jiennenses como Santa Ana, Charilla, Ribera Alta (Alcalá), Hoya del Salobral (Noalejo) y en una granadina, concretamente de Montillana. "A los alumnos de Trujillos les coge muy lejos Montillana. Por eso se planteó que se integraran con nosotros", señala.

La integración ha durado más de una década, y ha permitido que los estudiantes de Trujillos hayan podido recibir clase en su pueblo. A ello han contribuido la labor de profesores como Francisco Javier Ruiz, aún en activo en Trujillos. "Claro que me da pena, porque he trabajado muy cómodo", expresa en declaraciones a este periódico. Ruiz ha vivido en carne propia qué significa la educación en las aulas unitarias: cuarenta y cinco minutos de sesiones de diferentes niveles.

"Cuando se cierra un colegio el pueblo muere un poco, desaparece el foco de cultura y socialización", ahonda Marañón, cuyos sentimientos por el cierre son prácticamente calcados a los de Ruiz: lo entienden, lo aceptan, pero duele. "Yo hubiese seguido incluso con tres alumnos. Es cierto que el pueblo pierde vida", asegura el profesor.

El destino de los estudiantes que aún están en Trujillos será el propio 'Sierra Sur' o el 'José Garnica Salazar. En cualquier caso, necesitarán del transporte. "Es una batalla perdida. Y no sabe qué será mejor para los alumnos", reflexiona Marañón. Al equipo educativo y en especial a Ruiz, le queda la alegría de haber formado parte del proceso educativo de los menores y de recibir el reconocimiento de las familias.

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